El 16J la ciudadana fue burlada por la indecencia partidista, por @ArmandoMartini

Armando Martini Pietri @ArmandoMartini

 

Aquel maravilloso día, celebramos el acto cívico de rebeldía y desobediencia civil más importante de las últimas décadas. Consulta popular, plebiscito, como deseen llamarlo, poco importa. Lo relevante fue el propósito. Jornada de presencia nacional, dignidad, compromiso verdadero de venezolanos llenos de coraje, tomaron posición marcando un cambio. Se sumaron con entusiasmo y esperanza al encuentro ciudadano. Inmenso, apoteósico, gritaron al régimen: ¡ya basta, nos cansamos de tanto abuso!

La expectativa que generó el acto patriótico, fue sobrepasada con creses. La intención política, ética, estableció la consulta como un recurso pleno de los ciudadanos para resolver, decidir sobre temas transcendentes. Pronunciamiento democrático a concebir con seriedad y conciencia. Desconocer un derecho que no acepta discusión ni interpretación, es vergonzoso.





Las preguntas:

¿Rechaza y desconoce la realización de una constituyente propuesta por Nicolás Maduro sin la aprobación previa del pueblo de Venezuela?

¿Demanda a la Fuerza Armada Nacional y a todo funcionario público obedecer y defender la constitución del año 1999 y respalda las decisiones de la Asamblea Nacional?

¿Aprueba la renovación de los Poderes Públicos, la conformación de un Gobierno de Unión Nacional y la realización de elecciones libres y transparentes para restituir el orden constitucional?

La manifestación de voluntad fue masiva, desbordada. El país, organismos internacionales, el mundo sintieron la severidad y rechazo colectivo; que luego algunos partidos políticos vilmente traicionaron, a pesar de lo azaroso para las conciencias que han ignorado y desvirtuado lo más sagrado para la democracia, la voluntad popular. La voz de Dios. El pueblo.

La indecencia, desvergüenza y deshonestidad partidista, que traiciono y entregó, tras la categórica demostración del 16 de julio 2017, hicieron lo contrario, violaron, ofendieron y vendieron al régimen el mandato de 7.5 millones de personas. ¡Sinvergüenzas! Pocos asumieron el coraje de mandar al carajo a los jefes de sus partidos que les ordenaron ignorar, desconocer, a la ciudadanía que había participado crecida en ánimo, excedida de esperanza y confianza.

Por ésa y muchas razones nace la Fracción Parlamentaria 16J que, con esfuerzo, escasos recursos, poca cobertura mediática, da la pelea, poniendo la cara de manera encomiable por la ciudadanía que los eligió. Representan gallardos los principios éticos, buenas costumbres ciudadanas y valores morales. No mienten, ni negocian cargos o favores.

Venezuela está sumergida en una hecatombe económica, empresarial, social, profesional, educativa, ética, moral, falta de valores a la cual nos ha llevado el régimen acabando con el gentilicio, venezolanidad y ciudadanía; la ideología egoísta, atrasada, delincuencial del castro-comunismo, su copia nacional, el perverso, despiadado, siempre desatinado madurismo sólo piensa controlar en colaboración con sus socios complacientes y encubridores.

Más del 85% desean un cambio radical, algunos se empeñan sea gatopardiano. El 16J 2017 lo estableció de manera decisiva, no sólo por razones políticas, sino porque Maduro y su administración han cometido costosos errores, uno tras otro; lo que Venezuela quiere cambiar no es sólo al oficialismo, sino también la inseguridad, inflación, corrupción, hambre, falta de medicinas, represión, opresión grosera e inhumana, tortura, encarcelación de presos y exiliados por razones políticas, la vagabundería institucionalizada como elemento de Gobierno, la violencia social, brutal como arma y expresión de grupos gobierneros, cómplices enchufados y bolichicos.

Celebremos ese día sin miedo con alegría, firmeza, furia ciudadana harta de ilegalidades, injusticias e indecencias, cansado de mentiras, perversidades, brutalidades policiales y militares, indignada por presos sólo por reclamar derechos, pensar distinto, heridos, atormentados, muertos por la fuerza, o echados del país. ¿Cómo puede explicarse semejante calamidad en democracia? Sencillo, el régimen no es democrático, es dictadura de incompetentes, malhechores. Expresiones duras ciertamente, pero la verdad y la realidad se imponen, guste o no.

Están sobrecogidos, pretenden la pendejera de elecciones que no saben cómo anunciar, pero que harán a conveniencia de la infeliz mesa de negociaciones. Desacreditados, sin legitimidad ni respaldo popular, la negociadera impúdica de Noruega, continua en Barbados, como si el ambiente estuviera para entretenimientos. 7,5 millones rubricaron libremente el deseo ciudadano de cambio sustancial, profundo. El país tomo la palabra. Los partidos la callaron. Sin embargo, fue día de patria, orgullo, compromiso, que Venezuela nunca olvidara y jamás perdonara a quienes lo traicionaron.

Han tenido oportunidad para demostrar que no son los pusilánimes acomodaticios que la ciudadanía percibe, sino verdaderos representantes de la voluntad popular. Pero maniobran, entregan una y otra vez. No hay espacio para el guabineo. Les dio aprensión, divagaron, se negaron tercos, se hicieron los locos, sacaron de la manga cómplice tecnicismos para rehuir el debate.

Es difícil la vida penduleando entre temores, la contrariedad del miedo, no es tenerlo, sino vencerlo. Igual sucede con las conveniencias políticas. Todos sentimos culillo ¿Quién no? a los siniestros cuerpos de seguridad de una dictadura que han demostrado crueldad sin límites. La mayoría sufrimos el terror del inconmensurable desastre que ha construido el chavismo-madurismo de la mano castrista, socios cómplices, para sumergirnos hasta el fondo de la miseria y exasperación.

Los ciudadanos apreciamos desconfianza, desasosiego. Pero regresemos al coraje y coherencia. El miedo no es libre cuando se tiene un compromiso con Venezuela. Los ciudadanos hicieron historia hace dos años y cuando toque, volverán a hacerla.

@ArmandoMartini