Mira cómo hacer que la comida rápida no sea tan dañina para tus hijos

Mira cómo hacer que la comida rápida no sea tan dañina para tus hijos

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Si bien es cierto que la tendencia predominante es a elegir estilos de vida saludable incluso para los más pequeños, es innegable que cuando se trata de un afán, o simplemente por variar el menú que se sigue entre semana, muchas personas continúan llevando sus hijos a sitios de comida rápida.

Esto significa que muchas veces los padres se ven obligados a elegir alimentos ricos en grasas, poca o nula presencia de frutas y vegetales, y uno que otro dulce como helados y tortas. En general, no hay problema si se hace ocasionalmente, con tal de que no se convierta en un hábito.





No obstante, muchos padres se preguntan cuánto es demasiado, y si hay alternativas para que sus pequeños no se priven de comer algo diferente sin sacrificar su salud y darles un buen ejemplo de nutrición infantil.

No todo está perdido, el portal Heart.org sugiere, en primer lugar, prescindir de algunos acompañamientos de lo que vendría siendo “el plato principal”. Es decir, que si en el restaurante el menú para niños consta de hamburguesa, papas fritas y helado, se puede comprar únicamente la hamburguesa y dejar de lado lo demás.

A cambio, algunos restaurantes ofrecen la opción de pedir frutas como manzana picada a cambio de las papas francesas. Y si tus hijos son fanáticos de este frito, una opción es comprar una porción compartida entre tu u otro niño y tu hijo.

Otra buena idea es preferir siempre las comidas a la parrilla. Por ejemplo, una hamburguesa de pollo a la plancha es mejor que unos ‘nuggets’ de pollo. También, pregunta por opciones saludables para el tipo de pan: elige el integral o el de avena sobre el blanco para tus hijos.

En cuanto al postre, procura no ser tan duro, pero sí precavido: muchos niños fantasean con comerse un helado, o una malteada. No está mal permitírselos de vez en cuando, pero hay que procurar que no sea una porción demasiado grande y que no tenga adiciones como caramelo, chocolate u otras salsas, que en ocasiones sobran dada la cantidad de azúcar que el postre trae por sí solo.

Por último, aunque resulte obvio, debes prescindir de las gaseosas y los jugos ultra-azucarados. Incúlcales a tus hijos la costumbre de tomar agua en vez de las bebidas demasiado dulces.

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