Gabriel Reyes: Hoy se va otro año, pero…

Gabriel Reyes: Hoy se va otro año, pero…

Hoy se va otro año de penumbra. Otra oportunidad perdida o tal vez, otra lección aprendida. Todos esperamos que este sea el último de muchos y que el próximo sea el primero de los que nunca se acaben. Y digo, todos, porque, “ellos” son rehenes de su propio esperpento, parias globales atornillados cada día más en la tierra saqueada, pagando la condena de no tener a donde ir, y tener todos los días que ver los rostros de la miseria igualmente repartida que ellos generaron. Esa peste que trataron de vender como una revolución progresista, un socialismo del futuro, que terminó siendo una calamidad colectiva, la ruina de un país, la fractura de una sociedad, el desmembramiento de las familias, la pesadilla de un pueblo incapaz de afrontar la tragedia con las herramientas del ciudadano, con el ejercicio de sus derechos, individuales y colectivos, todos conculcados por el trapiche de una maquinaria importada de un suplicio caribeño, con operadores de todos los países de ese mundo subterráneo de los países mal vistos por la Democracia y la Libertad.

Por Gabriel Reyes / @greyesg





Hoy se va otro año de divisiones, de agendas personales y grupales antecediendo a la del país, de egos inflados, como diría en Peonía, su autor Manuel Vicente Romero, “un concierto de nulidades engreídas y reputaciones consagradas”. Esos que se autodenominan “líderes”, sin seguidores ni discurso, cargando con el logo de partidos políticos que son cascarones huecos, sin ideología ni virtudes, esperando siempre la mejor oportunidad para acercarse a los mendrugos del tirano, a las mieles de quienes sirven de mampara para que el atropello aparezca edulcorado. Oposición? Es un concepto demasiado complejo y exigente para ser asimilado por los porta estandartes de franelas multicolores. Oposición implica aglutinar a los millones de opositores reales en torno a un proyecto de país alternativo, inclusivo y posible, que permee todos los estratos de la sociedad, donde la cacareada “Unidad” no sea un argumento retórico de mercadeo político obsoleto. Oposición es renovar la esperanza de un pueblo herido, con el nacimiento de una “Causa Nacional” que integre a todo el que aspire una Venezuela diferente, sin otra motivación que la recuperación de las instituciones arrasadas, la posibilidad de un aparato económico sano y floreciente, la instalación de un gobierno eficiente de gerentes en el marco de un Estado mínimo, donde no nos de pena decir que queremos ser ricos, porque ya vimos lo que era ser pobres, pero ricos a partir del esfuerzo honrado, del mérito reconocido, del trabajo tesonero, del estudio comprometido, aborreciendo esta cleptocracia sin escrúpulos que ha construido el desastre que vivimos.

Hoy se va otro año de “darwinismo”, donde apostamos a la supervivencia adaptándonos a los desmanes del capitalismo salvaje de los bachaqueros, al martillo mitológico del funcionario público, a la vacuna del pran del barrio, a la devaluación galopante de nuestro signo monetario, a la escasez de productos para hacer arepas de apio, y hamburguesas de remolacha. Otro año donde hemos puesto todo nuestro esfuerzo creativo en aprender a soportar, pero no en plantear otra forma de ver el mundo. Otro año de migraciones multitudinarias, en avión, autobús, a pie o nadando, pero muchos huyen de la pesadilla buscando en otros países lo que se resignaron de esperar en el nuestro. Generaciones enteras de profesionales, de hombres y mujeres útiles y preparados, buscando la luz a través del túnel fronterizo. Cada vez somos menos, como menos son las oportunidades para quienes se quedan. Como menos es la posibilidad de levantar un hogar en medio de esta locura, como menos es la esperanza de vida de quien se arriesga y se queda para morir de mengua por un antibiótico inalcanzable.

Mañana comienza un nuevo año, que no puede ser otra hojeada al almanaque perpetuo, que debe servir para recuperar la fe, la esperanza perdida, la posibilidad de reconstruir esa Venezuela donde quepamos todos, donde el progreso tenga cabida porque la libertad no es una ilusión volátil, donde la igualdad ante la ley sea parte del contrato social, respetado por todos, donde los venezolanos seamos hermanos, y rememos todos hacia el mismo lado y a la vez, siguiendo un proyecto real de reconstrucción, elaborado por gerentes y manejado por gerentes, donde el populismo y la demagogia no tengan cabida, donde el sacrificio sea el motor de nuestras posibilidades, pero el sacrificio de todos, donde primero hablamos de Venezuela, y luego de cualquier otra cosa, donde el militar sea ese “ciudadano en uniforme” al que Adenauer se refiría en la reconstrucción de la Alemania devastada por la guerra.

Ese año comienza mañana. De nosotros dependerá que sea un año más, o sea el año cuando Venezuela despertó de una pesadilla que no era eterna. José Ingenieros, nos enseñó que “Los hombres y pueblos en decadencia viven acordándose de donde vienen: los hombres geniales y los pueblos fuertes solo necesitan saber a donde van”. Iremos a donde decidamos ir, sin otro propósito que llegar, y llegar para quedarnos. Lo hacemos?