Noruega, Suecia…, ¿la Luna? por Gustavo Tovar-Arroyo @tovarr

Noruega, Suecia…, ¿la Luna? por Gustavo Tovar-Arroyo @tovarr

¿Alguien me puede explicar?

Quisiera escribir que vamos bien, pero no puedo mentir, no, no lo estamos. Perdimos el rumbo, otra vez. No logro entender muy bien qué pasó, por qué desviamos el curso de la Operación Libertad, por qué suspendimos la ruta trazada, por qué dejamos de luchar.

¿Alguien lo podrá explicar?





 

Una despiadada y perversa mente

Sé que la metodología psiquiátrica que está usando la miseria chavista para dominarnos fue inventada hace cien años por los soviéticos, y que la candidez cómoda de nuestros políticos no logra descifrar de qué se trata para desafiarla y vencerla, pero coño, no se puede ser tan demoledoramente ingenuo y pensar que la lucha se resolverá en Noruega o Suecia, dialogando con el verdugo y su socio. ¿En serio?

No más ingenuidad o comodidad, hay que luchar.

 

Rebaño de mediocres

Cuando uno observa a quienes lideran la crueldad dictatorial: Cabello, Maduro, Cilia, los Rodríguez, Aristóbulo, Carreño, entre otros miembros de ese rebaño de infelices mediocres que es el chavismo, uno se asusta, uno se avergüenza, uno no sabe dónde esconderse, sí, es difícil, muy difícil e inexplicable. ¿Nos dejamos someter por semejantes palurdos?

¿Cómo es posible que esa carroña espiritual haya secuestrado al país?

 

Puñalada a nuestro espíritu

La inmoralidad, sí, la inmoralidad venezolana es la causa del horror. Ese es el secreto de nuestra debilidad y de nuestro escaso ímpetu a la hora de finalizar nuestra faena histórica por la libertad. El relajamiento moral, el oportunismo, la banalidad, la insoportable superficialidad que nos distingue, son las puñaladas que se clavan en nuestro espíritu y lo debilitan. Por eso no salimos del chavismo, por debilidad moral.

¿Será que llegó el momento de cambiar la realidad?

 

Extraviados pero no vencidos

No estamos derrotados; no, no lo estamos. Estamos extraviados, pero no vencidos. Las distracciones de República Dominicana, Noruega y Suecia (falta que digan que el próximo encuentro será en la luna, ¿lunáticos?) nos hicieron perder la ruta, pero no el destino, ese está intacto, y el destino es la libertad. Lo importante es recuperar ese destino cuanto antes.

Yo confío que lo lograremos, hay que actuar ya.

 

La normalización del horror

El chavismo está peor que nosotros, no hay manera de que sobrevivan a la inhumana crisis que han creado. El peligro, como sensiblemente alertó en días pasados Héctor Schamis, es que normalicemos el horror en Venezuela (https://www.infobae.com/america/opinion/2019/06/08/la-normalizacion-del-horror/). Pareciera que, si no recuperamos el rumbo, esa es nuestra fatalidad.

¿Queremos que nuestro horror sea algo normal? Yo no.

 

Y el enfrentamiento directo

La estocada final debería de ser la sumatoria coordinada de actividades nacionales e internacionales contra el régimen: protestas, movilizaciones, sanciones, toma de poderes públicos, huelgas y enfrentamiento directo con los factores violentos del chavismo. Los viajes a Noruega, Suecia o la luna no han servido ni servirán de nada. Basta de diálogos ineptos. Venezuela urge una rebelión nacional total con cooperación militar internacional. Alcancemos un acuerdo.

No normalicemos nuestra ruina, actuemos.

 

¿Voluntad política?

No sé hasta qué punto existe la voluntad y decisión políticas para liberar de una vez por todas a Venezuela. No puede ser que se tenga un plan, que el país esté movilizado, cincuenta países del mundo apoyándote para el cese de la usurpación y, en secreto, se decida suspender la Operación Libertad para irse a pasear –dialogar– a Noruega o Suecia con Jorge Rodríguez. Simplemente no puede ser.

La actitud debe cambiar. Basta de lunatismo.

 

El último aliento

Tenemos que dar la batalla final y esa batalla es una sumatoria de batallas pequeñas. Lo único que teme el régimen es la movilización nacional total, protestas regionales, sectoriales, tomas de poderes, ocupación de espacios públicos. ¿Estamos dispuestos a ser libres? ¿Estamos dispuestos a terminar con la agonía chavista? Sabemos qué hay que hacer, hagámoslo. Es una decisión moral.

Venezuela –los venezolanos– estará ahí luchando hasta el último aliento, hasta vencer.

¿Alguien lo duda?