Bueno, de valer, sinceramente no vale nada, pero resulta un imposible determinar con precisión lo que le cuesta al país presenciar el permanente “show” al que se encuentra sometido desde hace más de 15 años, por un régimen que convierte en jolgorio toda fecha conmemorativa y eventos nacionales e internacionales a los que tiene acceso.
Nunca antes en toda la historia de Venezuela, los venezolanos fuimos obligados a presenciar tan inútiles festejos, comparsas y “demostraciones de fuerza” que, además, impliquen la millonaria erogación de bolívares y dólares, en momentos cuando la economía de la nación toca fondo por el agotamiento de sus reservas monetarias, la paralización de la producción de bienes y el colapso de los organismos prestadores de servicios tan básicos como los de la salud y la educación.
Pero, como consecuencia de un poder contralor avasallado que no exige rendición de cuentas, nos cuesta a los venezolanos tener información precisa, por ejemplo, de cuánto costó el show recientemente montado en la Cumbre de Panamá, con la nutrida delegación debidamente dotada de viáticos en dólares y el doblaje de la pareja presidencial incluida, así como los regalitos a la gente del Chorrillo, mientras en Venezuela escasean hasta el papel sanitario y los pañales.
¿Cuánto —nos preguntamos— costó el show montado en la gira de inicio de año por Maduro y su combo por varios países de Europa, Asia y África, con una mayor abultada delegación, también equipada de una apreciable dotación de dólares, mientras que al resto de la población, la que verdaderamente vive de su trabajo, se le imponían severas restricciones de acceso a la divisa estadounidense?
Pero el show no tiene límites, aparte del ridículo que implica la fanfarronería presidencial de buscarle pleito a presidentes y ex presidentes, congresistas, políticos y defensores de derechos humanos de todo el mundo que se han atrevido a opinar sobre la tragedia que nos afecta a los venezolanos, intensifica Maduro su práctica evidentemente abusiva de apoderarse del tiempo útil de las estaciones radiofónicas y televisivas que, en su conjunto, pierden una millonada con las fulanas “cadenas” que echan al cesto los gastos de producción de los programas comprendidos en los largos e improductivos tiempos de transmisión conjunta obligada. ¿Alguien del régimen se ha ocupado de sacar esta cuenta?
Seguro que nadie, como nadie se ha ocupado de sacar la cuenta de los costos que tienen para las finanzas del país, las constantes movilizaciones desde todo el país, e incluso internamente en los distintos estados donde se montan los grandes espectáculos, en los cuales se les ofrece transporte, alimentos y hasta alojamiento en muchos casos, además de las pancartas producidas en serie y costeadas por diferentes organismos del Estado, solo para exhibir letreritos tan patéticos como “Nicolás, te amo”
Y qué hablar de lo que se gasta en las campañas oficialmente declaradas. Solo para refrescar la memoria de quienes aún siguen creyendo en la pulcritud administrativa de San Hugo y San Nicolás, basta recordar la revelación, proveniente del propio chavismo, nada menos que de alguien que tuvo acceso al manejo financiero del Estado, Jorge Giordani, quien en su famosa carta de despedida atribuyó la actual quiebra económica del país al despilfarro presidencial de recursos en la última contienda electoral pese a que se tenía plena conciencia de lo que estaba sucediendo con la salud del líder.
Por estas razones, los venezolanos debemos declararnos en estado de alerta, para denunciar cada vez que sea necesario el uso abusivo de los recursos de la Nación en la venidera campaña electoral que ya, por su parte, anticipa la gente del régimen con cadenas y concentraciones casi a diario, para impedir lo que ya podemos visualizar como la avalancha de votos que nos permitirá darle la patada histórica al chavismo e iniciar la recuperación de la Asamblea Nacional, como paso previo a la conquista del poder político nacional; y por lo que una vez más debemos insistir en mantener la unidad aun en medio de las dificultades que indudablemente están presentes en la actualidad.
Twitter: @JJMorenoA