Así se viven 48 horas en Granada

Así se viven 48 horas en Granada

La magia de Granada reside en su multiculturalismo. No solo lo veremos en su arquitectura y sus monumentos, lo advertiremos en su gente, en su comida, en su música y en sus bares, mezcla principalmente de su herencia musulmana y su folclore flamenco. Todo aderezado con tapas, grafitis y tiendas de souvenirs por doquier. Una ciudad de paso para tantos y tantos estudiantes que prueban fortuna en su juventud bohemia. Traveler.es

VIERNES

17:00 h. Comenzamos nuestra visita a la capital andaluza visitando la Catedral antes de que nos cierren a las 18:45 h. En pleno centro, se trata de la primera iglesia renacentista construida en España, obra de Diego de Siloé. Vale la pena bordear su exterior para disfrutar de todos los detalles que ofrece su fachada, a pesar de que correremos el riesgo de que alguna vendedora nos increpe para comprarle romero o perejil. Por 5 euros podremos visitar el interior con una detalladísima audio-guía que nos explicará en aproximadamente 40 minutos la historia de todas sus capillas, retablos, cuadros, imágenes religiosas, órganos y vidrieras.

Catedral de Granada

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18:30 h. Al salir descubriremos que las calles de alrededor comprenden el corazón comercial de la ciudad. Entre las numerosas tiendas de souvenirs, las sucursales de las principales franquicias de moda y el atrayente olor de los puestos de infusiones (mezclas para té, principalmente) veremos estupendas terrazas donde echar la primera tapa en la Plaza de la Romanilla (apodada comúnmente como la ‘plaza del burro’ por su estatua) y laPlaza de Bib-Rambla. No obstante, si queremos bares alejados del ajetreo turístico y con tapas caseras los encontraremos en los aledaños de la Plaza de la Trinidad: La Taberna, pequeño y acogedor local escondido en la calle Sillería, y La Clausura, bar familiar en la esquina de la calle Málaga con la calle Fábrica Vieja, junto a la Plaza de los Lobos.

Plaza de Bib-Rambla/ Alamy

21:00 h. Pero para hablar de las tapas de Granada tenemos que hablar de la calle Elvira, abordable desde muchas alturas o desde su desembocadura en la Plaza Nueva. Aquí los bares van y vienen y es fácil encontrar muchos cambios de un año para otro, así que probablemente nos toparemos con las clásicas sucursales de restaurantes como La Antiguao La Bella y la Bestia y locales nuevos como el Rink&Roll. En todos ellos te deberían dejar elegir la tapa de tu consumición, si bien te limitarán a dos los tipos de tapa por ronda, y lo habitual es que todas traigan de guarnición aceitunas, patatas fritas o (más raro) ensalada de pasta.

23:00 h. Si tras llenar el buche nos apetece rebajarlo con una copa, nuestra recomendación rockera para este viaje es el Enano Rojo, que resiste contra viento y marea el número 91 de la calle Elvira gracias a su gran selección de música y su colección de fotografías en blanco y negro. El rock&roll puede seguir en el Pata Palo (Calle Naranjos, 2), a unos cinco minutos andando. Otro bastión de la ciudad es el Planta Baja (Calle Horno de Abad 11) y su oferta de conciertos, pero ardió pasto de las llamas este verano y se encuentra en reformas en el momento de escribir estas líneas a espera de reabrir lo antes posible.

Las noches de Granada son eternas/ Alamy

SÁBADO

10:00 h. Hoy toca andar para bajar las tapitas. Una ruta que se recomienda hacer mejor fuera de los meses estivales por el calor sofocante que azota a la ciudad. Enfilamos desde la Plaza Nueva el Paseo de los Tristes, que discurre paralelo al río Darro y por el cual ya iremos disfrutando de las primeras vistas de la Alhambra (que visitaremos el domingo).

Nos dirigimos claro está al barrio del Sacromonte, cuyo itinerario está bastante bien señalizado. Al final del susodicho Paseo tendremos que enfilar a mano izquierda la Cuesta del Chapiz, a cuyo comienzo se pueden visitar los jardines del Palacio de los Córdoba. Poco más arriba nos toparemos con la estatua de Chorrojumo, afamado patriarca gitano del siglo XIX que nos indica que tenemos que torcer a la derecha, donde encauzamos ya el Camino del Sacromonte.

El barrio del Sacromonte, pura raza

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Este barrio le debe su fama a las cuevas excavadas en la montaña, que en la actualidad tienen básicamente tres usos: casas particulares, bares/restaurantes y museos. Un recorrido que finaliza con la subida a la Abadía, construida a raíz de los descubrimientos en 1595 de las “Santas Cuevas” con las supuestas reliquias de San Cecilio. A la vuelta paramos a tomar un refrigerio en cualquiera de los bares (muchos con espectáculos de flamenco). En ellos disfrutaremos de una increíble panorámica del barrio y de la Alhambra.

Albaicín

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14:00 h. Deshacemos el camino hasta el Chorrojumo y torcemos a la derecha para visitar otro de los barrios icónicos de la ciudad: el Albaicín. A estas horas ya habremos hecho hambre, así que comemos en cualquiera de las terrazas que albergan sus placetas, con menús del día a 10 euros. Una vez repuestos, toca perderse por sus laberínticas calles para descubrir sus Cármenes (casas típicas), sus arcos, sus plazas y, sobre todo, sus miradores. El más famoso (y masificado) es el de San Nicolás, con la impagable panorámica de la Alhambra, música callejera y puestos de artesanía hippie de todo tipo: pulseras, colgantes, pintura… Pero no es el único, también tenemos los de San Cristóbal, el Cruz de la Rauda, el de la Lona… Igual de agradables son las paradas en el parque del Huerto de Carlos o la Placeta de San Miguel Bajo, con sus terrazas y su Cristo de las Lañas, particular versión del Cristo de los Faroles.

Vistas desde el Albaicín

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20:00 h. Al atardecer bajamos de nuevo hasta los aledaños de la Calle Elvira, cuyas callejuelas adyacentes –Calderería Nueva y Calderería Vieja– colorean las numerosas tiendas de souvenirs con todo tipo de obsequios y complementos hippies y árabes (pañuelos, bolsos, vestidos, djembés, darbukas, té…) y cuyo olor se llena del aroma de las teterías árabes, donde procedemos a tomar una taza junto a una buena cachimba. Si no nos apetece volver a cenar de tapas, también existen numerosos puestos de kebaps donde degustar comida turca.

Calle de la Calderería Vieja

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DOMINGO

08:30 h. Por supuesto que no nos podemos ir de Granada sin visitar la Alhambra. Esta antigua ciudad palatina andalusí, declarada Patrimonio de la Humanidad, recibió en 2015 unos dos millones y medio de visitas, así que ni qué decir tiene que es recomendable sacar las entradas con al menos un mes de antelación. Lo más demandado es la entrada general (15,40 euros), que incluye el acceso a todos los espacios visitables del Monumento:Alcazaba, Palacios Nazaríes, Generalife, Palacio de Carlos V y Baño de la Mezquita. No obstante, si cuando vayamos a realizar la compra ya estén agotadas o simplemente nos apetece hacer otro tipo de recorrido, existen otras opciones como la visita nocturna o packs de diferentes combinaciones. Si tampoco quedasen plazas, nos podemos plantar a las 8:00h de la mañana en la taquilla a ver si hay suerte para comprar alguna de las entradas que han sobrado a través del resto de canales de venta o, en el peor de los casos, conformarnos con visitar la parte gratuita (claro está, la menos espectacular): el Palacio de Carlos V, con el museo de la Alhambra y el museo de Bellas Artes, la calle Real y la explanada donde se encuentra la puerta del Vino.

Baños de la Mezquita

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14:00 h. Si hemos tenido suerte habremos echado la mañana en visitar la Alhambra, así que al salir nos quedará el tiempo justo para comer algo relajadamente antes de emprender el camino de regreso. Para completar el día temático, podemos probar con alguno de los restaurantes árabes que encontraremos en el centro: tajín, pan de pita, ensalada taboulé y cuscús aderezados con sus características especias aromáticas. En la propia calle Elvira tenemos muchos de ellos, como el Tajin Elvira (nº 46) o el Tajine Elvira (nº55).

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