Cuna de mitos del béisbol venezolano lucha por sobrevivir (Fotos)

Cuna de mitos del béisbol venezolano lucha por sobrevivir (Fotos)

Los niños asisten a la inauguración de un torneo de béisbol en la escuela de béisbol Criollitos de Venezuela en el barrio de Casalta, Caracas, el 25 de octubre de 2019. (Foto de Federico PARRA / AFP)

 

Semillero durante seis décadas de grandeligas como Andrés Galarraga, Omar Vizquel o José Altuve, los Criollitos de Venezuela remiendan pelotas y luchan para sobrevivir como escuela de miles de niños que sueñan con el estrellato.

Trofeos, medallas y diplomas cubren pisos y paredes de sus oficinas en Caracas, además de fotos en blanco y negro de leyendas como Vizquel, ganador de 11 Guantes de Oro. Un aire de nostalgia envuelve el lugar.

Pero el prestigio y el talento no bastan. Cada vez menos niños pueden seguir las huellas de sus ídolos por la crisis económica del país, comenta a la AFP Andrés Romero, secretario general de Criollitos, que en 2018 recibió 50.000 inscripciones, menos de la mitad de años anteriores.

El presupuesto de la organización de 2019 está desfinanciado en 95%; en 2018 el déficit fue de 50%, según la entidad.

Jóvenes como Harrison Morao, de 14 años, entrenan con uniformes agujereados y zapatos con suelas desprendidas, ilusionados con ampliar la saga del segundo mayor exportador de peloteros de Grandes Ligas, después de República Dominicana.

“Mis padres me dan lo que pueden”, cuenta el atlético adolescente que entrena con Criollitos y otra academia con la que espera dar el salto.

Con más de un siglo de historia, el béisbol es el deporte nacional de Venezuela.

Los niños asisten a la inauguración de un torneo de béisbol en la escuela de béisbol Criollitos de Venezuela en el barrio de Casalta, Caracas, el 25 de octubre de 2019. (Foto de Federico PARRA / AFP)

 

– “Muchos practican sin almorzar” –

En la sala de una casa de láminas de zinc, sobre una ladera donde antes había un basurero, Harrison, que práctica desde los siete años, fantasea con su videojuego de la Major League Baseball.

Anhela correr con la suerte de un compañero que ahora está en una academia en Dominicana y le heredó sus zapatos antes de partir.

“Me han llegado ofertas para irme a Dominicana en febrero y estoy trabajando para eso”, relata con timidez Harrison, quien, de lograrlo, dejará el colegio donde lidia con la migración de maestros y la falta de transporte.

Su referente es Pablo Sandoval, ganador de la Serie Mundial de 2014 con los Gigantes de San Francisco formado en Criollitos y promotor de una escuela que capta a jóvenes venezolanos de entre 14 y 16 años.

Hábil receptor, Harrison encaja pelotas con un viejo guante que le queda chico.

Su padre, Ricardo Morao, de 44 años y con trabajos esporádicos de albañilería, lo anima desde las deterioradas gradas de un estadio en Casalta, en Caracas.

“A veces dejo de comprar cosas para la casa para darle a él”, relata Morao, quien completa la alimentación familiar gracias a un huerto donde siembra tubérculos, maíz y bananos.

Carlos Castillo, director de La Cañada, el equipo de Criollitos donde juega Harrison, admite que algunos niños llegan a las prácticas “sin almorzar”.

Youngsters take part in a training session at the Criollitos de Venezuela baseball school in Caracas, on October 31, 2019. – For over six decades, the Criollitos de Venezuela school has been the seedbed for big names of the baseball major leagues such as Andres Galarraga, Omar Vizquel or Jose Altuve. (Photo by Yuri CORTEZ / AFP)

 

– El “monstruo” de las academias –

Tras una masiva presencia de cazatalentos y escuelas, las academias de Grandes Ligas empezaron a marcharse del país en 2015 por la crisis y la inseguridad, pero siguen captando prospectos. Criollitos ha quedado en desventaja.

La primera en partir fue la escuela de Marineros de Seattle -equipo donde debutó Vizquel en 1989- que fue a República Dominicana y le siguieron una veintena. Sin embargo, han surgido otras que actúan como enlaces y donde Harrison refuerza sus habilidades.

Criollitos no siempre estuvo a la zaga. En la organización fundada en 1962, por la que han pasado 130 de los más de 400 grandeligas venezolanos, los patrocinadores sobraban, cubriendo todos los gastos, incluidas participaciones en el exterior.

“Usted antes pasaba una carta a cualquier ministerio y le daban patrocinio”, recuerda Castillo, apuntando su mirada a una caja con pelotas deshebradas.

El venezolano Harrison Morao, de 14 años, que juega en la escuela de béisbol Criollitos de Venezuela, posa durante una entrevista con AFP en su casa en el barrio de Casalta, Caracas, el 5 de noviembre de 2019. (Foto de Federico PARRA / AFP)

 

Los patrocinios “desaparecieron”, lamenta Orlando Becerra, presidente de la organización, aludiendo a aportes que incluían a multinacionales y a la petrolera estatal PDVSA, sancionada por Estados Unidos y que perdió dos tercios de su producción en la última década.

Como resultado de las medidas de Washington para expulsar del poder al presidente Nicolás Maduro, las Grandes Ligas prohibieron a sus peloteros jugar la presente temporada venezolana, aunque hay gestiones para levantar el veto.

Romero ve a las academias -varias manejadas por exjugadores- como un “monstruo” con el que deben aliarse. “Son los que tienen el dinero”, asegura.

Negados a dejar de ser una mina de talentos, entrenadores como Castillo organizan colectas para comprar hilo y coser las pelotas. “Vamos a tener que repararlas (…). Es duro, pero pa’lante, aquí vamos”. AFP

Los niños asisten a una sesión de entrenamiento en la escuela de béisbol Criollitos de Venezuela en Caracas, el 31 de octubre de 2019. – Durante más de seis décadas, la escuela Criollitos de Venezuela ha sido el semillero de grandes nombres de las grandes ligas de béisbol como Andrés Galarraga, Omar Vizquel o Jose Altuve. (Foto por Yuri CORTEZ / AFP)

 

La sombra de un niño jugando béisbol se proyecta en el suelo durante una sesión de entrenamiento en la escuela de béisbol Criollitos de Venezuela en Caracas, el 31 de octubre de 2019. (Foto por Yuri CORTEZ / AFP)

 

Un niño asiste a una sesión de entrenamiento en la escuela de béisbol Criollitos de Venezuela en Caracas, el 31 de octubre de 2019. – Durante más de seis décadas, la escuela Criollitos de Venezuela ha sido el semillero de grandes nombres de las grandes ligas de béisbol como Andrés Galarraga, Omar Vizquel o Jose Altuve. (Foto por Yuri CORTEZ / AFP)

 

Las pelotas de béisbol se ven durante una sesión de entrenamiento en la escuela de béisbol Criollitos de Venezuela en Caracas, el 31 de octubre de 2019. – Durante más de seis décadas, la escuela Criollitos de Venezuela ha sido el semillero de grandes nombres de las grandes ligas de béisbol como Andrés Galarraga , Omar Vizquel o Jose Altuve. (Foto por Yuri CORTEZ / AFP)

 

Un joven asiste a una sesión de entrenamiento en la escuela de béisbol Los Criollitos en Caracas, el 31 de octubre de 2019. – Durante más de seis décadas, la escuela Criollitos de Venezuela ha sido el semillero de grandes nombres de las grandes ligas de béisbol como Andrés Galarraga, Omar Vizquel o Jose Altuve. (Foto por Yuri CORTEZ / AFP)

 

Los jóvenes escuchan las instrucciones de su entrenador durante una sesión de entrenamiento en la escuela de béisbol Criollitos de Venezuela en Caracas, el 31 de octubre de 2019. (Foto de Yuri CORTEZ / AFP)

 

El venezolano Harrison Morao, de 14 años, que juega en la escuela de béisbol Criollitos de Venezuela, juega videojuegos en su casa del barrio de Casalta en Caracas, el 5 de noviembre de 2019. (Foto de Federico PARRA / AFP)
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