Cuestionario para los precandidatos presidenciales, por Judith Sukerman

Cuestionario para los precandidatos presidenciales, por Judith Sukerman

La situación del país nos obliga a todos a revisar nuestras actuaciones, para evitar repetir los errores que nos han conducido hasta la peor crisis política, social y económica que ha vivido Venezuela en toda su historia. Quienes desde la oposición han manifestado sus aspiraciones candidaturales a la presidencia de la República deberían, en benéfico de todos, hacerse las siguientes preguntas:

1. Su partido -así como el resto de los integrantes de la mesa de la Unidad Democrática- decidió participar en el dialogo en República Dominicana en búsqueda de condiciones que garanticen elecciones libres y limpias. Lo que no se ha logrado. ¿Piensa usted entonces que eso no tiene importancia y que sí existen condiciones mínimas que garanticen que contra su candidatura no habrá ventajismo electoral del régimen que ponga en riesgo la imparcialidad y pulcritud de los comicios y que se reconocerán y respetarán los resultados en caso de ser usted el ganador?

2. ¿Cree realmente que este régimen está acabado y se encuentra tan débil que usted y su partido, sin contar con el apoyo de la comunidad internacional, podrán hacer que Maduro entregue el poder sin resistencia?

3. ¿Piensa usted que ese ochenta por ciento (80%) de rechazo que tiene Maduro, se traduce de manera automática en apoyo irrestricto a la oposición y que votarán por usted solo por ser el candidato de la unidad democrática?

4. ¿En su imaginario existe la idea de que Maduro es capaz de llamar a elecciones sin tener todas las variables controladas?

5. En las elecciones de gobernadores y alcaldes, el gobierno tuvo la posibilidad de repartir algunos espacios para disimular ante el mundo su carácter totalitario y cubrirse con un velo ficticio de democracia y, sin embargo, abusando de su poder, arrasó con casi todo. ¿Cederá ahora que se juega la presidencia de la República colocándose en posición de jaque mate?

6. Un alto mando militar abiertamente cómplice de los mayores delitos del régimen, un CNE parcializado y absolutamente controlado; sin veeduría calificada e imparcial en sus procesos y una supraconstitucional e ilegal Asamblea Nacional Constituyente serán los garantes del proceso electoral en el que usted aspira participar. ¿En verdad usted cree que reconocerán y respetarán algo distinto a un supuesto triunfo de Nicolás Maduro?

Señores precandidatos, si sus respuestas a todas estas preguntas fueron sí, entonces no hemos avanzado nada; no se ha comprendido que no habrá elecciones libres y transparentes con Maduro en el poder. Por el contrario, si todas sus respuestas o la mayoría de ellas, fueron NO, es porque ya está claro que solo tenemos dos alternativas para garantizar una posibilidad electoral real: la primera sería la salida del régimen chavista del poder, con un posterior período de transición que ponga orden en el sistema electoral y otorgue las garantías necesarias para un evento comicial transparente y limpio. Y la segunda (quizás la más probable), sería que cada uno de ustedes abandone temporalmente sus aspiraciones electorales, muy válidas y respetables por demás. Entienda que el país debe estar primero y que solo actuando unidos, con coherencia y posiciones firmes podremos, junto a la presión social interna y la colaboración internacional, lograr que el gobierno se vea obligado a dar al menos algunas garantías electorales que permitan hacer de este proceso algo más que una utopía.

Seguramente los electores no obtendremos de ustedes respuestas claras sobre las preguntas que aquí les he formulado, por eso nos corresponderá a cada uno leer entre líneas, observar muy de cerca sus actuaciones para sacar nuestras propias conclusiones y decidir nuestro accionar ciudadano, recordando siempre ese sabio dicho popular: “Después de ojo sacado no vale Santa Lucía”.

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