Reos de Sabaneta sufren hambre y depresión

Reos de Sabaneta sufren hambre y depresión

Foto La Verdad

A los reos de la antigua Cárcel Nacional de Maracaibo no les va del todo bien en los penales del resto del país. Sus madres y parejas denuncian las condiciones precarias en las que se encuentran y los maltratos que ellas reciben por parte de la Guardia Nacional Bolivariana. Otros, sin embargo, se sienten en “la gloria” tras haber vivido el “infierno en Sabaneta”, publica La Verdad.

La Verdad encuestó a siete mujeres que viajan una vez a la semana o cada 15 días a Mérida, Trujillo, Coro, Aragua y hasta el estado Bolívar para ver a sus parientes. Reúnen dinero “con las uñas” para llevarles comida, ropa y artículos de aseo personal. La esposa de un exrecluso de la extinta área Penal de La Modelo le llevará este fin de semana un congelador para la cárcel de Vista Hermosa, Bolívar, “pa’ que termine de montar su negocio”.

Él está bien, asegura la mujer. “Wilmito”, el pram del recinto, les garantizó a él y a otros 29 “causas” que estarían juntos, además de un área para dormir -con televisores, DVD y aire acondicionado- y un espacio para que trabajen.





Las experiencias de los reclusos contrastan. Y las de sus mujeres también. Nery Jiménez viajó la semana pasada a Mérida. A su hijo, de 35 años, lo trasladaron el pasado 20 de septiembre al Centro Penitenciario de la Región Andina. Cinco días después se enteró de su nuevo lugar de reclusión.

Al hombre, condenado por robo, lo mantienen en bóxer con otro grupo de zulianos en la cancha. Les permiten el ingreso al pabellón 2B solo en las noches. Los militares los aislaron para evitar un motín y para, supuestamente, drenar la rabia que les tienen a “los maracuchos que se creen la pepa ‘el queso y que ahora no se acuerdan cómo maltrataban a los gochos y a los demás presos ‘forasteros’ cuando llegaban a Sabaneta”, declaró la mujer hipertensa y de escasos recursos a quien los custodios le botaron la sopa, las caraotas y la carne mechada que llevó el domingo pasado para almorzar con su hijo.