Pedro Vargas: La inseguridad es un problema que tiene solución

Pedro Vargas: La inseguridad es un problema que tiene solución

thumbnailpedrovargasEs indiscutible que en la actualidad el aumento de la criminalidad constituye para la mayoría de la población uno de los principales problemas sociales del país y frente a lo cual existe una fuerte percepción de insuficiente intervención por parte del Estado para combatirla.

Si bien es cierto, la reducción de la inseguridad implica la prevención social que tiene por objetivo disminuir los factores de riesgo que llevan al individuo a incurrir en la comisión de hechos ilícitos; también tenemos lo relativo a la represión de la criminalidad, es decir, castigar al sujeto que cometió un delito. En los países donde ha existido un alto nivel de criminalidad, la misma ha sido tratada como un problema que tiene solución.  Estas soluciones han partido de planes sumamente radicales y extremistas , como los aplicados en Singapur, hasta planes ajustados a lo contemplado en el ordenamiento jurídico respetando los derechos esenciales del ser humano, como los ejecutados en los países pertenecientes a la Europa Occidental.

Siendo la República de Singapur uno de los países más violentos e inseguros del continente asiático en la década de los años 60, a partir del año 2.004 aplicó un plan de medidas muy drásticas contra la criminalidad que lo convirtieron en uno de los países más seguros del mundo. Si bien es cierto, las medidas adoptadas por el Gobierno de Singapur para combatir la delincuencia (pena de muerte, trabajos forzados para los criminales, etc.) no fueron bien vistas por los organismos defensores de los derechos humanos, por cuanto eran muy autoritarias y represivas, no es menos cierto que lograron conseguir los resultados deseados en esa nación, es decir, disminuir la criminalidad y lograr darle calidad de vida a sus habitantes.





Ahora bien, en los países que conforman la Europa Occidental -principalmente  Inglaterra, Francia, Alemania, Italia, España y Portugal- se observa que tienen un bajo índice de criminalidad y esto lo han logrado adoptando medidas cada vez más restrictivas para combatir la delincuencia. La prisión permanece como el pilar central de la justicia criminal, y por ende, como la base del sistema de la sanción aplicada al delincuente, es decir, piensan primero en el castigo y son muy limitativos en el otorgamiento de beneficios que impliquen la libertad de los autores de delitos. Simultáneamente, el conjunto de los países europeos han logrado entender que las medidas judiciales no son suficientes para disminuir la criminalidad, se hace necesario también de un enfoque multidisciplinario que involucre a diferentes actores como la escuela, la familia, los servicios sociales, la comunidad y la policía. Han implementado diversos proyectos para combatir la deserción escolar y el apoyo a los niños y adolescentes que se encuentren en riesgo de caer en conductas irregulares.

Asimismo, en Europa se busca constantemente disminuir la criminalidad en los espacios públicos y la calle, a los fines de que la colectividad pueda disfrutar de dichos ambientes. En Gran Bretaña se ha invertido en un sistema de vigilancia por cámaras en los centros de las principales ciudades, con ello se constata un impacto muy fuerte en la disminución de desórdenes públicos y, aunado a las cámaras, se tiene presencia constante de los cuerpos policiales. Estos países  han modernizado las fuerzas policiales para responder a los desafíos del mundo criminal, esta modernización implica la incorporación de  tecnología para fortalecer los esquemas de la policía en respuesta a mantener controlada la seguridad personal y los bienes de los ciudadanos. Todas estas medidas han colaborado en que los países europeos gocen de niveles muy bajos de criminalidad, y por ende, sus habitantes disfrutan de una gran paz social, por lo tanto, han logrado minimizar los niveles de inseguridad de una manera eficiente.

En Venezuela, por el contrario, se observa que la criminalidad se agudiza, la delincuencia cada vez es más violenta, muchas veces está mejor dotada de armamento que los propios cuerpos policiales, nuestras leyes penales contienen una amplia gama de beneficios que otorgan a los autores de delitos su libertad mucho antes de que estos cumplan con la pena impuesta, la deserción escolar aumenta, la delincuencia juvenil prolifera; y sin embargo, el Estado no plantea una solución eficiente al grave problema que representa la delincuencia, cuando se tiene el ejemplo de otros países que han logrado resolver, de manera acertada, el flagelo de la inseguridad.