Juan José Moreno: La “difícil” disciplina como clave de la unidad

Juan José Moreno: La “difícil” disciplina como clave de la unidad

thumbnailjuanjosemorenoSi existe una condición arraigada en la cultura del venezolano es la resistencia a la disciplina, tal vez inculcada por la dirigencia tradicional del país e incluso desde las propias aulas estudiantiles por ciertos “educadores” inconscientes del papel que están llamados a cumplir en la formación ciudadana de sus educandos. Lamentablemente es una realidad que mucho nos ha afectado como país amante de la democracia y la libertad que, con la mano puesta en el corazón, debemos admitir si nos disponemos a enfrentar con la mayor sinceridad los nuevos retos que nos corresponde asumir con la responsabilidad exigida por el momento actual.

Lo afirmo así porque, aun consciente del gran esfuerzo desplegado por todas las organizaciones que conformaron la coalición triunfante en las recientes elecciones parlamentarias para mostrarse ante el electorado como un solo equipo, pese a la diversidad de pensamientos entre sus integrantes, estimo que los nuevos escenarios en los que les corresponde ahora actuar, requiere de la adopción de una actitud de suma prudencia que debe comenzar por una adecuada administración del lunguaje. Así como se lee.
Porque no podemos exigirle a las distintas agrupaciones que conforman la nueva unidad un criterio único en relación a cada asunto que deba ventilarse ante el público; eso no puede lograrse ni siquiera en organizaciones como el PSUV, donde esa especie de gríngola y “aguja hipodérmica” los obliga a repetir como loros lo que se les ordena “desde arriba”. A lo que podemos aspirar los venezolanos conscientes de la nueva realidad surgida de este proceso que hoy nos abre la posibilidad de rescatar la democracia y la institucionalidad del país, es que, apartando las diferencias ideológicas de cada uno, se mantenga el necesario esfuerzo unitario para dilucidar y plantear las ideas relacionadas con la solución de la diversidad de problemas que hoy afectan al país.

Deseamos, en primer lugar, que se mantenga la mayor discreción y sindéresis en relación con los asuntos que serán tratados en el arranque de las sesiones de la nueva Asamblea Nacional, para lo cual podrá ser necesaria la designación de una vocería autorizada, tomando en cuenta que el adversario político está reaccionado como fiera herida ante la fulminante derrota que le ha sido infringida y que, con su característica habilidad para la maniobra rastrera, utiliza cada argumentación para atacar sin ningún escrúpulo.





En segundo término, es nuestro deseo la imposición de una disciplina que permita sesionar en el ambiente que debe imponer la majestad y el protocolo legislativo. Atrás debe quedar el circo en el que fue convertida la primera casa de leyes del país, colmada de barras ideológicamente manipuladas y las discusiones atropellantes de una mayoría, envalentonada por quienes evadían o ignoraban su responsabilidad de mantener el orden en el hemiciclo, contra una valiente minoría de diputados que debió sufrir las más crueles agresiones.

Deseamos una Asamblea que ejerza la función que mundialmente se asigna en las auténticas democracias a las instituciones de su tipo, como es la de el libre intercambio de ideas y propuestas encaminadas a la aprobación o reforma de leyes, así como al control del gasto público y de la actuación del Poder Ejecutivo; muy contrario a la que desde hace más de 15 años observamos, donde la imposición gubernamental priva sobre cualquier discusión civilizada y el oficio contralor del Estado.

De igual manera, e insistiendo en el aspecto disciplinario, debemos recalcar sobre la necesidad de exigir que desde el escenario en buena lid conquistado para la causa de la democracia venezolana, sea retomada, entre otras, la disciplina de:

• Rendición real de cuentas del Ejecutivo en todos sus niveles, en lugar de los espectáculos sin contenidos informativos y cargados de majaderías sobre los que no se admiten reparos ni respuestas a las interrogantes que de estas auténticas chácharas se derivan.

• Rendición de cifras del Banco Central de Venezuela, de acuerdo con lo establecido en el Artículo 319 de la Constitución de la República y la propia aspiración de los venezolanos, especialmente relacionados con los informes periódicos sobre el comportamiento de las variables macroeconómicas y análisis que permitan su evaluación. No sabemos hasta el momento si se trata de una indisciplina ordenada o inducida por el Ejecutivo sobre el BCV, o se ha tratado de un simple “descuido” del Legislativo, pero la institución incumple su deber de suministrar desde hace mas de un año toda información sobre el comportamiento de la economía.

• Rendición sobre el cumplimiento del país con los convenios y compras internacionales, entre ellos los negocios con el país asiático, convertido hasta hora por los venezolanos en un solo “cuento chino.
Entendemos finalmente lo difícil que puede resultar establecer una férrea disciplina desde la nueva Asamblea Nacional, pero insistimos que, siendo esta la clave de una verdadera unidad funcional de la novel fuerza que hoy se estrena en nuestro parlamento, pensamos que debe constituir esta la primera prioridad para ser atendida como base para el logro de los venideros triunfos que esperan por el nuevo país que comenzará a perfilarse desde el 5 de enero próximo.

@JJMorenoA