Juan Pablo Guanipa: Días cruciales

Juan Pablo Guanipa: Días cruciales

El régimen dictatorial de Nicolás Maduro, amparado por quienes lo soportan en el poder –algunos militares, la dictadura cubana y la rusa, el narcotráfico, la guerrilla y el paramilitarismo, el terrorismo internacional– reacciona como loba herida ante el avance de los demócratas venezolanos y nuestros aliados mundiales. Avance duro, doloroso, porque todos estamos desesperados y a la expectativa de que esta pesadilla termine. Pero quienes la han provocado no tienen intención alguna de frenar esta situación con su salida del poder y, por tanto, hay que intensificar las presiones para que se produzca el desenlace anhelado.

La actuación de la dictadura pareciera la incursión, a pataletas, en arenas movedizas. Cada acto los hunde más y los lleva a su final político. Entes ilegítimos allanan la inmunidad de diputados y se ordena su detención. Militares patriotas son detenidos y torturados. Manifestantes son atacados con bombas lacrimógenas y perdigones, son privados de libertad y también torturados. Circulan extensas listas de dirigentes nacionales, regionales, municipales, parroquiales y comunitarios, con órdenes a la policía política para que sean amedrentados, sus casas allanadas y hasta la familia perseguida. Aquí no vale constitución, ni ley, ni estado de derecho ni nada. Aquí lo que vale es tratar de mantenerse, de la manera que sea, en el poder que usurpan. Lo demás, la violencia, la profundización de la crisis sin tomar medidas, la afrenta a toda una ciudadanía, eso no vale un carajo.





La actitud desesperada de la dictadura debe indicarnos a todos que su final está cerca. Por eso los venezolanos tenemos que intensificar nuestra lucha. Y en eso andamos. Nos corresponde seguir ejerciendo presión de calle. Ciudadanos en la calle, protestando por nuestra realidad social, económica y política, es garantía de presión frente al sector militar y frente a la comunidad internacional.

Los diputados tenemos un rol adicional: Debemos tomar una decisión como equipo frente a la continuación de la disolución a destajo de la Asamblea Nacional. No puede existir la posibilidad de que los diputados írritamente allanados jueguen al “sálvese quien pueda”, y decidan si se enconchan, esperan a que los saquen de su casa, se meten en una embajada o se van del país. Sinceramente no me parece.

He sugerido que la directiva y los jefes de los partidos se reúnan y definan una política de resistencia activa. Creo que es el momento de ir hacia más. He considerado algunas propuestas que entran al plano estratégico y táctico y que estoy haciendo saber a la jefatura de mi partido para que sea discutida en unión con todas las fuerzas políticas y sociales. La solidaridad con los diputados cuya inmunidad ha sido írritamente allanada y cuya detención ha sido ordenada, no puede reducirse a un mensaje de acompañamiento virtual. Debemos ver esto como una afrenta contra todos y contra la institución parlamentaria. Así que la respuesta debe ser contundente y coordinada. Tengo la convicción de que así va a ser.

Insisto en que todo lo que hagamos en estos días cruciales los ciudadanos, los diputados, sectores importantes de la Fuerza Armada y Comunidad Internacional, serán factores decisivos en el cese de la usurpación. Venezuela se acerca a la libertad pero el desenlace depende de lo que hagamos los actores involucrados. La fractura interna del llamado chavismo-madurismo, en los ámbitos civil y militar, es una realidad. La situación de vuelta a la prehistoria que vivimos los ciudadanos, será también un detonante.

Todas las circunstancias apuntan al cambio. Lo importante es lograrlo al menor costo posible. Ese costo tiene que ver con la actitud que asuma la dictadura frente a su irreversible derrota. Ellos decidirán el costo. Lo que no pueden decidir es su suerte. El mundo entero sabe que lo qué pasa en Venezuela es nocivo para toda la humanidad. Ese mundo que pudimos ver lento en algún momento, nos acompañará en nuestra gesta de libertad.

@JuanPGuanipa