Arcadia condena que se pretenda destruir la democracia en la región y establecer un sistema totalitario

Vista del alquiler de un automóvil incendiado después de una protesta en Valparaíso, Chile. (Foto por JAVIER TORRES / AFP)

 

La Fundación Arcadia expresa su más profundo rechazo a las manifestaciones violentas que se han llevado a cabo en Chile (Santiago de Chile), Colombia (Bogotá), Ecuador (Quito y Guayaquil) y España (Barcelona), que lejos de ofrecer medios de lucha y de reivindicación social buscan la desestabilización y el debilitamiento de la democracia, el único sistema político que garantiza el ejercicio pleno de los Derechos Humanos.

Es lamentable que grupos subversivos organizados, promovidos y financiados desde el exterior de esos países, causen daños materiales y generen zozobra entre la población de los países de la región que atraviesan una de las crisis más profundas de su historia.





Es el momento de fortalecer la democracia y los métodos pacíficos, el diálogo social, la participación de todos en las decisiones, pero ajustado a las normas, respetando los derechos de los demás ciudadanos, sobre todo, desprovisto de violencia que solo busca generar el caos y la anarquía.

Es alarmante ver a personeros de regímenes latinoamericanos que se acreditan autoría en este proceso que busca destruir la democracia en la región y establecer un sistema político, económico y social totalitario. Esos personeros sin duda promueven el desorden, las manifestaciones violentas y el caos y la anarquía, alegando independencia y soberanía, la aplicación del principio de la autodeterminación de los pueblos, pero desconociendo que son minorías, lo que resulta contradictorio.

Con esas acciones de violencia se abre una lucha extraña entre el poder del Estado democrático y estos grupos desestabilizadores que se financian de las actividades ilícitas del narcotráfico y el terrorismo y se esconden en la legalidad que ofrece la democracia. Los gobiernos democráticos deben actuar con decisión para detener estos atropellos y los pueblos deben mantenerse unidos y alertas para enfrentarlos.

La Fundación Arcadia espera que los gobiernos de la región y los mismos pueblos rechacen estas acciones que abren el espacio a modelos ajenos a nuestra realidad. Es menester que juntos denunciemos este plan macabro que busca destruir el sistema internacional reconstruido en 1945 que aún con deficiencias ha permitido mantener la paz y la estabilidad en el mundo y el progreso económico y social.

Nota de Prensa

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