Lo uno y lo otro, la salida en Venezuela, por Antonio de la Cruz

Lo uno y lo otro, la salida en Venezuela, por Antonio de la Cruz

Antonio De La Cruz

 

Entre los diversos escenarios para la salida de la crisis política en Venezuela, toman fuerza el cívico-electoral o solución democrática y el de una intervención militar o solución armada -tesis discutidas durante muchos años en el seno de los movimientos de izquierda en la década de los sesenta del siglo pasado: elecciones o lucha armada para la toma del poder-.

Carlos Alberto Montaner en su reciente artículo, “El poder político jamás se entrega por las buenas, muchacho”, propone que Guaidó solicite ”la ayuda a Estados Unidos (…) para iniciar la lucha armada con el concurso de los más de mil militares exiliados en Colombia”, e “invocando el artículo 350 de la Constitución vigente, puede reclamar el derecho a la beligerancia y terminar con la fantasía de unas elecciones libres y transparentes”.





Mientras que María Corina Machado, coordinadora del partido Vente Venezuela, reiteró al presidente encargado Juan Guaidó este domingo retirarse de la agenda del diálogo con el cuestionado gobernante Nicolás Maduro para recuperar la confianza en la comunidad internacional, y “dedicarse a la construcción de una vigorosa coalición internacional para una fuerza de liberación de Venezuela que desplace a la fuerza de ocupación que aquí se ha instalado”.

Machado escribió en un tweet que “nuestros aliados en el hemisferio tienen muy
que Maduro y su régimen no van a salir del poder por vía electoral ni con falsos y débiles diálogos”. La coordinadora de Vente alertó del ”grave error” que sería resignarse al diálogo que lidera el Gobierno de Noruega, sede recientemente mudada a Suecia, porque arriesgaría el importante apoyo de los Estados Unidos para que se concrete un cambio político en Venezuela.

Jesús Seguías, presidente de Datincorp, analizó en el estudio “Cohesión Política” del 2 de junio cuatro opciones dentro del escenario cívico-electoral.

Las opciones que están de acuerdo la mayoría de los venezolanos (6 de cada 10) son: “Maduro sale del poder por las buenas o por las malas. Luego, se conforma un gobierno de transición dirigido por Juan Guaidó, dedicándose a solucionar los problemas más graves del país. Y un año después se convocan a elecciones”. Y, “Nicolás Maduro no sigue en el gobierno hasta 2025”.

Las otras dos opciones dominantes no cuentan con la mayoría de los venezolanos (4 de cada 10). Es apoyada “Maduro se queda en el poder un año más y se convocan elecciones presidenciales para Julio del próximo año 2020”. Y, es rechazada “Maduro abandona el poder sólo a cambio que alguien relacionado con el chavismo o un independiente asuma la presidencia. Luego, se conforma un gobierno de coalición con opositores, dedicándose a solucionar los problemas más graves del país. Y tres años después se convocan a elecciones presidenciales”.

Datanalisis, en el estudio “Escenarios Económicos y Políticos para Venezuela 2019” de mayo, determinó que la mitad de los venezolanos están de acuerdo con la “solución armada” para sacar a Maduro de la usurpación de la presidencia, y la otra mitad en contra.

Mientras que Datincorp midió la “solución electoral” a través de la renovación de la Asamblea Nacional que es la propuesta de Maduro, obteniendo también un resultado parejo. 50% de los venezolanos están de acuerdo con el adelanto de las elecciones parlamentarias

Por lo tanto, los escenarios “cívico-electoral” y de “intervención militar” tienen la misma probabilidad de ocurrencia en Venezuela. Por lo que Guaidó está en un dilema. Su reto es la dirección de las dos agendas políticas. Porque la fuerza del gobierno interino está en la diversidad, y el poder en la Unidad.

El escenario cívico-electoral está ejecutándose por el lado de Maduro y de alguna manera Guaidó. Aunque, el gobierno interino necesita incorporar en las negociaciones de Suecia y/o Oslo el cese de la asamblea nacional constituyente, la elección de un nuevo CNE, la actualización del registro electoral, el sistema de votación. Además de escoger internamente el candidato único.
Asimismo, la salida cívico-electoral depende de la presión interna (unidad de las fuerzas que apoyan a Guaidó y la protesta política articulada) y externa (imputación a los miembros de la Empresa Criminal Conjunta Bolivariana), a tal punto que amenaza la estabilidad del régimen usurpador. Por otra parte, Rusia a través del secretario del Consejo de Seguridad, Nikolái Pátrushev, manifestó antier su disposición para “profundizar el diálogo entre representantes de Guaidó y Maduro con el fin de hallar una solución y superar la crisis política en el país”.
Para la agenda de la “intervención militar”, Guaidó debería incorporar a María Corina Machado y los que apoyan esta agenda, para que logren con la Administración Trump acelerar las acusaciones en lo tribunales estadounidenses a los miembros de la Empresa Criminal Conjunta; y con el secretario general de la OEA la aplicación de la Responsabilidad de Proteger (R2P). Además, de la reintegración de Venezuela al TIAR.

El país reclama a Guaidó y a los dirigentes de la Unidad Democrática soluciones creativas y actuar en los escenarios de manera incluyente, porque lo importante en este momento es el bien común, tomando en cuenta lo uno y lo otro.