Muere niño al caerse de una mata de mango

Muere niño al caerse de una mata de mango

(Foto: José Nava)
(Foto: José Nava)

 

Familiares y vecinos del pequeño Keiber Alfredo Villalobos Villar, de 10 años, se concentraron a las afueras de la morgue forense para esperar la llegada del cuerpo del niño. Entre las decenas de personas se encontraban los primitos y amiguitos de Keiber, todos vestían franelas blancas, y llevaban en sus manos un globo naranja con un mensaje personal para el niño muerto. Así lo reseña laverdad.com

El pasado 31 de agosto, Keiber cayó de un árbol a una distancia de cinco metros de altura, en su casa ubicada en el barrio El Éxito, en el sector El Marite, en la parroquia Venancio Pulgar, del municipio Maracaibo. Aterrizó sobre un montón de piedras y escombros.





Silvana Sánchez, prima del pequeño, comentó que él se encontraba con su prima Ivana Sánchez, de 16 años, cuando se subió al árbol para bajar unos mangos. La joven le advirtió en reiteradas ocasiones que se podía caer y le ordenó que se bajara. En un momento, una rama sobre la que estaba parado se quebró, Keiber no pudo aferrarse a otra y cayó al suelo impactando con los escombros.

Inmediatamente, la muchacha corrió a la vivienda para avisar a sus familiares de lo ocurrido. Lo levantaron del suelo y lo llevaron hasta el Hospital Materno Infantil Dr. Raúl Leoni, donde le brindaron los primeros auxilios. Después lo trasladaron al Hospital Universitario de Maracaibo, debido a que su madre, Lilibeth Leal, trabaja como enfermera en el lugar.

Según contó Clara Gutiérrez, tía del niño, a Keiber lo ingresaron al pabellón unas cinco horas después de haberlo internado, para extraerle el bazo, el apéndice, y parte del colon, debido a que se encontraban dañados por el impacto con los escombros. La operación practicada resultó exitosa, y pudo recuperarse durante las siguientes semanas, pero hubo un revés.

Malas noticias

Pese a haber salido exitosa la operación, Keiber Villalobos sufrió un paro cardiaco el pasado jueves a las 7.00 de la noche. Su tío paterno, José Gutiérrez, comentó entre sollozos que no asimilaba la muerte de su sobrino, no podía comprender cómo después de estar tan bien y recuperarse en el hospital, podía morir tan de pronto. José comentó recordar cuando al visitar a su sobrino luego de la operación, este le decía que se sentía bien y que iba a salir del hospital para volver a jugar y estudiar.

Pasada la noche de desagradables noticias, los familiares, vecinos y conocidos de Keiber, quebraron en llanto al ver bajar el cuerpo sin vida del niño para ser ingresado a la morgue forense. Su madre, Lilibeth Leal, estuvo presente en la autopsia, mientras el resto de los familiares permanecían con tristeza a las afueras de la edificación.

A Keiber lo describían como un niño juguetón, risueño y alegre; que llenaba de felicidad cualquier lugar a donde llegara. Había pasado a quinto grado, en el colegio Sol de América. Varios primos y vecinos del sector se encontraban frente a la morgue con globos naranjas que llevaban mensajes de despedida. Se podía leer “Amiguito Keiber, te extrañaremos” en uno de ellos.