El éxodo venezolano ya es una estampida de consecuencias impredecibles

El éxodo venezolano ya es una estampida de consecuencias impredecibles

La crisis migratoria venezolana no tiene precedentes en América / Foto: ONU

 

Algunos observadores europeos han calificado el actual éxodo venezolano como de proporciones bíblicas. No están lejos de la verdad. Todos los días miles y miles de personas provenientes de Venezuela (en ocasiones se han contabilizado hasta en 37.000) cruzan el puente Simón Bolívar, hacia Colombia. Una vez del otro lado de la frontera, dependiendo de los recursos económicos o de la capacidad física, siguen vía terrestre hasta alguna ciudad colombiana o usan ese país como tránsito hacia otros destinos deSuramérica tan distantes como Buenos Aires o Santiago de Chile.

Por: Pedro Benítez / AlNavio





Un movimiento de estas magnitudes sólo ha tenido como precedentes dentro de América la histórica migración mexicana haciaEstados Unidos, la proveniente de Cuba luego de 1958 a ese mismo país y la diáspora colombiana precisamente hacia Venezuela

El primer caso arrancó desde el siglo XIX, aunque alcanzó un pico durante e inmediatamente después de la Segunda Guerra Mundial, cuando los gobiernos de Estados Unidos y México firmaron un acuerdo para que braceros mexicanos trabajaron de manera legal y temporal en las industrias estadounidenses. Aunque el presidente Dwight Eisenhower derogó ese convenio en los años 50, la inmigración mexicana al norte del Río Grande prosiguió imparable durante el resto del siglo, alcanzando nuevo picos con cada una de las grandes crisis económicas de México: 1976, 1982 y 1994. Lo que ha llevado a que 41 millones de personas, el 15% de la población de Estados Unidos, sean mexicanos o descendientes de mexicanos.

Sin embargo, desde 2010 la tendencia migratoria entre los dos países se ha revertido y ahora México es un lugar de paso de migrantes centroamericanos, cubanos y algunos venezolanos hacia EEUU.

El otro caso en el continente ha sido la diáspora proveniente de Colombia cuyo principal destino fue Venezuela. De los seis millones de colombianos que se establecieron fuera de su país la mitad lo hizo en Venezuela.

Esta es una migración que empezó en 1948 con el inicio del denominado periodo de “La Violencia”, el último enfrentamiento armado entre liberales y conservadores. Alcanzó su pico en el auge petrolero de la Venezuela saudita de los años 70 del siglo pasado y llegó hasta la primera etapa del régimen del expresidente Hugo Chávez.

Aunque muchos colombianos llegaron desplazados por el conflicto armado, en su mayoría fue una migración económica. Eran atraídos a Venezuela por un tipo de cambio que remuneraba el trabajo mejor que en Colombia. Era la típica migración latinoamericana.

El tercer caso por el volumen ha sido el de la migración cubana a Estados Unidos, principalmente al estado de la Florida. Dos millones de los 2,5 millones de cubanos que se han ido de la isla desde 1959.

Aunque ha tenido siempre un tinte político, también ha sido una migración provocada por incentivos económicos con momentos dramáticos por el manejo que le ha dado la dictadura castrista: Camarioca en los años 60, Mariel en 1980 y el Maleconazo de 1994.

La diferencia de esas diásporas con la proveniente de Venezuela hoy es el corto tiempo en que está ocurriendo. En los tres casos citados fueron movimientos poblacionales que duraron al menos medio siglo. En cambio, el grueso de la emigración venezolana hacia los países vecinos se ha dado en menos de tres años. Eso no tiene precedentes en el continente americano.

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