El agitado debate entre Rajoy y Sánchez abre la puerta al final de la campaña

El agitado debate entre Rajoy y Sánchez abre la puerta al final de la campaña

Foto EFE
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La campaña electoral española enfila su recta final con el trasfondo del agitado debate de ayer entre el presidente de Gobierno, Mariano Rajoy, y el líder de la oposición, el socialista Pedro Sánchez, que bajaron “al barro” de la arena política por los casos de corrupción de la legislatura.

EFE

Durante el cara a cara, el líder de la oposición acusó al presidente español de “no ser decente” por su comportamiento ante la corrupción, mientras que Rajoy le tachó de “ruin, mezquino, miserable y deleznable”.





“Dije a Rajoy lo que millones de españoles piensan y lo piensan con razón. Necesitamos que la decencia vuelva a la política y a las instituciones”, insistió hoy el líder de la oposición, Pedro Sánchez, que se sintió vencedor de un debate que fue seguido por 9,6 millones de espectadores -48,6 % de la audiencia-.

Rajoy, que pasó de puntillas hoy por lo ocurrido anoche, aseguró en un acto de campaña celebrado hoy, que su partido es el único que ofrece “estabilidad política, seguridad, certidumbre”.

“Ahora no estamos para bromas; hemos vivido momentos difíciles y lo que toca ahora es continuar la tarea, conseguir la estabilidad política, que es capital para seguir mejorando la situación de la economía, y generar certidumbre y seguridad, que es lo va a ofrecer el PP y va a seguir manteniendo de cara al futuro”, enfatizó.

La cita de anoche era el debate definitivo antes de la cita electoral del domingo y está considerado el último cartucho de los dos partidos que encarnan el bipartidismo para atraer los votos del 41% de votantes indecisos, que dibuja el último sondeo oficial.

El Partido Popular (en el gobierno, centroderecha), y el socialista PSOE se turnan en el poder desde 1982, más de tres décadas de bipartidismo que se ve cercado, según todos los sondeos, por las dos nuevas formaciones, Podemos (izquierda) y Ciudadanos (liberales centristas), que ayer estuvieron excluidos del debate.

Junto con los casos de corrupción, que marcaron la legislatura de ambos partidos, Sánchez censuró al presidente por los recortes en materia de derechos sociales y la precariedad en el empleo, mientras Rajoy le reprochó el agujero económico que el actual gobierno se encontró en 2011 cuando llegó al poder en sustitución del socialista José Luis Rodríguez Zapatero.

En el último apartado del careo, destinado a pedir el voto, Rajoy apeló a la “estabilidad, la seguridad y la certidumbre” que garantiza su partido, mientras Sánchez dijo que su partido es “la única opción” para reunir a todos los españoles e impulsar el cambio político que necesita el país.

Entre el cruce de acusaciones generalizado, la única isla de entendimiento que encontraron ambos candidatos a la presidencia fue la lucha contra el terrorismo yihadista, el único pacto que ambos partidos alcanzaron esta legislatura.

El nivel del debate fue criticado por los dos líderes de los partidos emergentes, Ciudadanos y Podemos, tercera y cuarta fuerza en intención de voto según los sondeos, que irónicamente, ven en su exclusión de la cita, un factor positivo.

El debate de ayer es la muestra de que es necesario apostar por una “nueva etapa política en España” , dijo hoy el líder de Ciudadanos, Albert Rivera.

“Para que no gobierne el PP no tenemos que votar necesariamente al PSOE” y viceversa, ha dicho, y “ahora no tenemos que votar al menos malo” sino que se puede “votar al mejor, al que nos representa”.

El candidato de Podemos, Pablo Iglesias, cree que lo de ayer no fue un debate sino el “epílogo” de una época en el que ambos partidos, PP y PSOE, “salieron haciendo un epitafio”.

“A los ciudadanos de nuestro país les gusta el juego limpio (…) nosotros somos partidarios de decir las cosas con toda contundencia pero sin dar gritos”, afirmó hoy durante un acto de campaña.

La campaña electoral se prolongará hasta el próximo viernes por la noche, mientras el sábado los electores contarán con una jornada de reflexión en el que los partidos no podrán realizar actos de campaña -una figura regulada por la normativa vigente, mientras que el domingo 20 de diciembre, están llamados a las urnas más de 36 millones de electores.