Civiles contra militares, por Alexis Alzuru

Civiles contra militares, por Alexis Alzuru

Que la lucha es contra generales chavistano sólo contra Maduro, es el saldo que dejaron los recientes cambios de la FANB. Lo relevantees que este giro obliga a la oposición a redefinirse. Basta pensar que cualquier apoyo militar le fue eliminado; ahora las opciones para sustituir al presidente se concentran en el terreno civil con exclusividad. Que la primera línea de defensa del régimen la lleven soldadossignifica,entre otras cosas,quepara algunos sectores de la oposiciónel sueño militar terminó; también sugiere que cualquier fórmula que se utilice para promover laremoción del presidente acarreará un alto costo que el pueblodeberá pagar. Obviamente el precio de algunasrecetas será más elevado que el de otras. Por ejemplo, el que tendría que cancelarsepor reeditar las guarimbas sería superior al de dialogar y negociar.Además las revueltas agregarían heridos, muertos y detenidos a la batería de problemas que existen.

La energía con la que algunos recomiendan calentar las calles para que los soldados salgan a encarar alpresidente a lo mejor debe reorientarse. En este momento la prioridad es rescatar las instituciones desde las cuales los civiles pueden tomar decisiones. Lo queen la práctica se traduceen presionar por la restitución de los diputados queilegalmentefueron separados delaAsamblea;y, por supuesto,realizar las regionales estemismo año. Sin perder de vista que desincorporar a los magistrados del TSJ designados mediante fraude y, aclarar la nacionalidad de los padres de Maduro son factores que permitirán quelos jefes de la oposición secoloquen en simetría conlos militares.

Hay que resolver un grupo de asuntos de carácter constitucional para fortalecer la capacidad de presión y decisión de quienes adversan al gobierno. En varios de esos problemas la Asamblea ha venido trabajando;pero sigue sin tener éxito.Tal vez, la forma de concretar los resultados que se deseanes convertir aquellos asuntos en partede la agenda que debería negociarse con ayuda de la mediación internacional. En el entendido que el arma que tiene la oposición para conseguir sus objetivos es la negociación y no el conflicto. Después de todo, bastaría conseguir que se negocien algunos de los puntos pendientes para obligar al gobierno a medirse en un revocatorio.
El presidente deberá ser derrotado en la mesa de negociación o con las armas para lograr que el revocatorio se realice; pues los generales que lo tutelan no cederán un milímetro porque lo exijan algunos políticos. Tampoco retrocederán porque la población pase hambre, haya muertos o por falta de medicinas.Los cuarteles están casados con el régimen no con las aspiraciones del pueblo. De hecho, el malestar que había en Fuerte Tiuna resultó unpobre cuento que se le vendió a la opinión pública.

Hoy se sabe que los militares sólo se revelan cuando pasan al retiro dorado que los trabajadores les financian con sus impuestos. En pantuflas algunos se muestran polémicos y hasta amenazan con participar en una nueva revolución; pero mientras están activos juran fidelidad al presidente cada vez que algún sargento cubano se los exige. Lo cual se explica no sólo porque han obtenido cuantiosos beneficios por defendera Maduro, sino porque comparten la visión hegemónica que Hugo Chávez tenía del poder y de su proyecto.

Julio ha permitido mostrar que todas las alternativas que están sobre la mesa para sustituir a Maduro son inciertas; resbalosas. Sin embargo, la oposición tiene mayores probabilidades de conseguir la revocatoria del gobierno a través una negociación política que mediante la confrontación abierta contra aquellos que hoy monopolizanlas armas.

A.Alzuru
@aaalzuru

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