No son buenas las armas… son aborrecibles, por José Machillanda

 

¡No son buenas las armas! como las emplea el Estado Cuartel, que muestra esta tiranía .devenida del golpismo y promotora de mafias y persecuciones cobardes. ¡No son buenas las armas! cuando al servicio del Estado Cuartel -vergüenza de la partidización e ideologización del elemento militar- han creado dolor, amargura y sufrimiento en los venezolanos. Estado Cuartel que hoy confronta las raíces sanas, la revuelta y ahora el resquebrajamiento y resquebrajamiento silente, como su contraparte dentro del inmenso desorden, ingobernabilidad y fractura en la supuestas armas de la república. ¡No son buenas las armas! del militarismo tiránico que hoy se expresa como Estado Cuartel.





¡No son buenas las armas! cuando la cúpula del cuerpo armado de espalda a la Constitución y la República operan como vasallos o caporales del poder ejecutivo militarista, carente de ética, ignorante de la geoestrategia y servil a la ideologización cubana, en el cual hay hombres armados que operan como motor funcional de un poder político rechazado por la mayoría de la masa democrática. No pueden ser buenas las armas, cuando están al servicio de un Estado Cuartel que cumple funciones de extensión, canalización y comunicación del régimen de Nicolás Maduro, que hoy boquea por su incapacidad, irresponsabilidad y latrocinio.

¡No son buenas las armas! cuando el cuerpo armado y quienes lo encabezan han dado la espalda a la Constitución y se atreven a perseguir y contener el derecho legitimo del ciudadano demócrata que, aún bajo la persecución y la violencia de las bocas de fuego, reclama un cambio político en Venezuela. Un cambio político para alcanzar la democracia y para que las armas regresen a su función primordial que es la defensa del Estado-nación y jamás a la función de gobierno militarista, como el impuesto por la tiranía cubana y otras organizaciones al margen de la ley.

¡No son buenas las armas! cuando quienes la usan de espaldas a la ciencia militar no saben ni siquiera que es un golpe de Estado, lo cual habla de su ignorancia e incapacidad en lo militar, pero además de un servilismo extremo… con un exponencial compromiso político partidista a las ideas políticas castrocomunistas que empezaron desde 1999. No son buenas las armas, para un grupo armado y múltiples grupos armados al margen de la ley, que desconocen las leyes de republica, que no saben ejercer ningún tipo de función, pero sí están entregados a negocios turbios y a funciones extrañas o impropias de un hombre soldado.

¡No son buenas las armas! cuando empleadas por el Estado Cuartel perverso y cobarde, que nace de la conflictividad y el empleo de la polemología, se muestran como un militarismo tiránico y golpista para usurpar abiertamente el poder político, perseguir a una sociedad e invadir de propaganda a venezolanos que no soportan más a un cuerpo armado lacayo del régimen castromadurista. Ese Estado Cuartel lo que muestra es la extrema regresión del Estado-nación, que ha mutado y hoy se emplea como maquinaria logística y cuerpo de choque y persecución contra los venezolanos de a pie de esta sociedad maltratada.

¡No son buenas las armas! cuando se aprecia en el entorno interno militar un gran desespero, donde crecen las raíces sanas, sigue la revuelta y aparece el resquebrajamiento y el resquebrajamiento silente, no obstante la asfixia y persecución del castromadurismo policial. Castromadurismo policial que está en cuenta del rechazo y desprecio del más del 82% de venezolanos que están consciente que las armas de la república desde 1992 son expresión de la violencia política, del grupalismo armado interesado y ladrón, pero jamás de la defensa del Estado-nación.

¡No son buenas las armas!, finalmente, cuando empleando la hipocresía de quienes encabezan el cuerpo armado les ha faltado coraje para comprender que deberían ser ciudadanos-soldados y nunca caporales o parte de mafias regionales e internacionales. No son buenas las armas en manos de unos eunucos y violentos que están de espaldsa a la historia, a la ciencia y a la sociedad liquida y, que por torpes y máxima ignorancia y simplismo, no atinan a entender para que son las bocas de fuego de la república. A esos disfraces, vergüenza y regresión histórica que no entienden la postmodernidad, no se les puede exigir que se detengan ante el sufrimiento de toda una república, acicateada por la violencia política y el engaño instrumentado por Cubazuela…. a ellos les pasaá cuenta el renacer de la democracia producto del ejercicio político y de la civilidad de la mayoría de venezolanos asqueados por el empleo inmoral de las armas de la república.

¡Si son buenas las armas! cuando están bajo custodia del estamento militar de la república. ¡Si son buenas las armas! cuando están prestas y dispuestas a defender la soberanía de la nación, preparadas y listas para apuntalar el desarrollo de la república, entrenadas para proteger, salvaguardar y ayudar a la soberanía y sobre todo… para velar por el estricto cumplimiento de la Constitución. Para todo ello, se requiere entonces de la Reconceptualización del Cuerpo Armado, para regresar a un estamento militar profesionalizado, con una elevada ética profesional, respetuosos de la historia, que recuerden al caballero-soldado que nos enseñaron los Grandes Maestros Civiles y Militares de la Republica de Venezuela, que requiere en el Siglo XXI con el establecimiento de un nuevo ciudadano-soldado que ante la guerra triunfante… sean capaces de lograr la paz.