Trump-Hillary, entre la tradición y la modernidad, por Juan Lechín

Trump-Hillary, entre la tradición y la modernidad, por Juan Lechín

thumbnailJuanLechinGracias al efecto “convención”, Trump sacó unos puntos de ventaja pero, por la misma razón, luego de la convención demócrata los números electorales subieron a Clinton 10% por encima de su oponente (39%-49%). Los republicanos están hambrientos de poder pues ya llevan dos períodos fuera del gobierno. Fue el Tea Party quien le dio dinamismo a un partido sin ideas al alborotar la parte más radical de los republicanos blancos. Trump —un no republicano— gritó lo que esa colectividad sentía (y que el resto de los candidatos no se atrevían a decir), y ganó la nominación. Los republicanos pragmáticos se están subiendo a su carro, incluso John Mc Cain a quien Trump insultó anteriormente con total desparpajo. En cambio, los republicanos ideológicos, seguidores de Lincoln y la libertad de los esclavos, abandonaron al “abominable” y apoyan públicamente a Hillary.

Analicemos el sonado discurso de Trump contra los migrantes. Fue una atracción mediática pero es una torpeza económica. EEUU se concentró en tecnología, diseño y finanzas. Los migrantes (latinos y demás) llegaron a ocupar la base de la pirámide económica mientras el creciente número de jóvenes profesionales norteamericanos subieron a funciones mejor remuneradas, en lo tecnológico y financiero. Una parte de los blancos no educados fueron desplazados porque no aceptaban los salarios de los migrantes. La otra parte, (el obrero de Detroit por ej.), quedó fuera del mercado pues la industria se fue al tercer mundo (incluida la China) donde los salarios son más bajos. Una arremetida contra los migrantes, como cacarea Trump, reventaría el mercado norteamericano actual. Estas próximas elecciones se enfrentará, pues, la tradición y la modernidad.