Gustavo Azócar Alcalá: Maduro, el gran perdedor en la Cumbre de las Américas

Gustavo Azócar Alcalá: Maduro, el gran perdedor en la Cumbre de las Américas

thumbnailgustavoazocarLa séptima Cumbre de las Américas que se celebra en Panamá no ha concluido cuando escribo estas líneas. Pero a pesar de ello, no hay que ser adivino ni profeta, para saber quién ganó y quien perdió en este encuentro continental en el que participan los mandatarios de 33 países.

En mi modesta opinión, hay dos claros ganadores: Barack Obama y Raúl Castro. Y un indiscutible perdedor por unanimidad: Nicolás Maduro. El ex chofer del Metro de Caracas hizo grandes méritos para ser declarado el gran perdedor de la Cumbre. Veamos cuáles son esos méritos:

1.- Maduro prometió entregar una carta al Presidente Barack Obama, junto con 10 millones de firmas, para obligar al primer mandatario estadounidense a derogar la Orden Ejecutiva con la cual sancionó a 7 funcionarios del gobierno venezolano por estar incursos en la violación de derechos humanos contra manifestantes pacíficos que protestaron en las calles y avenidas de Venezuela entre el 4 de febrero y el 15 de junio de 2014.





Maduro convocó a sus seguidores a un gran acto público en Caracas, donde mostraron las cajas (sí, leyó bien: las cajas, no las firmas) dentro de las cuales supuestamente estaban los 10 millones de rúbricas. El alcalde del municipio Libertador, Jorge Rodríguez, anunció que se habían recolectado 13.447.651 firmas. Pero la presidenta del CNE, Tibisay Lucena, dijo que ese organismo sólo certificaba la existencia de 10.408.083 firmas.

La “certificación express” del CNE se hizo, por cierto, sin que las fulanas firmas hubiesen pisado las instalaciones de esa institución pública. Llamó la atención que las supuestas rúbricas se hubieran certificado en tiempo récord, todo lo contrario a lo ocurrido con las firmas recolectadas por la oposición para solicitar un referendo revocatorio contra Hugo Chávez en el año 2004.

2.- Maduro solicitó a los organizadores de la séptima Cumbre de las Américas en Panamá, la incorporación en el documento final del evento, de un párrafo en el cual se condenara la orden ejecutiva del Presidente Obama contra 7 funcionarios de su gobierno. Los organizadores declinaron tal propuesta en razón de que la mayoría de los países asistentes a la cumbre no estaban dispuestos a firmar tal cosa. De hecho, ni siquiera hubo documento final.

3.- Maduro viajó a la Cumbre con la firme intención de convertirse en la vedette del encuentro. Su disputa pública contra Barack Obama hizo que la gran mayoría de los medios de comunicación especulara sobre la posibilidad de un “careo” entre los dos mandatarios. Pero el comandante en jefe de Maduro, es decir, el señor Raúl Castro, no parece estar muy dispuesto a permitir que el ex chofer del metro de Caracas le robe el “show” que se planificó y se montó desde diciembre del año pasado, cuando Castro y Obama le anunciaron al mundo entero el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre ambas naciones.

Raúl, a quien muchos analistas consideraban un simple “jalamecate” de su hermano Fidel, ha resultado ser toda una caja de sorpresas para la comunidad internacional, entre otras cosas porque primero aplicó un conjunto de medidas económicas que buscaban abrir la economía cubana hacia el capitalismo y luego, porque finalmente logró lo que Fidel Castro nunca pudo: un acuerdo con Estados Unidos para que el gigante del norte saque a Cuba de la lista de países promotores del terrorismo, y la posibilidad de que miles de millones de dólares de inversionistas americanos y de todo el mundo, regresen a la isla para reactivar la desastrosa economía de país, la cual fue hecha trizas por las erráticas y prehistóricas medidas económicas impuestas durante 50 años por su hermano Fidel.

4.- Maduro quien afanosamente intentó convertirse en el centro de todas las miradas durante la Cumbre, debió conformarse con hacer un deslucido acto en el barrio El Chorrillo, en Ciudad de Panamá, donde se lanzó un discurso altisonante, con frases destempladas y promesas absurdas, como esa de querer entregar una carta a Barack Obama para exigir a Estados Unidos la “indemnización” de todas las víctimas de la invasión de USA a Panamá en 1989. Durante el palurdo y muy poco concurrido acto, Maduro no sólo confundió u olvidó el nombre del barrio El Chorrillo (dijo que estaba en el barrio El Zorrillo) sino que además olvidó que más del 70% de los panameños agradecieron la acción de EEUU en 1989 para sacar de ese país a una lacra como el General Manuel Antonio Noriega, socio de los carteles de la droga liderados por el colombiano Pablo Escobar Gaviria.

5.- Por primera vez en una Cumbre de las Américas, 26 expresidentes de Iberoamérica firman un documento pidiendo a los Jefes de Estado de América y el mundo que dirijan su mirada hacia un país en concreto: Venezuela. Y eso no es todo: dos presidentes en ejercicio, Dilma Rousseff de Brasil y Horacio Cartes, de Paraguay, marcaron distancia haciendo duras críticas hacia el gobierno venezolano.

Si bien es cierto que el gobierno de Obama “suavizó” el impacto de la Orden Ejecutiva, al reconocer y declarar que “Venezuela no era una amenaza para Estados Unidos”, no es menos cierto que la Orden Ejecutiva y las sanciones contra 7 funcionarios del gobierno de Maduro se mantendrán firmes. No sólo eso, Obama se reunió en Panamá con opositores panameños y venezolanos, representantes de la sociedad civil, a quienes ofreció apoyo para continuar en su lucha en defensa de la democracia y por la libertad de los presos políticos.

En resumen, Maduro salió perdiendo en Panamá. Los ojos del mundo están hoy, más que nunca, pendientes de lo que ocurre en Venezuela. Para decirlo en buen criollo: el heredero de Chávez fue a la Cumbre por lana, y salió trasquilado.

 

SC 11 de abril de 2015

 

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