Con estas nueve películas viajarás sin salir de casa

Elegimos nueve películas que te harán viajar sin moverte de casa, desde las calurosas calles de Nueva York en verano a la escarpada Isla Norte de Nueva Zelanda, las llanuras de Rajastán o por las cuevas de Paterna.

Por: Vogue





El cine siempre nos ayuda a viajar a lugares lejanos, nos descubre países, ciudades y lugares emblemáticos sin movernos de la butaca (o del sofá de casa). Hoy te traemos nueve películas con las que podrás viajar a una isla volcánica italiana, hacer senderismo por la Costa Oeste o agobiarte por las ajetreadas calles de la capital nipona.

1. ¿Te apetece un paseo por los bulevares parisinos?: ‘Una cara con ángel’ (1957)

 

Nada gana en escapismo puro a este musical tan extravagante de Stanley Donen sobre el redactor jefe de una revista (Kay Thompson) que busca al nuevo rostro de la moda. Con la ayuda de un fotógrafo (Fred Astaire), descubre a Jo (Audrey Hepburn), una librera que, a regañadientes, accede a posar para ellos. En un abrir y cerrar de ojos, el trío acaba en París, donde los números musicales suceden a las glamurosas sesiones de fotos en el Louvre, en el jardín de las Tullerías y en una barcaza por el Sena.

2. ¿Echas de menos el calor veraniego de Nueva York?: ‘Haz lo que debas’ (1983)

Pocas películas captan tan bien la energía enloquecida de Nueva York en verano como este clásico de culto de Spike Lee. Una reflexión sobre las relaciones entre la población racializada y la brutalidad policial (aunque deja margen para la comedia) que además cuenta con un colorido elenco y una banda sonora que marcaría una época. Lee interpreta a Mookie, un chaval que trabaja repartiendo pizzas y que vive en Bedford-Stuyvesant (Brooklyn); todo empieza un día en que los habitantes del barrio se están abriendo las cervecitas frías y haciendo guerras de agua para combatir el calor, mientras, bajo la superficie, empiezan a bullir las tensiones.

3. ¿Sueñas con una aventura remota en Nueva Zelanda?: ‘La leyenda de las ballenas’ (2002)

 

 

Una historia épica del paso a la madurez con mucho folclore nativo; en esta joya del cine independiente de Niki Caro vemos a Keisha Castle-Hughes metiéndose en la piel de una chica maorí que está decidida a convertirse en la jefa de su tribu, un papel que nunca ha caído en manos de una mujer. Para conseguirlo, tiene que demostrar su valía honrando a sus antepasados, aprendiendo a luchar y recuperando un diente de ballena que tiran al mar. Rodada en Whangara, en la pintoresca isla del Norte de Nueva Zelanda, es una gran carta de amor a las playas infinitas, los escarpados acantilados y las comunidades indígenas cargadas de historia de la región.

4. ¿Te apetece perderte en el bullicio de Tokio?: ‘Lost in Translation’ (2003)

 

 

Scarlett Johansson hipnotiza en este relato tan conmovedor de Sofia Coppola sobre dos estadounidenses algo alterados que coinciden en Tokio. Interpreta a Charlotte, una recién graduada que viaja con su marido (fotógrafo) cuando conoce a Bob (Bill Murray), un actor que está viviendo su crisis de mediana edad. Se hacen amigos y pasan del bar del hotel a las salitas de karaoke mal iluminadas de la ciudad, a los bulliciosos pasajes comerciales, las tabernas de sushi y los silenciosos santuarios: allí nace su amor a la vez que se enamoran de la ciudad.

5. ¿Un poco de carretera por Sudamérica?: ‘Diarios de motocicleta’ (2004)

En 1952, el Che Guevara (Gael García Bernal) y Alberto Granado (Rodrigo de la Serna) emprenden el viaje de su vida: 8000 kilómetros para recorrer Latinoamérica, de Buenos Aires a Venezuela. El relato que arma Walter Salles sobre esta aventura recorre a una velocidad trepidante los Andes, el desierto de Atacama y el Amazonas de Perú, y refleja la sangrante pobreza con la que se encuentran en el camino. Un viaje inolvidable que marcará los ideales del Che y, a su vez, el futuro del continente.

6. ¿Y lo de subirte a un tren en plena noche para recorrer la India?: ‘Viaje a Darjeeling’ (2007)

 

Adrien Brody, Owen Wilson y Jason Schwartzman interpretan a tres hermanos que se llevan a matar en esta comedia de locos que firma Wes Anderson. El trío se reúne en un tren con el que atravesarán la India para encontrarse a sí mismos, aunque, en realidad, se encuentran con un viaje caótico lleno de peleas a puñetazos, momentos de comedia slapstick y algo de intriga romántica. Vale la pena sobre todo por su maravillosa escenografía y las tronchantes interpretaciones, por no hablar de las espectaculares vistas de las áridas llanuras de Rajastán que ven a través de las ventanas del tren.

7. ¿Una aventura que te cambie la vida por los paisajes estadounidenses?: ‘Alma salvaje’ (2014)

Los fascinantes paisajes del sendero del macizo del Pacífico, una ruta de 4265 kilómetros que va desde los desiertos californianos a los bosques de Washington, hacen las veces de telón de fondo en este conmovedor drama de Jean-Marc Vallée. Su protagonista, Reese Witherspoon (como Cheryl Strayed), emprende esta ruta en solitario para recuperarse tras una tragedia personal. Se pierde, se cansa, pero también hace amigos por el camino que le recuerdan la fuerza que tiene y el poder redentor de los viajes.

8. ¿Un paseo por una isla volcánica italiana?: ‘Cegados por el sol’ (2015)

Este thriller tan sexy de Luca Guadagnino está ambientado en la isla italiana de Pantelleria, un oasis de carreteras serpenteantes y restaurantes en la montaña. Se centra en la historia de una cantante (Tilda Swinton) y su amante (Matthias Schoenaerts), que pasan los días nadando, haciendo senderismo y disfrutando de sobremesas interminables en patios bañados por el sol… Hasta que aparece un viejo amigo (Ralph Fiennes) con su enigmática hija (Dakota Johnson) para hacerles una visita sorpresa. Te entrarán ganas de que llegue el verano (y de robarle el armario a Swinton).

9. ¿Un poco de turismo nacional?: ‘Dolor y gloria’ (2019)

Reflexiva e irónica, la película semiautobiográfica de Pedro Almodóvar retrata a Salvador Mallo (Antonio Banderas), un cineasta en crisis. Consumido por la apatía, la mente de Mallo se sumerge en su colorida infancia de los sesenta, cuando se mudó a la ciudad “mágica” de Paterna, en el Levante, con su madre (Penélope Cruz): cuevas encaladas, ríos cristalinos y campos infinitos, un lugar inspirador y que le da a la película una pátina melancólica de paraíso perdido.