Juan Guaidó juega en los tableros de la presión y la negociación

El presidente encargado de Venezuela. | REUTERS/Carlos Garcia Rawlins

 

Juan Guaidó parece mover sus fichas en todos los tableros en la cruzada por lograr la transición política y la salida del chavismo del poder. Esta semana, representantes de la oposición se reúnen con enviados de Nicolás Maduro en Oslo, Noruega, para intentar una negociación que ponga fin a la profunda crisis institucional que vive Venezuela, que ya ha intentado otros diálogos. Este mismo martes, desde la Asamblea Nacional se aprobó en primera discusión la reincorporación del país al Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), un paso que allana el camino para una intervención militar extranjera. Dos pasos estratégicos que dividen a la oposición. Así lo reseña elpais.com

“Cuando hablamos del TIAR, del Grupo de Contacto, de la calle, de Noruega, del Grupo de Lima, estamos hablando de posibilidad de salida. Vamos a ejercer todas las competencias que tenemos para lograr el objetivo planteado en la ruta marcada que pasa por el cese de la usurpación, gobierno de transición y elecciones libres”, dijo Guaidó durante la sesión en el Parlamento, en la que nuevamente la Guardia Nacional impidió el acceso de los medios de comunicación.





El punto fue incluido en el último momento en la agenda del día, pero Guaidó señaló que se avanzaba en la reincorporación al TIAR porque “siete millones de venezolanos hoy están en riesgo de perder la vida, y es evidente que esa emergencia que tenemos años denunciando se pudo haber prevenido. Claro que vamos tarde y por eso luchamos hasta lograr el cambio, porque es un deber frenar esta catástrofe”. El asunto había sido introducido en el debate parlamentario a principios de mes y fue remitido a la Comisión de Política Exterior para su análisis.

El TIAR es también llamado Tratado de Río por la ciudad brasileña donde fue originalmente firmado el 2 de septiembre de 1947, tras la Segunda Guerra Mundial. Es un pacto similar al de la OTAN, basado en el principio de que un ataque armado contra un país miembro es considerado un ataque contra todos los países del acuerdo y todos pueden responder. En 2013, cuando el chavismo controlaba el Parlamento notificó la salida del pacto y el 14 de mayo de 2015 se hizo efectiva. Venezuela quedó fuera junto a México, Nicaragua, Cuba, Ecuador y Bolivia, los únicos países de la región que se han salido del pacto.

“En su artículo 8 los países miembros reunidos en la OEA, cuando se convoque el TIAR, pueden tomar medidas que van desde las diplomáticas, como la ruptura de relaciones, el cierre de fronteras y de comunicaciones aéreas o marítimas y hasta el uso de la fuerza militar en un escenario de ataque armado”, explica el abogado especialista en relaciones internacionales Mariano de Alba.

El escenario no se da actualmente en el país, pero el pacto establece su aplicabilidad en caso de que la integridad del territorio o la soberanía fuese afectada por una agresión o cualquier hecho que ponga en peligro la paz de la región, advierte De Alba. Este es el punto que ha defendido el sector más radical de la oposición que clama por una intervención militar para lograr el llamado cese de la usurpación del poder que mantiene Maduro, el primer paso de la ruta que ha planteado Guaidó desde que se juramentó como presidente encargado con el apoyo de más de 50 Gobiernos.

“Volver al TIAR es un paso, pero no significa que necesariamente los países vayan a usar la fuerza. Es un movimiento que aumenta la presión, independientemente de lo que suceda en Noruega”, matiza De Alba. Guaidó ha dicho que en estas conversaciones mantienen como principal objetivo la misma consigna de los últimos meses: “Cese de la usurpación, gobierno de transición y elecciones libres”. De avanzar la negociación en Oslo, sin embargo, algo poco probable en opinión del especialista, se complicaría ir más allá en una estrategia más dura.

Guaidó anunció que enviará una delegación a la próxima reunión del 6 de junio del Grupo de Lima, que junto con Estados Unidos es su principal respaldo internacional. Desde el Gobierno de Trump han reaccionado a las mediaciones del país europeo. “Tomamos nota de las conversaciones en Noruega. Como hemos dicho reiteradamente, Estados Unidos cree que lo único que se puede negociar con Nicolás Maduro son las condiciones de su salida. En vista de que esfuerzos anteriores para negociar han fracasado porque el régimen los ha utilizado para dividir a la oposición y ganar tiempo, esperamos que las conversaciones en Oslo se centren en la salida de Maduro como precondición para avanzar”, dijo la portavoz del Departamento de Estado, Morgan Ortagus.