Trump se encamina hacia un juicio político en un EEUU polarizado

(Photo by MANDEL NGAN / AFP)

 

 

Los demócratas se están moviendo rápidamente en Estados Unidos para dar forma a una acusación en contra de Donald Trump. Pero con el fuerte apoyo de los republicanos en el Senado, es poco probable que el presidente sea destituido.





Estas profundas divisiones políticas también se reflejan entre los estadounidenses, después de más de dos meses de investigación en el caso relacionado con Ucrania.

– El origen de la investigación –

Los demócratas abrieron una investigación para iniciar un proceso de destitución contra Donald Trump el 24 de septiembre después de enterarse de que le había pedido a Ucrania que investigara a Joe Biden, el mejor posicionado en el partido para enfrentarlo en las elecciones presidenciales de 2020, y a su hijo Hunter.

Los opositores sospechan que Trump presionó al presidente ucraniano Volodimir Zelenski, al condicionar, entre otras cosas, una ayuda militar de 400 millones de dólares a cambio de que Kiev abriera una investigación de corrupción.

Trump afirma que sus conversaciones con Zelenski fueron “perfectas” y asegura, sin presentar pruebas, que Joe y Hunter Biden son “corruptos”. Basa sus acusaciones en que el hijo del exvicepresidente de Estados Unidos fue parte de la junta directiva de Burisma, una compañía de gas ucraniana.

– Hacia un juicio político antes de Navidad –

Al pedir estas investigaciones sobre un rival político, Trump “ha incurrido en abuso de poder, ha socavado nuestra seguridad nacional y ha puesto en peligro la integridad de nuestras elecciones”, declaró el jueves la líder de los demócratas en el Congreso, Nancy Pelosi.

Luego anunció que los demócratas en la Cámara de Representantes, donde tienen mayoría, se embarcarían en la redacción de la acusación del presidente.

Trump podría enfrentar al menos tres cargos: abuso de poder y soborno, obstrucción del Congreso y obstrucción de la justicia.

Luego se realizará una votación sobre esta acusación o “impeachment” en inglés. Primero en el Comité Judicial, donde podría llevarse a cabo tan pronto como la próxima semana; luego en sesión plenaria, posiblemente antes de Navidad.

Dado que los demócratas cuentan con una mayoría cómoda, es casi seguro que Trump se convierta en el tercer presidente de la historia de Estados Unidos en ser acusado en el Congreso.

Pero luego sería absuelto en el Senado, liderado por los republicanos.

 – Confianza en el Senado –

“Lo bueno es que los republicanos NUNCA han estado más unidos. ¡Ganaremos!”, tuiteó Trump luego del anuncio de Pelosi.

El multimillonario goza de una inmensa popularidad entre los votantes republicanos (alrededor del 90%).

Después de negarse a cooperar con la investigación demócrata en la Cámara, dijo que esperaba un juicio “justo” en el Senado, donde la mayoría de los republicanos (que cuentan con 53 de 100 escaños) lo apoyan.

El calendario sigue siendo muy incierto para establecer una eventual fecha de inicio del proceso, que probablemente sea en enero.

“Mientras los votantes republicanos no cambien de opinión, estos senadores no tienen motivos” para no apoyarlo, dice a la AFP Michael Binder, académico de la Universidad del Norte de Florida.

No se excluye que un puñado de ellos vote a favor de ciertos cargos. Sin embargo, nadie espera que 20 senadores republicanos voten en contra del presidente: este sería el número necesario para destituir, por una mayoría de dos tercios, a Trump.

El cambio de tono debería ser significativo una vez que los republicanos tomen las riendas del procedimiento: al presidente le gustaría Joe y Hunter Biden testifiquen.

Eso garantiza un gran espectáculo político.

– Estadounidenses divididos –

Al igual que sus congresistas, los estadounidenses están profundamente polarizados en torno al tema. Alrededor de 47% apoya la acusación de destitución y/o la destitución de Donald Trump, mientras que el 44,5% está en contra, según un promedio de encuestas del sitio FiveThirtyEight.com.

“Las opiniones sobre el juicio político parecen haberse endurecido después de las audiencias públicas en lugar de haber convencido a la gente a cambiar sus posiciones”, señalaron dos analistas del sitio, Laura Bronner y Amelia Thomson-DeVeaux.

Y la mayoría de los votantes (51%) cree que los estadounidenses deberían decidir el destino de Trump en las urnas, durante las elecciones presidenciales de noviembre de 2020.

Trump está convencido de que se vengará luego al ganar un segundo mandato. Pelosi, por otro lado, asegura que lo que está en juego es la defensa de la Constitución y no una estrategia electoral.

AFP