“El poder del individuo” por Beyker Albornoz @bdjab

“El poder del individuo” por Beyker Albornoz @bdjab

El colectivismo es una doctrina que plantea la propiedad comunal de los bienes y medios de producción, el actual régimen de Venezuela desde sus orígenes planteó como slogan el: “Venezuela ahora es de todos”; en aquel momento muchos advirtieron el peligro del colectivismo, hoy “Venezuela es de unos pocos”.

“Cierto es que todas las variedades de colectivismo prometen una paz eterna a partir del dia de su victoria final, una vez hayan sido eliminadas todas las demás ideologías. Para ello los hombres se dividirán en dos castas; de un lado el autócrata omnipotente y del otro las masas sin voluntad ni raciocinio propio”. Von Mises (1949)

En 20 años hemos visto sostenidamente avanzar al régimen en un adoctrinamiento con múltiples similitudes al INGSOC de la obra de Orwell “1984”, las comparaciones con la distopia de Orwell del sistema venezolano tiene ya muchos exponentes, y es que solo hace falta empezar a leer para encontrar las semejanzas.





El INGSOC, tiene por norte la uniformidad de opinión, oprimir a la masa lo suficiente para que nunca se levante por su propio impulso, desarticular el descontento, y desmoralizar la disidencia, para ello ha de hacer uso de los métodos más terribles.

La “ignorancia es la fuerza” parte de la doctrina del INGSOC implica que todo se reduce a un problema de educación a moldear continuamente la mentalidad del grupo dirigente y la del que se haya inmediatamente debajo de él, es garantía de permanencia en el poder del Status Quo.

Sobre el poder, en la obra 1984 se explica: “el partido quiere el poder por amor al poder mismo. Este poder es poder sobre los seres humanos y un hombre afirma su poder sobre otro haciéndole sufrir”.

Finalmente, cuando se trata del individuo y su sumisión, luego de los terribles acontecimientos a que es sometido el personaje principal, éste se ve frente a un espejo y ante los despojos que observa su torturador le dice: “Eres el último hombre, el guardián del espíritu humano”. “Tu especie se ha extinguido nosotros somos sus herederos”.

De este relato distópico, se derivan las siguientes conclusiones:

– Difícilmente una organización que detente el poder, por el poder en sí mismo, va a entregarlo bajo algún artilugio que no implique la fuerza.

– Si ocurrieren los aumentos de la presión interna “el factor que decide la última instancia es la actitud mental de la clase gobernante”. – Cuando las condiciones mejoran, los regímenes totalitarios se reestructuran y se fortalece.

– El “hombre nuevo” en este caso no es un individuo, es una masa colectiva.

A los regímenes totalitarios y sus colaboracionistas les aterra el individuo, porque solo el hombre libre es capaz de discernir sobre los diversos asuntos, y quienes profesan el liberalismo dejan de ver una “masa” en la ciudadanía y ven al individuo con el valor que le dan sus capacidades, respetan sus derechos como la más pequeña de las minorías.

El adaptarse a las exigencias de la cooperación social, requiere desde luego sacrificios por parte del individuo, pero no se trata de que el bien individual sea sacrificado hasta la anulación del ser por el bien de la colectividad, más bien como es planteado por Von Mises, es el individuo quien actúa, entonces la sociedad es el resultado de la suma de un conjunto de acciones individuales, el incentivo que impulsa a intensificar la cooperación social es el deseo de mejorar las propias condiciones materiales de cada uno.

Enfrentar la reescritura de la historia, la manipulación de los acontecimientos pasados, el neolenguaje, todo el intento de la destrucción de la cultura sólo es posible desde la educación política de la ciudadanía. El poder del individuo está intrínsecamente relacionado con su libertad, la capacidad de elegir y actuar. Es labor de quienes nos oponemos a estos sistemas, la lectura, el registro y difusión de las ideas liberales y el individuo como centro de la sociedad, pues diariamente el aparato de propaganda se encarga de hacerle colectivo.