Para comprar un combo de lavadora y secadora se requieren 33 salarios mínimos

Para comprar un combo de lavadora y secadora se requieren 33 salarios mínimos

La promesa del Gobierno nacional de garantizar el acceso a electrodomésticos con intervenciones y controles de precios al sector privado, y erigiendo en paralelo una red de comercialización estatal a costo de subsidio, solo ha traído una escasez creciente, y como efecto búmeran, una mayor inflación del rubro… según las leyes del mercado. Una lavadora y secadora ameritan una inversión de al menos 33 salarios mínimos. Correo del Caroní

L6

“Ya no hay ánimos para trabajar, pero ya veremos lo que Dios prepara para nosotros”, expresó con lamentos Katiuska Saheli, encargada de un local de línea blanca en el corredor Páez de San Félix en el 2013, sin imaginar el camino de humo que le aguardaba en los meses siguientes, cargado de artículos de plástico, madera y nulos equipos de línea blanca.





Lo que pasó después del “boom” de los “precios justos” y la llamada ofensiva económica, emprendida por el presidente Nicolás Maduro, se observa con solo asomarse a los locales de línea blanca. Amplios salones en los que antes se exhibían lavadoras, secadoras, cocinas y televisores de todos los tamaños, es ahora lugar de exhibición de camas, muebles y artículos de plástico.

“No hay nada”, exponen los encargados al preguntarles sobre la situación de suministro y el “nada” contrasta con la inundación de artículos de madera y plástico que han tenido que incorporar a la oferta de los locales para ocupar los espacios vacíos en los que antes se disponían equipos de línea blanca, con la encaprichada espera de que “algún día” las cosas mejoren y la importación de equipos se reanude.

En noviembre de 2013, con el ajuste de precios, una nevera de 17 pulgadas que se comercializaba en Bs. 44 mil, pasó a costar Bs. 31 mil 465; mientras que un combo de lavadora y secadora de 18 kilogramos se redujo a Bs. 102 mil 690.

En la actualidad, además de la baja oferta, las neveras superan los Bs. 65 mil, mientras que las morochas rozan los Bs. 190 mil en el centro de San Félix, un monto que implica la inversión de más de 33 salarios mínimos.

Los aires de ventana de 18 mil BTU que fueron recortados en 2013 de Bs. 17.146 a Bs. 12 mil, ya no se consiguen con facilidad. En cambio, consolas split de 12 mil BTU tocan los Bs. 50 mil, mientras que las de 18 mil superan los Bs. 75 mil, el equivalente a 13 salarios mínimos.

Ni hablar de los televisores. Las pantallas de 40 pulgadas superan los Bs. 60 mil, mientras que televisores extra grandes superan en algunos casos los Bs. 500 mil, precio que fluctúa en función de la variación del dólar paralelo.

Proveedores desaparecieron
Desde el colapso de las tiendas, poco después de los operativos de fiscalización con los que obligaron a recortar los precios de la línea blanca, los proveedores de las principales casas como Sony, LG, Samsung, Mabe, General Electric, entre otras, desaparecieron por la seca asignación de divisas.

“Vamos a cumplir dos años en los que no se asoma ningún proveedor a ofrecer línea blanca”, expuso Janira Marcano, encargada de Casa Viva en el centro de Puerto Ordaz, quien resaltó que se han mantenido abiertos con la oferta de colchones y camas, pues ni siquiera empresas como Oster de Venezuela han vuelto a suministrar artículos y los ingresos se han desplomado a la cuarta parte de lo que antes recibían.

“Hemos mantenido la nómina de 17 trabajadores, tienen su sueldo pero estamos sobreviviendo. Hasta ahora no hemos pensado en cerrar, las esperanzas no se han perdido”, señaló.

Comerciantes apuntan que los pocos negocios que cuentan con línea blanca lo logran adquiriendo artículos de revendedores a precios escandalosos, que obligan a llevar al cliente final un precio alto. “Hay empresarios que se arriesgan a eso, comprando en otras monedas y no en bolívares pero con un precio de venta muy alto por la reposición”, indicó un comerciante, que prefirió no identificarse.

Clientes en carrera
Mientras los precios suben, la necesidad de adquirir nuevas tecnologías o sustituir aparatos viejos se mantiene, pero en un contexto inflacionario, el poder adquisitivo se ha resentido y la posibilidad de adquirir línea blanca es cada vez más cuesta arriba.

“Tenemos ganas de trabajar porque hay buena clientela, pero cuando ven los precios salen corriendo”, señaló el comerciante Edgar Suárez, del establecimiento Mi Mundo en el centro de San Félix, al coincidir en el alza de los equipos y el nulo suministro. En el local, precisó, una lavadora semiautomática doble tina escaló de Bs. 2.500 en 2013 a Bs. 40 mil en la actualidad.

Otro comerciante del centro de San Félix, Raúl González, destacó que el 2014 fue crítico. “Antes vendíamos un 60% de línea blanca y el resto electrodomésticos; ahora el 70% es madera, 20% plásticos y el restante es electrodomésticos pequeños”.

“El gasto de alquiler y personal se come los pocos ingresos porque no hay volumen y las ventas han bajado por los precios”, comentó, al afirmar que las garantías no están funcionando y deben ser suministradas por el establecimiento, lo que genera pérdidas, además de que las marcas que llegan son desconocidas.