Los otros “dolientes” del aumento del 6.000% de la gasolina

Los otros “dolientes” del aumento del 6.000% de la gasolina

A worker counts Bolivar notes at a gas station which belongs to PDVSA in Caracas February 17, 2016. REUTERS/Marco Bello
REUTERS/Marco Bello

 

Los automovilistas en Venezuela, que por largo tiempo disfrutaron de la gasolina más barata del mundo, no son los únicos que probablemente lamentarán la decisión del presidente Nicolás Maduro de subir los precios por primera vez en casi dos décadas, reseña Reuters.

Firmas incluyendo a la india Reliance, el gigante ruso Lukoil y los operadores Trafigura y Noble Group corren el riesgo de ver reducir su porción en un negocio de 1.000 millones de dólares al año, que consiste en proveer a Venezuela costosos componentes de alto octanaje para mezcla de gasolina que significan un quinto de su consumo local.





Aun siendo miembro de la OPEP, Venezuela depende cada vez más de la importación de productos especializados como alquilato, éter metil terbutílico (MTBE) y reformado para oxigenar y subir el octanaje de la gasolina que produce, que tiende a ser de baja calidad debido a su alto contenido de azufre, olefinas y aromáticos.

Su dependencia se ha hecho mayor desde 2012 debido a una caída en la producción de componentes tras una explosión que afectó a su mayor refinería, Amuay, además del creciente consumo de gasolina premium de 95 octanos, cuyo precio -diluido por una inflación sin freno- dejó de ser difícil de costear con respecto a la de 91 octanos.

El miércoles Maduro puso fin a casi 20 años de congelación de precios al anunciar pronunciadas alzas en las estaciones de servicio destinadas a costear la elevada factura de los componentes importados, que el país a duras penas puede pagar en medio del colapso de los precios del crudo, que está golpeando su economía al reducir los ingresos por exportaciones.

ELECCIÓN DE COMBUSTIBLE

El mayor impacto de las medidas para el mercado interno de combustibles probablemente radicará en un cambio en el patrón de consumo de gasolinas en Venezuela, no en el uso del transporte.

Al fijar un precio seis veces más alto para la gasolina de 95 octanos, las medidas buscan impedir que los conductores llenen sus tanques innecesariamente con el tipo más costoso de producir, lo que según los expertos es innecesario en la mayoría de los autos modernos.

Maduro dijo que Venezuela prevé reducir el costo de las importaciones en 800 millones de dólares por año si los consumidores migran a gasolina de 91 octanos, cuyo precio subió 14 veces. El precio del combustible premium fue elevado en más de 6.000 por ciento.

El costo de la gasolina es “casi nada”, dijo Maduro el miércoles por la noche. Agregó que a un “precio justo” asegurará que los costos de producción queden cubiertos, así como el “funcionamiento sano” de PDVSA.

Aun después del incremento a 1 bolívar por litro, la gasolina de 91 octanos tiene un precio equivalente a 0,02 dólares por galón al tipo de cambio oficial más alto, lo que representa apenas 1 por ciento del importe en Estados Unidos. El precio en Kuwait, que tiene la segunda gasolina más barata del mundo, es 40 veces más alto.

“Algunos conductores podrían cambiarse a la gasolina de 91 octanos en el corto plazo debido a la amplia brecha entre los dos precios”, dijo Francisco Monaldi, del Instituto Baker de Políticas Públicas en Houston.

Pero el cambio en el patrón de consumo podría revertirse rápidamente en medio de una inflación de tres dígitos esperada para 2016 que erosionaría el efecto del ajuste sobre las finanzas del país si los precios no se ajustan periódicamente.

Además, los contrabandistas todavía pueden asegurar enormes ganancias al vender el combustible venezolano a precios hasta 60 veces más altos en la vecina Colombia.

Venezuela consumió 283.000 barriles por día de gasolinas el 2014, según cifras oficiales.

En 2015 importó de Estados Unidos unos 60.000 bpd de naftas, alquilato, reformado, MTBE y mezcla para gasolina. Los principales suplidores -casi todos bajo contratos de suministro de 6 a 12 meses- fueron Lukoil, Trafigura, Morgan Stanley, Rosneft y Noble Americas, según datos de Thomson Reuters.

Analistas estiman que con precios aun tan bajos, el nuevo esquema para la gasolina no tiene muchas chances de éxito en el largo plazo como estrategia para recortar importaciones, reducir el contrabando o eliminar intermediarios.

Por Marianna Parraga/Reuters