En un embotellamiento lo único que se mueve con rapidez son las motos. Sus conductores maniobran los vehículos con agilidad, zigzagueando entre los carros como si sortearan obstáculos en una carrera contra el tiempo. Todo por llegar lo más rápido a sus destinos.
Esta escena, que se observa diariamente en las vías del país, es uno de los ejemplos de que los motorizados no cumplen con la mayoría de los estatutos establecidos en el Reglamento Parcial de la Ley de Transporte y Tránsito Terrestre sobre el Uso y Circulación de Motocicletas publicado en 2011 en la Gaceta Oficial Nº 39.772.
El presidente de la Asociación Civil por la Caracas Posible, Fredery Calderón declaró a Globovision.com que un cambio en la mentalidad motorizada de Venezuela es posible siempre y cuando exista disciplina y rigurosidad en las políticas públicas. Si este tema “se toma en serio” la transformación podría verse en tres años.
“Hay que cambiar la cultura venezolana, no podemos consentir el caos”, mencionó el viceministro de Prevención del Delito y Seguridad Ciudadana del Ministerio para Relaciones Interiores, Manuel Suárez. Asimismo, admitió que la motocicleta es el vehículo más utilizado para cometer crímenes, ya que sirve para un fácil escape.
Leyes sin cumplir
Calderón explicó que el incumplimiento de las ordenanzas sucede por la ausencia de políticas que favorezcan la movilidad por las vías públicas del país. Caracas es “una selva de concreto donde todo el mundo lucha y compite por un espacio dentro de la ciudad. La vía es de todos y hay que coexistir en ella”, dijo.
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