Orlando Viera-Blanco: Vietnam, a la luz de la humildad

Orlando Viera-Blanco: Vietnam, a la luz de la humildad

Vinimos a Hanói-Vietnam a cumplir compromisos propios del oficio. Confieso que atrapado en historias de guerras y guerrillas, pelotones de niños y mujeres de carne de cañón (vietcong vs. pol pot), ocupaciones milenarias (China dominó Vietnam desde 4.500 a.C), invasiones francesas (segunda mitad del siglo XIX) o japonesas (II Guerra Mundial), más la guerra de Estados Unidos (1965-1973), no me animaban visitar la tierra de H? Chí Minh. Sin embargo al pisar Hanói todo comenzó a cambiar. La humildad del vietnamita es gratamente invasiva e infinita…

Oficialmente llamada República Socialista de Vietnam, es un país de la Península Indochina al Sudeste asiático que limita con China al norte, Laos al noroeste y Camboya al suroeste…Tiene una población de 91 millones de habitantes lo que la pone en el puesto 13 de los países más poblados del mundo. Vietnam figura en la lista de los “próximos once” o economías promisorias, bautizadas así por Goldman Sachs (Reporte 2003) por considerarlas naciones lideres en madurez política, inversión, educación y calidad de vida. La acompañan en la lista Corea del Sur, Egipto, Filipinas, Indonesia, México o Turquía. Cifras oficiales registran un sostenido 8,17% en su PIB, lo que hace de Vietnam el segundo país del lejano oriente con mayor crecimiento. Las políticas de capitalismo de Estado han logrado reducir la pobreza del 60% a un 16%, de 1975 al 2013.

Si bien llegar a Vietnam es enfrentar un caos tropical donde no existe orden para hacer fila o retirar la visa, poco a poco vamos comprendiendo la dinámica local. Gente muy sencilla, que vive entre la sumisión del pasado, violencias ancestrales y un presente pujante de turismo y urbanismo. Viejas y vetustas estructuras aun “heridas e inclinadas” por las bombas, el terror y la miseria, colindan con rascacielos, lujosos centros comerciales y una regia red hotelera (a buen costo por noche). Si bien en Occidente Vietnam es reconocida por derrotar a EEUU, lo cierto es que es una cultura estoica y noble, que supo pasar la página, no acumula rencor y va cada día alegre y laboriosa a ganarse la vida. El local amanece masivamente en su motocicleta, es amable y honesto, y al caer la noche -de lunes a domingo- se posa en cualquier plaza o acera e improvisa una velada, una bebida o una partida de naipes. En medio del desorden de Hanói o la antigua Saigón (Ho Chi Minh City), el lugareño se desenvuelve lentamente, densamente (¡hay más motocicletas que habitantes!) y pacíficamente. Valora uno lo que es vivir en paz, aun en medio de la depauperación, porque vivir sin miedo ¡es ser libre!…





China, Corea del Sur y EEUU, son sus principales inversionistas en Vietnam, lo cual se refleja en infraestructuras viales, habitacionales y centros  de oficinas, industriales y tecnológicos. Si usted quiere aprender a manejar, venga a Hanói o a H? Chí Minh City (la ciudad que ilumina), porque si logra hacerlo aquí, Roma, Caracas o El Cairo, serán vaquillas… El chofer vietnamita no para, no sabe de semáforos o rayados. Conducir en esta parte del mundo, es meterse en una batalla campal entre peatones, motos, buses y automóviles, donde gana el que aguante más, la embestida desafiante del otro. El motociclista es un equilibrista capaz de llevar ¡a cinco personas, un perro y un bebé en su unidad! Pero nadie le teme a un motorizado.

En 1986 el Partido Comunista de Vietnam implementó reformas de libre mercado conocidas como ??i M?i (Renovación). Se respetó la propiedad privada, la repatriación de capitales y la libre convertibilidad de la monedad, la cual es de tal versatilidad que Ud. puede pagar en moneda local, euros o dólares. Esto ha llevado a robustecer una creciente clase media y disminuir la represión política. Una de sus principales exportaciones ha sido el turismo, sector que ha registrado un avance de 2 millones de turistas en 2005 (e ingresos por 1.720MM$), frente a 4 millones de visitantes que esperan disfrutar en 2013, la exuberancia de las playas de Vietnam, sus selvas y bucólicos ríos, para recaudar más de 12 billones de dólares.

H? Chí Minh es el héroe de Vietnam. Poeta, escritor y político, trajo el comunismo a estas tierras, pero tiene el mérito de haber logrado soberanía frente a China y alianzas con los rusos, para contener el Pol Pot Camboyano. H? Chí Minh abrió el camino a una identidad vietnamita que nunca existió. Seis años después de su muerte (1969) los combatientes vietnamitas derrotaron a las tropas estadounidenses (1975), y celebraban con pancartas que decían: “Tú siempre marchas con nosotros, tío H?”.

Como diría el cantautor chileno Víctor Jara, Vietnam se ganó el derecho de vivir en paz y el trovador cubano Pablo Milanés compuso la canción: “Su nombre puede ponerse en versos”. Un espíritu dogmático a luz de la humildad, que hizo posible el milagro vietnamita: olvidar para progresar…

Así son las cosas diría un héroe de nuestra identidad, Oscar Yanes. Cuantos versos mereces Yanes. Y te nos marchastes amigo. Un costumbrista infatigable de la venezolanidad. Descansa en paz.

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