Llega la hora de sentarse en el banquillo para Cristina Fernández de Kirchner

Llega la hora de sentarse en el banquillo para Cristina Fernández de Kirchner

La expresidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner / Foto REUTERS/Marcos Brindicci

 

El primer juicio por corrupción contra Cristina Kirchner comenzará el martes en un tribunal de Buenos Aires y probablemente no será el último porque sobre la expresidenta argentina pesan una docena de causas por presunta corrupción.

Cristina Kirchner considera que las causas en su contra responden a una persecución política. Senadora por el peronismo de izquierda, de 66 años, el sábado anunció que será candidata a la vicepresidencia en las elecciones de octubre, en la fórmula de su exjefe de gabinete Alberto Fernández, que intentará ganarle al actual mandatario liberal Mauricio Macri.

En esta ocasión, Kirchner será juzgada por haber favorecido a las empresas de Lázaro Báez, un empresario allegado a ella y a su esposo Néstor que ganó prácticamente todas las licitaciones en la provincia de Santa Cruz durante los tres periodos de gobierno de la pareja (2003-2007, 2007-2011 y 2011-2015).

Según la acusación, numerosas obras fueron pagadas pero no terminadas y el precio de los trabajos estuvo sobrevaluado.

“Era una maquinaria armada para estafar a los argentinos. Arrancaba en el ministerio de (planificación Federal a cargo de Julio) De Vido y se pergeñaba todo para que la plata, en lugar de a obras, fuera a los bolsillos del grupo Austral”, de Báez, aseguró Javier Iguacel el exjefe de Vialidad, el organismo público que administra las rutas.

Fue Iguacel quien promovió la causa judicial.

En el proceso serán juzgados tres personajes clave del kirchnerismo: Lázaro Báez, el empresario que se enriqueció durante los gobiernos de los Kirchner, el exministro Julio de Vido y el exviceministro José López.

José López es tristemente célebre en Argentina desde junio de 2016 cuando fue arrestado mientras intentaba esconder bolsos con 9 millones de dólares en un convento en las afueras de Buenos Aires.

 

“No perderá ni un voto”

El abogado de Kirchner, Gregorio Dalbón dijo a AFP que “las causas han sido armadas por la AFI (Agencia Federal de Inteligencia) con testigos que han declarado ‘coacheados’ (entrenados)”. “Les han dicho que tenían que involucrar a la expresidenta: ‘o acusas a Cristina o vas preso’ y muchos arrepentidos lo hicieron”, aseguró.

Según Aníbal Fernández, también exjefe de gabinete de Kirchner, el caso “no le hará perder ni un voto porque la sociedad argentina sabe que es todo un invento”.

“Es una persecución política, mediática y judicial que va a terminar en la nada porque no hay delito”, consideró Dalbón.

La defensa de Kirchner presentó numerosos recursos de queja ante la Corte Suprema bajo el argumento de que las acusaciones son infundadas.

Según Dalbón, Cristina Kirchner “no tenía posibilidad constitucional de decidir, elegir, direccionar a quién va una licitación”.

La provincia de Santa Cruz, en la Patagonia, fue el bastión político de los Kirchner. Néstor fue alcalde de la capital, Río Gallegos, y luego gobernador de la provincia que ahora gobierna su hermana, Alicia Kirchner.

 

“Pingüinos” en el estrado

Tanto De Vido como López, colaboradores de la primera hora de Néstor y Cristina Kirchner en Santa Cruz, forman parte de los “pingüinos”, apodo dado a los funcionarios próximos a los Kirchner llegados desde la Patagonia con su líder político.

Los dos están encarcelados por corrupción y junto a ellos comparecerá Cristina Kirchner en la audiencia del martes.

Sus fueros como senadora impiden que Kirchner vaya presa, aunque puede ser enjuiciada. Hay en su contra cinco pedidos de detención preventiva.

La acusación más grave que pesa sobre Kirchner es la mencionada en la causa conocida como “Los cuadernos de la corrupción”, todavía en etapa de instrucción, donde se investigan supuestos sobornos a empresarios por más de 160 millones de dólares.

También aguarda a que se fije la fecha de otro juicio en el que está acusada de lavado de dinero junto a sus hijos Máximo, diputado, y Florencia, cineasta. AFP

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