Engelbert Rivero Montenegro: Valientes en Venezuela y en el exilio

Engelbert Rivero Montenegro: Valientes en Venezuela y en el exilio

Engelbert Rivero Montenegro @engelbertrivero

 

Algunas veces se plantea en las redes sociales cierto desdén en contra de quienes han decidido irse del país, se les dice, injustamente, que están “huyendo” antes que seguir combatiendo a la dictadura, que se “rindieron” y decidieron “abandonar” a su país a su suerte. Quienes así opinan probablemente no han conocido en carne propia los rigores de tener opiniones distintas al régimen militar. Debe recordarse que desde el 2001 ya ocurren purgas en la administración pública en contra de trabajadores que se negaban a dejar de servir al Estado y al conjunto de la nación para tener que servir a un partido politico, al partido oficialista. Debe recordarse que miles de empleados fueron despedidos de PDVSA por Hugo Chávez en una cadena de radio y televisión.

Luego, la dictadura emprendió la persecución contra los sindicatos y, a la fecha, aún muchos sindicalistas y agremiados de la CTV están en el exilio. Después, las víctimas fueron las empresas privadas. Las que no nacionalizó, las quebró y cuando no pudo alguna de las dos anteriores, las cerró como el caso de RCTV. Han pasado tantos años de este experimento Orweliano que la gente se olvida la existencia de la “Lista de Tascon” bajo la cual 4 millones de electores venezolanos que firmaron una solicitud para realizar un Referéndum Revocatorio contra Hugo Chávez fueron despedidos o no encontraron trabajo más nunca. Su autor murió sin haber sido procesado ante la justicia, al contrario, fue llorado por el régimen como un gran servidor a la causa de la destrucción.

Hoy en día tenemos presos y torturados en las mazmorras del régimen a muchos venezolanos, dirigentes políticos, policías, militares, periodistas, estudiantes, empresarios, sindicalistas, enfermeras, médicos, twitteros, ricos, pobres, no hay quien se escape a la vocación carcelaria del régimen. No es un caso “aislado” como le gusta decir al Fiscal General impuesto por la ANC, es una auténtica política de estado la sistemática violación de derechos humanos. Hay casos que logran la atención de los medios de comunicación, como la “desaparición” de Edgar Zambrano, primer Vicepresidente de la Asamblea Nacional, pero la gran mayoría de casos son anónimos, en la provincia y sus víctimas tienen que decidir entre irse del país o sufrir cárcel, tortura o muertes.

Tal es el caso de Patricia Palmieri, una joven Carabobeña, luchadora social de base, profesional, demócrata, que sin ser protagonista en los medios de comunicación, hacía el trabajo de hormiga en las comunidades empobrecidas para organizarse para participar en las elecciones y vencer cívicamente a la dictadura. Su historia comienza como la de todos, mensajes anónimos amenazantes en el celular, una pedrada en la ventana, un despido injustificado de su trabajo y no poder encontrar otro trabajo por “firmar” y luego la misma operación a las personas de su entorno familiar. El punto cumbre es que respaldar el registro de su partido político le hizo aparecer en la pagina web del mismísimo CNE “respaldo a AD” para que cualquier persona con su numero de cédula le pudiera identificar sus preferencias políticas.

Las necesidades económicas hacen imposible soportar tamaña presión y decidió irse a trabajar en otro país para ayudar con algo a su familia que se quedó aquí, en el paraíso socialista. ¿Podemos qué decir que ha huido? ¿Qué fue cobarde? ¿No será mejor entender que lo que realmente hizo fue ser muy valiente porque decidió emprender un camino hacia tierras extrañas, a enfrentar la soledad y a reconstruir la vida robada?. Decidir irse o quedarse implica, sea cual sea la decisión, un acto de valentía. El que se queda puede sufrir lo indecible y el que se va también, el exilio es una especie de muerte en vida, separación de los afectos y enfrentarse a otras culturas distintas a la propia en plan de sobrevivencia.
Este drama debe llegar a su fin, no obstante, los venezolanos también debemos sanar las heridas fruto de la incomprensión. Debemos reconciliarnos y saber que la fuente de los males padecidos es la usurpación y la tiranía. Todos somos víctimas del mismo victimario.

Engelbert Rivero Montenegro
Secretario de Asuntos Municipales
AD Carabobo

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