Vida por gotas: La crisis obliga a las venezolanas a compartir hasta la leche materna

Vida por gotas: La crisis obliga a las venezolanas a compartir hasta la leche materna

M. G., de 20 años en un barrio de Cúcuta, Colombia. Cruzó a Colombia a principios de 2017, por no tener con qué alimentar a sus hijos de un año y medio, y 6 meses /Foto Amnistía Internacional

 

Viviana Vargas estaba preocupada cuando nació su hijo Mathias en abril del año pasado. La madre venezolana de 30 años no podía amamantarlo lo suficiente por el estrés y otros problemas, y el bebé de 6 libras estaba al borde de la malnutrición, publica El Nuevo Herald.

Por GUSTAVO OCANDO ALEX
Especial para el Miami Herald

Ella y su esposo comenzaron a buscar fórmula infantil, que es cara y escasa en Venezuela. Descubrieron que una lata de 14 onzas de fórmula en polvo, que alcanza para una semana como máximo, costaba aproximadamente el doble del salario mínimo mensual en ese momento: unos 6 millones de bolívares o $3 en el mercado negro de divisas.

Mathias Vargas estaba al borde de la desnutrición cuando sus padres tuvieron que reunir dinero para comprarle una fórmula para bebés costosa y escasa. Por fin pudieron encontrar una madre que donara leche materna para ayudarlo a recuperar su salud.
Foto cortesía de la familia Vargas.

 

 

Comenzamos a entrar en crisis”, dijo Vargas. “Tuvimos que ir a Maicao [una ciudad colombiana próxima a la frontera con Venezuela] a buscar la fórmula de bebé adecuada para Mathias”.

Tuvieron suerte. Pudieron reunir dinero para pagar alrededor de $200 por varias latas, suficiente para alimentar al bebé por las noches durante seis meses.

Pero Vargas quería darle a su bebé el comienzo más saludable posible sin arruinar el presupuesto familiar. Y lo encontró de una manera inesperada. Su jefe en la empresa de entrega de alimentos en internet donde ella trabaja como ejecutiva de ventas tenía una hermana con un bebé de 6 meses, que se ofreció como voluntaria para darle a Vargas leche materna.

Recibió leche materna congelada cada 15 días, conservada en pequeñas bolsas de plástico con la fecha escrita con un bolígrafo. “Mathias llegó al peso adecuado en solo unas semanas. Fue increíble”, dijo Vargas, con su bebé en brazos, ahora de 16 meses de edad.

En Venezuela, la fórmula para bebés se ha vuelto tan costosa que algunas madres han comenzado a recurrir a otras mujeres para que les donen leche materna o incluso a amamanten a los bebés directamente.

Cinco ceros de menos no cambian las cosas

El gobierno de Nicolás Maduro eliminó cinco ceros de la moneda nacional en un intento de combatir la salvaje inflación en Venezuela, pero ahora una lata mediana de fórmula importada para bebés cuesta aún más: 3,300 bolívares o alrededor de $33, de acuerdo con el cambio en el mercado negro.

Y comprar fórmula no es fácil. Significa depender de un mercado de reventa porque es casi imposible de encontrarla en supermercados o farmacias regulares.

Marianella Herrera Cuenca, socióloga de la Universidad Central de Venezuela, ha escuchado en sus visitas a hogares pobres y de clase media sobre redes informales de mujeres que estaban ayudando a otras madres a proporcionarles leche materna a sus hijos cuando no podían comprar suficiente fórmula para bebés.

Un estudio realizado por Herrera Cuenca y otros expertos de la universidad sobre las vidas de madres pobres en Venezuela —los resultados aún no se han publicado públicamente — halló que casi tres de cada 20 madres reciben ayuda de sus parientes o amigas para alimentar a sus bebés con leche materna.

Herrera Cuenca lo llamó “una práctica cada vez más común… Estas son habilidades de supervivencia que se han llevado a cabo por miles de años”.

Herrera Cuenca, quien está a cargo de la sección de nutrición de un sondeo anual sobre condiciones de vida, dijo que muchas familias de bajos ingresos no pueden costear la fórmula para bebés. La última encuesta encontró que el 89 por ciento de los venezolanos ni siquiera tienen suficiente dinero para comprar alimentos para sus familias.

Venezuela está atrapada en una espiral de inflación tan catastrófica que el Fondo Monetario Internacional predice que la tasa llegará a un millón por ciento para fin de año.

“Vivimos en un contexto hiperinflacionario donde los ingresos mensuales son inútiles”, dijo Herrera Cuenca.

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