Cuando el dictador cerró la frontera el año pasado lo hizo supuestamente para evitar el contrabando de extracción y el bachaqueo de alimentos de Venezuela hacia Colombia. Maduro se llenaba la boca diciendo que gran parte de los colombianos comían y usaban productos adquiridos en nuestro país a precios socialistas, porque en el capitalismo del vecino país no se podía vivir. El cierre de frontera no resolvió el problema y los productos que supuestamente nos extraían los colombianos tampoco aparecieron. La escasez siguió creciendo demostrándose una vez más que la culpa es del gobierno venezolano y su fracasado modelo económico.
Pero un año después de esa medida, que por cierto se ejecutó con un fascismo militar inolvidable, la realidad es radicalmente distinta, al punto que ahora somos los venezolanos los que desesperadamente buscan pasar la frontera para comprar los alimentos que no se consiguen en la “patria”. Y es que además, la devaluación oficial de Maduro ha sido tan descomunal estos meses, que la comida ya está más económica en el extranjero que en Venezuela. ¿Qué pasó con los precios justos?
Para lo único que sirvió el cierre dictatorial de la frontera con Colombia, fue para desnudar el fracaso de Maduro y para dejar en evidencia el resultado de su política. Maduro hizo lo imposible, revirtió el bachaqueo al punto que ahora serán los venezolanos los que van a tener que ir a hacer mercado a Cúcuta. Es lo peor de los dos mundos, se trata de un escenario de devaluación oficial pero sin recuperación económica. O sea, inflación y escasez galopante. No hay nada que comprar y cuando se consigue ya no alcanza la plata. Así es que se gobierna.
Y el otro mito que cae con la farsa fronteriza de Maduro es el de la guerra a la moneda que supuestamente se generaba en Colombia para desestabilizar nuestro país, cosa que también se iba a resolver con la medida militar. Resulta que durante el cierre de la frontera Maduro ha llevado el dólar oficial de menos de doscientos bolívares a más de seiscientos treinta, más del triple de aumento. Éxito rotundo. Lo cierto es que Maduro prometió cuando cerró la frontera que se iba a acabar la escasez de comida y medicina, al tiempo que se iba a recuperar el valor de nuestra moneda. Pero ocurrió todo lo contrario. Al final no apareció nada, ni su partida de nacimiento.
Hace poco unas mujeres venezolanas cansadas de ver a sus hijos pasar hambre, lograron vencer a los militares para pasar la frontera y llegar hasta Cúcuta. Este hecho hace recordar la caída del Muro de Berlín que dejó en evidencia los resultados contrastantes de una gestión democrática sobre una tiranía comunista. Y es que más temprano que tarde Maduro tendrá que reabrir la frontera con Colombia y caerá el Muro de Cúcuta con las mismas consecuencias para el comunismo fracasado que hace 27 años.
JOSÉ IGNACIO GUEDEZ
Secretario General de La Causa R
Twitter: @chatoguedez