Cuando uno oye a Maduro despotricar como lo hace, lo primero que uno piensa es en los estertóreos días de Noriega envalentonado amenazando a los gringos y golpeando un machete contra el atril, para más tarde, salir como reo de narcotráfico; en lo segundo que pensamos, es que él y su gobierno están muy débiles, pero cuando anuncia la cantidad de torpeza, una tras otra, uno termina convenciéndose que sus asesores más cercanos están contra de él o por lo menos, quieren que su agonía termine pronto.
No es posible que al cumplirse un año de las atrocidades que el gobierno cometió contra los estudiantes y que le ha costado el apoyo internacional porque fueron tan inteligentes, que pusieron en evidencia la naturaleza misma del régimen autoritario, que ya la comunidad internacional no solo ha comenzado a expresar preocupación por la violencia que desatan y los ataques indiscriminados contra la oposición y algunos miembros del mundo internacional, que han comenzado a tildarlo de dictatorial y en medio de esta realidad, pretenden tapar la grave crisis en la que nos han metido, así como, el viacrucis por el que pasa día a día el venezolano de a pie en colas para buscar los artículos de primera necesidad para el sustento de su familia, con desproporcionados escándalos e inventando un supuesto golpe de estado, sobre el cual todavía no ha mostrado ninguna prueba fehaciente, pero ha sido la excusa para perseguir a la oposición y tratar de arrimar a su desolado barco gubernamental a los dispersos radicales exaltándoles los sentimientos nacionalista, con lo de la injerencia estadounidense, ya que también comienzan a abandonarlo buscando refugio en la acera de enfrente de quienes internamente lo confrontan con poder político comprobado y económico, con capacidad de fuego redoblado que quisiera tener la oposición que se debate más bien en pleitos intrascendente, por lograr más diputados en las planchas legislativas y en confrontación de liderazgos sin respaldo verdadero que no sea solo por las circunstancias por la que atravesamos, que obligará a los venezolanos a votar por quien pongan, como dicen por allí, por el simple hecho de votar contra el gobierno depredador, que ha defalcado a la nación venezolana y nos ha llevado a la ruina total.
Para poder corroborar su absurda e imaginaria conspiración y poder justificar la arremetida contra la oposición y la conspiración norteamericana, ha expulsado a cuatro misioneros evangélicos de nacionalidad estadounidense que andaban por Ocumare de la Costa haciendo misión, cuya acusación de inmediato fue negado por el Jefe de la Organización Evangélica de Venezuela. Ahora nos sale con el cuento que en el Táchira, que ha sido el Estado donde los jóvenes han sido más aguerrido, opuestos al autoritarismo del gobierno y donde se iniciaron los acontecimientos de febrero del año pasado, han apresaron a un militar norteamericano de origen latino, que según ellos, está cantando igual que está cantando o cantó el famoso Magistrado de la Corte Venezolana y el Jefe de seguridad de Chávez y Diosdado en los Estados Unidos, la sola diferencia es que no nos dice el nombre y eso nos da sospecha de
que pueda ser el mismo cuento de siempre para justificar las absurdas locuras que comete. Próximamente sabremos la verdad del famoso conspirador estadounidense.
Lo que sí es cierto, es que el implantar un sistema de visado para los nacionales de los Estados Unidos en nada los afecta a ellos, primero porque no hay muchos americanos que quieran corres el riesgo de sus vidas en manos del hampa en nuestro país, pero el problema mayor o quizás el más grave para los bolivarianos no está allí, porque ni políticos ni inversores americanos van a venir en tropel a Venezuela, de hecho no han venido, es más una habladuría irresponsable para su gallería que otra cosa, pero lo que sí es seguro que esos a los que se está dirigiendo Maduro para su inútil reciprocidad de visado si tienen peso político en Estados Unidos para ampliar y profundizar las sanciones contra los intereses de los boliburgueses que tienen propiedades, inversiones, acuden a lugares de recreo y vacaciones para sentirse gente y disfrutar del primer mundo. Esto sin duda alguna, se le convertirá en un boomerang a Maduro porque quienes se radicalizarán contra él son precisamente quienes tienen que perder cuyas fortunas no la han conseguido con el sudor de su trabajo sino con las mieles de la complicidad y la corrupción.
Esos son los grandes perdedores en esta apuesta política que ha hecho Maduro y que sin duda alguna se la cobrarán. No hay que olvidar, que no existe transferencia financiera que se haga a nivel internacional que no pase por los centros financieros de New York o Londres, ambos controlados por los norteamericanos, por lo tanto, si deben estar al tanto de todos sus movimientos, los de sus familiares y testaferros.
¡Las cartas están echadas!.