Oswaldo Páez-Pumar: Nuevo diálogo

Oswaldo Páez-Pumar: Nuevo diálogo

 

 

Antes de entrar en materia quiero recomendar a mis lectores el artículo sobre el mismo tema que escribió Thaís Peñalver, que tuve la oportunidad de leer esta mañana. Mi enfoque  no se ubica en lo que ella resalta de manera harto pedagógica. ¿Quién dialoga por la oposición, quién es el interlocutor, dónde se dialoga, cómo se dialoga, qué papel juegan los mediadores? que con claridad meridiana califica de representantes de una de las partes. Perdonará la autora la extrema simplificación que hago de su artículo, pero debo ir a lo que me propongo decir.

Mi aproximación es algo diferente, porque se centra en poner al descubierto la falsedad del llamado al diálogo por parte del gobierno para lo cual resulta especialmente clarificador la declaración de su máximo vocero, coetánea con la formulada por los voceros de la MUD que señalan que la suspensión de la manifestación convocada para mañana se hace a petición del enviado papal, que es como decir, porque no podemos negarnos a la solicitud del Papa.

El usurpador al contrario ha declarado “quien llame a una marcha a Miraflores es un criminal”. Es la descalificación de la otra parte, a priori, sin que se determine cuál es el crimen que se le imputa; pero sí enviándole a sus seguidores un mensaje inequívoco, que justificaría sus actuaciones para impedir que se llegue a materializar el crimen consistente en marchar a Miraflores.

Desde luego hay miedo, la marcha a Miraflores el año 2002 provocó la renuncia de Chávez y nada induce a pensar que pueda darse en el usurpador una conducta más aguerrida, pero además de esa declaración se desprende que a una porción del territorio nacional no puede tener acceso una parte importante de la población. No hay la negativa expresa del acceso, esa se le deja a Jorge Rodríguez que considera el municipio Libertador un área a la cual solo se entra con su permiso.

Dejando el miedo a un lado, lo que se desprende de la afirmación es que las acciones orientadas a impedir ese acceso son legítimas, puesto que tratan de impedir la materialización de un crimen; y la segunda consecuencia derivada de la primera es que quienes las perpetran no son imputables. Como resultado final se concluye en la no responsabilidad de quienes tratan de impedir la presencia en el lugar a quienes tienen prohibido acceder; y por lo tanto se tienen como únicos responsables de los daños a las personas y a las cosas a los “intrusos”. La represión y muerte de los manifestantes es legítima, es una forma distinta de OLP, harto aplicada en Cuba por Castro.

Caracas 2 de noviembre de 2016 *

* Eureka: Escribo el día de los muertos

Exit mobile version