Claves para entender la crisis chilena, por Carlos Millán

Las crisis tienen un elemento gatillante, en Chile fue el aumento del pasaje, pero no necesariamente el análisis se debe centrar solo en ese elemento porque no es un hecho aislado sino que tiene un contexto. En este artículo realizaré una aproximación al contexto y luego las posibles consecuencias:

El primer elemento es el histórico, Chile es un país dividido en su perspectiva histórica en cuanto a los periodos de Allende y Pinochet, hay muchas heridas abiertas y esto genera resentimiento. Pinochet fue quien terminó instaurando las instituciones formales chilenas a punta de sangre y fuego, este tipo de instituciones, que según Douglass North son las reglas del juego, siempre han de necesitar consenso para que sean duraderas en el tiempo, eso se logró en cierta medida con la concertación chilena pero en la actualidad han sido criticadas. Lo que hay que resaltar es la falta de consenso en cuanto al periodo de Allende y Pinochet.

En segundo lugar podemos hablar de lo que una profesora llama “la promesa del desarrollo”, a pesar de que los índices macroeconómicos chilenos son envidiables existen problemas que generan y profundizan la desigualdad, hay una eterna solicitud chilena de educación universitaria pública que fue aliviada en el gobierno de Bachelet con la llamada “gratuidad” después de fuertes jornadas de protestas estudiantiles, hay también un descontento en cuanto a las bajas pensiones que en algunos casos no llegan a la mitad del sueldo mínimo, hay deficiencias en cuanto al sistema de salud y por último hay una frustración en cuanto al anhelo y la promesa de desarrollo que hicieron los actores políticos y que algunos sectores populares tienen la percepción de que fue incumplida, hay demandas populares latentes.





El último elemento es el político, ha habido por supuesto grupos que han estimulado y organizado la crisis, grupos que hunden sus raíces en liceos y universidades, que serían la vanguardia, acá es importante lo de la división en cuanto a la perspectiva histórica porque estos jóvenes por supuesto no vivieron ni el gobierno de Allende ni el de Pinochet y por ende no le tienen temor a la crisis económica que y son temerarios ante la posible represión política. A esto le agregamos que ha habido un mal manejo comunicativo por sectores del gobierno a la hora de atender solicitudes, la gente reclama la falta de empatía con los ciudadanos por declaraciones poco políticas que han generado malestar.

En cuanto a las posibles consecuencias podríamos decir que existen dos escenarios, en conjunto con sus grises, en el primero habría un cambio en la política y se buscaría la estabilidad del sistema, conservando instituciones centrales pero cambiando algunas condiciones, este sería el mejor escenario porque Chile conservaría elementos que lo sigan empujando al desarrollo, la clave para que esto se dé es que todos los actores claves del espectro políticos se pongan de acuerdo en la conservación del mismo sistema.

El peor escenario sería que esta crisis degenere en un colapso del sistema político y económico, que traiga a su vez una fuerte inestabilidad que afecte la democracia chilena, las instituciones serían desmanteladas poco a poco y habría un riesgo latente de un régimen con características autoritarias.

El último capítulo de la crisis será determinado por las decisiones de los actores políticos y dependerá de si estos colocan los intereses del estado por encima de los personales y políticos.


Politólogo y Abogado venezolano, actualmente radicado en Chile.