Un enorme daño infligió el régimen al pilar fundamental sobre el que descansa una nación viable, como es la educación. Son casi dos décadas perdidas consecuencia de haber sido tomado por asalto el poder y diezmado el andamiaje institucional por una camarilla autoritaria, corrupta e ignorante, prosternada a la estafeta de la Habana.
Este 2017 y por diez años consecutivos se da una contracción en el sistema público educativo, viene descendiendo anualmente el número de estudiantes inscritos, mientras paralelamente ocurre una expansión en el sistema privado de educación. El año escolar 2017-2018 arranca con 560.000 alumnos menos en el sistema de educación pública, lo cual indica un abandono de la escuela en primaria y bachillerato.
En la prodigiosa obra de Fe y Alegría este año ingresaron 2.000 alumnos menos. Estamos frente a un dato de abandono escolar de grandes magnitudes. Entre las causas, podemos señalar la escasez de comida y su costo altísimo, no pocas madres optan por dejar durmiendo a sus niños para que no gasten energía; si no hay comida en casa y la escuela no la provee, no los mandan. El costo de transporte es otra causa, los escolares no pueden pagar 2.500 bolívares diarios y por eso dejan de asistir a las aulas.
El factor de la violencia en torno a los centros escolares, coadyuva al abandono, hay una alta estadística de enfrentamientos armados. Las madres no quieren que les sigan matando a sus hijos y prefieren que no vayan a la escuela. El bajo salario de los docentes y el desestÍmulo que se le da a esta alta función repercute en la sociedad, provocando un corto circuito que aumenta la deserción y lanza a los maestros por vocación a buscar hasta dos trabajos adicionales para su subsistencia.
Un buen gobierno y el régimen es pésimo, debería promover un plan efectivo de transporte y de mejoras reales en los salarios de los docentes.
El país requiere 3000 nuevas escuelas, lo que supone un promedio de 600 al año. El régimen se ufana de un acuerdo con China para construir 5 escuelas.
Finalmente sobre el tema educativo, debemos señalar una falencia terrible, como es la ausencia de evaluación. Nadie mide la calidad de educación, ni con pruebas nacionales e internacionales. Con una educación fallida ningún país y sociedad se dirigen a algún lado y se cierran a un futuro de bienestar.
El régimen forajido sólo ha sido capaz de alcanzar el despropósito jalonado por los desafueros de su claque, que Venezuela haya ingresado al selecto grupo de los peores países del mundo.
Mientras la mayoría democrática permanezca en pie de lucha dentro del país junto al exilio de 2 millones de compatriotas, se vislumbra un porvenir más temprano que tarde, de conformar la democracia ejemplar de América.
¡No mas presos políticos, torturados, asesinados y exiliados!