Thays Peñalver: Primer error de Maduro, según los Castro

Thays Peñalver: Primer error de Maduro, según los Castro

Thays Peñalver @thayspenalver
Thays Peñalver @thayspenalver

“Hay gente que se considera un administrador socialista y no tiene idea ni de los costos, ni cuánto le cuesta la producción. Hay mucha gente que se llama socialista y de socialista no tiene un pelo.  ¿Administrador socialista, y no le importa botar 100 pesos?, ¿administrador socialista, y no le importa elevar el fondo salarial mucho más que la producción?  ¿Administrador socialista y llena de burócratas una oficina? ¿Revolucionario y socialista?”.

“La elevación del estándar de vida no es cuestión de elevar los salarios. Si el problema se resolviera elevando los salarios de todos, ya mañana mismo tendríamos nosotros duplicado aquí el estándar de vida, porque mañana mismo, por ayudar a los obreros a que mejoraran sus condiciones de vida, estaríamos duplicando todos los salarios. Pero en realidad, no les estaríamos más que tomando el pelo a todo el mundo, porque al otro día estarían todos los precios aumentados”.

“Si el problema del estándar de vida se resolviera por decreto, sería una tarea fácil; pero los problemas económicos de los pueblos no son tan fáciles, ni mucho menos, que se resuelvan por un simple decreto, ya que la economía es una ciencia más compleja, y la obtención de un mejor nivel de vida depende de un aumento de la producción que, a su vez, tiene que ir acompañado de un aumento en el perfeccionamiento técnico de la producción”.





“No, en socialismo la eficiencia económica es fundamental.  No hacemos nada con estar produciendo 200 millones de pesos y estar gastando 220 en salarios, porque eso es crear inflación”.

 “Cometimos muchos errores (..) la demagogia de aumentar los salarios y al otro día aumentaban todos los precios; es decir que quien creía que ganaba 20 pesos más, no ganaba 20 pesos más, puede ser que ganara 5 pesos menos. Es decir que sería un engaño creer que el aumento del estándar de vida está en el aumento del salario; porque se aumenta un sector y ese aumento está cayendo sobre los salarios de todos los demás”.

“Si un país quiere “desarrollarse” no puede tener una economía “ilusoria”, “el país que quiera elevar el nivel de salarios lo debe hacer sobre una base no imaginaria sino sobre una base real, porque una base imaginaria sería multiplicar todos los salarios hoy por tres –por decreto- y multiplicar por tres mañana todos los precios, ya que nadie se puede comer lo que no se ha producido, ya que un pueblo solo puede consumir el número de sacos de arroz, de frijoles, de aves, de frutas, de zapatos, de telas, de artículos que existan, y esos artículos no se multiplican por tres (..) El estándar de vida solo puede aumentar y mejorar mediante el establecimiento de nuevas industrias que sean capaces de producir más en las mismas horas de trabajo (..) El resultado de multiplicar los salarios no sería otro que arruinar el país”.

“Es muy peligroso para un país que entra en una revolución caer en la demagogia, olvidándose de algo que es tan esencial que nadie debe ignorar:  que, en definitiva, el salario es el reparto que corresponde a cada cual de la producción nacional, que si no hay aumento en esa producción no puede haber aumento en el reparto (..) Nosotros debemos ser enérgicos y ser muy críticos con la demagogia, con la irresponsabilidad, con la blandenguería, con la ineficiencia, ¡muy críticos!”

“Si nosotros eleváramos los salarios en la misma proporción —es decir, duplicándolos o triplicándolos—, estaríamos haciendo un disparate, porque estaríamos poniendo en manos del pueblo un ingreso que no tiene una producción proporcional, lo que significaría el agotamiento de nuestras reservas y la ruina de nuestro país”.

“Si por decreto ponemos en manos del pueblo el doble salario, el doble número de pesos que por día perciba, el resultado sería el doble de millones en importaciones por cada uno de esos artículos que, por imprevisión, por criminal irresponsabilidad se importan pudiéndose producir en nuestra tierra”.

“Las empresas del Estado tienen mucha culpa en parte de los problemas y tienen también culpa en un cierto proceso de corrupción de nuestra clase obrera, pagando salarios que no están en proporción con el trabajo (..) todo es muy fácil cuando el presupuesto esta detrás (..) pero es un presupuesto imaginario (..) sin sustento. Los obreros nos tienen que ayudar también, porque se pueden producir distorsiones y prácticas, que son también corruptivas de nuestra clase obrera y costosas al país. La culpa de eso, la tiene el personal dirigente, que han caído en todas esas prácticas demagógicas. Porque siempre es mucho más fácil acceder a las cosas, hacer el papel de bueno, a tener que adoptar una actitud enérgica, una actitud seria, responsable, revolucionaria. Ha faltado carácter, ha faltado voluntad y responsabilidad (..) al pueblo hay que hablarle claro (..) hay que educarlo”.

“Y eso también es corrupción (..) es antirrevolucionario..”

Fin de las citas (por ahora).

Hace casi dos décadas llegaron al poder con una retórica revolucionaria Hugo Chávez y Nicolás Maduro, quienes han gobernado a Venezuela disfrazados tras una retórica “Castro comunista”. Un modelo fracasado y decimonónico que ha sembrado de miseria y hambre al pueblo cubano y que en nuestro país ha dejado un desastre económico sin precedentes en la historia. Pero como les iré demostrando, no solo se copiaron de los errores cometidos, sino que han actuado en contra de los más elementales parámetros del propio sistema que pretendieron copiar, una especie de doble suicidio.

Amparados tras esa retórica, han traído la ruina económica, el hambre, la desnutrición, la muerte y la indigencia que desde hace mucho recorren las calles de Venezuela. Todo esto como resultado del experimento de quienes han jugado con el futuro de millones de venezolanos, han inventando sobre la marcha y es porque además de ser comunistas trasnochados, no tienen la menor idea de lo que están haciendo. Son tan descarados, que se creen mejores que los industrializados rusos o alemanes en el país del bochinche, donde el estímulo a la vagancia es una constate educativa del liderazgo. Son tan locos que pretenden imponer el socialismo sin trabajar y sin producir un tornillo.

En este artículo les he presentado citas que pertenecen en su totalidad a Fidel Castro, quien a través de sus propias palabras nos revela las razones del desastre venezolano, mientras describe y reconoce el fracaso de su propio modelo. Ha sido compilado por mi durante la investigación de mi nuevo libro y creo que es la mejor manera de desenmascarar esta gran engañifa y de responder a quienes recurrentemente me preguntan ¿qué pasó aquí?. Pero en especial va dirigido a no pocos que creen que lo están haciendo bien o que ese camino debe continuar a través de tarjetas “mi negra” o demás propuestas igualmente suicidas.

Si usted está interesado, estas citas se pueden encontrar en los discursos de Fidel Castro del 13 de septiembre de 1959, 20 de diciembre de 1959, 25 de Marzo de 1961, 10 de agosto de 1963, 13 de noviembre de 1964, 19 de Marzo de 1972 y 2 de diciembre de 1978.