Los glaciares, el tesoro legislado pero no protegido de Argentina

Los glaciares, el tesoro legislado pero no protegido de Argentina

URU10. PERITO MORENO (ARGENTINA), 08/03/2016.- Vista del glaciar Perito Moreno, situado en el sur de Argentina, hoy, martes 8 de marzo de 2016. El enorme glaciar comenzó hoy el proceso hacia su cíclica ruptura, un espectáculo basado en el desmoronamiento de grandes masas de hielo que aglutina a miles de turistas y que no se producía desde 2012. El fenómeno es provocado por el desprendimiento de enormes bloques de hielo por la presión que las aguas del lago Argentino ejercen sobre un dique natural que el Perito Moreno, conocido como el "gigante blanco", va conformando en su lento avance sobre la costa rocosa. EFE/Secretaría de Turismo de Calafate/SOLO USO EDITORIAL/NO VENTAS
 Vista del glaciar Perito Moreno, situado en el sur de Argentina EFE/Secretaría de Turismo de Calafate/

 

Los glaciares de Argentina están regulados por una ley que los protege de su desaparición. La realidad, sin embargo, muestra que los gigantes de hielo del país ven pasar los años sin que se tomen medidas para su conservación ante el avance del cambio climático y una agresiva actividad minera.

“Argentina es un país pionero en cuanto a leyes de protección de glaciares. Tiene una ley que puede ser aplicada como modelo en otros países. Es realmente muy buena. El problema está en que no se cumple”, introdujo a Efe Gonzalo Strano, coordinador de la campaña de glaciares de Greenpeace Argentina.





La legislación a la que hace referencia es conocida bajo el nombre de ley de protección de glaciares y estipula su cuidado y el del ambiente periglacial para preservarlos como reservas de recursos hídricos para el consumo humano, para la agricultura y como proveedores de agua para la recarga de cuencas hidrográficas y para la protección de la biodiversidad.

Asimismo, ordena la creación de un inventario donde “se individualizarán todos los glaciares y geoformas periglaciares que actúan como reservas hídricas existentes en el territorio nacional con toda la información necesaria para su adecuada protección, control y monitoreo”.

Ocho años después de la aprobación de la ley, dicho censo todavía no ha sido terminado.

Además, desde el Ministerio de Ambiente argentino reconocieron que el hecho de que todavía no se hayan inventariado en su totalidad estos cuerpos de hielo impide medir con exactitud su tamaño a lo largo de los años o certificar qué les afecta negativamente.

Por ello, desde el Gobierno no pueden saber las consecuencias del cambio climático sobre ellos, la contaminación o las actividades humanas, explicó a Efe el secretario de Política Ambiental, Cambio Climático y Desarrollo Sustentable de la cartera nacional, Diego Moreno.

Por una parte, necesitan evaluar “cómo están siendo afectados por el tiempo”, “mayormente por el cambio climático”; y, por la otra, “evaluar cuánto agua proveen, en qué momentos, el volumen de hielo en estos cuerpos, cómo interfieren en el clima…”, aclaró Moreno.

En medio de esta inactividad, organizaciones como Greenpeace y Conciencia Solidaria, entre otras, reclaman que se aplique la ley para frenar, sobre todo, la actividad minera, que ya ha causado estragos y que amenaza desde hace años los glaciares argentinos.

Un caso conocido es el de los vertidos tóxicos ocasionados por la filial en el país de la compañía canadiense Barrick Gold en la mina de Veladero, en la provincia de San Juan (noroeste).

Con sus actividades, realizadas en terreno periglacial, redujeron el tamaño de los hielos de la zona y contaminaron con cianuro hasta cinco ríos de los que se nutrían poblaciones cercanas.

Para que la norma sea cumplida, desde el Ministerio de Ambiente están trabajando para desarrollar un proyecto con el que volver más estrictas las penas para las personas que cometan delitos ambientales, explicó Moreno.

Sin embargo, sumado a este mensaje de protección al medio ambiente, Mauricio Macri pidió el pasado año que se revisara la ley de glaciares para ver cómo podía favorecer a las mineras después de retirarles restricciones.

“Realmente ha habido avances muy tibios pero contradictorios”, resumió Strano, quien aseguró que 44 proyectos mineros buscan su aprobación ante una posible modificación de la ley.

Desde las organizaciones ambientalistas la preocupación por la desaparición por los glaciares ha vuelto urgente el pedido de que el Gobierno reaccione.

Su ausencia no solo será una pérdida turística para Argentina, sino que supondrá el fin de algunas de las pocas fuentes de agua dulce del mundo, lo que provocará una preocupante falta de agua para todas las localidades que dependen de ellos, recordaron.

“Estamos defendiendo el concepto de vida, que no se considere el agua una mercancía. Si es un alimento yo le puedo poner un precio, queremos que sea reconocida como un bien común”, concluyó Cristina Marín, de Conciencia Solidaria.

Su organización no gubernamental participó junto a Greenpeace y otros entes en varias actividades en la calle para fomentar el uso correcto del agua el miércoles pasado, Día Mundial del Agua, en la capital argentina.

Entre las diferentes movilizaciones, además, entregaron un documento al Congreso argentino en el que pidieron que no se mueva “ni una sola coma” de la ley de glaciares al argumentar que “el agua vale más que el oro”.

Carlota Ciudad/EFE