Esta pandemia global representa un serio desafío -quizás el mayor en la historia contemporánea de la Humanidad- para los gobiernos, las empresas y la sociedad en general, pero es en la familia donde recae una grandísima responsabilidad, porque significa el retorno al hogar de una de las labores más importantes de cualquier padre y madre: la formación de sus hijos.
Ahora ellos deben armarse de lápices, cuadernos y libros para asumir el rol de maestros, porque hoy las escuelas están cerradas. Realizar las tareas con los niños se convierte en un reto que requiere conocimiento, habilidad y mucha paciencia, y muy pocos están formados para este trabajo.
Pero más allá de cumplir con las tareas que envían desde el colegio, considero que debemos hacer foco en lo importante: enseñarlos a pensar, incentivarlos a investigar, observar, describir, crear. Es necesario propiciar un espacio de motivación para disfrutar aprender y divertirse en el proceso de enseñanza. Quisiera aportar, desde mi experiencia, cómo en el hogar podemos ser unos maestros conscientes en la realización de las tareas:
– Establece una rutina de lunes a viernes, en un horario determinado. Sugiero que sea en horas de la mañana. Pronto crearán el hábito.
– Escoge un lugar apropiado para hacer las actividades.
– Puedes ser flexibles y postergar, en caso de que emocionalmente observes que no haya disposición de los niños para efectuar las tareas.
– Reúne los materiales necesarios antes de iniciar las actividades.
– Da las instrucciones de manera clara, precisa y verifica que se hayan entendido completamente.
– Enfócate en sus fortalezas. Ofréceles mensajes positivos y presta atención a ese momento tan importante para su autoestima.
– Coloca música suave. Cuando comiences con esta rutina, te darás cuenta de cómo influye la música en el estado mental de los niños.
– Evita distracciones: apaga la TV y el celular.
– Usa cuentos, metáforas y vídeos para enriquecer un tema que estén desarrollando.
– El tiempo de trabajo debe ser limitado, aunque si está disfrutando y atento a la tarea, continúa. Si lo notas intranquilo, puedes invitarlo a realizar tres respiraciones profundas, tomar un vaso de agua y cambiar de posición corporal para seguir adelante.
– Al momento de corregirlo, hazle comentarios positivos. Solo describe, no juzgues, no etiquetes.
– Preserva un ambiente agradable, acondicionado para el disfrute y la diversión, pero con normas previamente establecidas.
– Las normas claras y elaboradas entre todos son importantes para convivir en estos días de aislamiento social.
– Valora estos momentos de cuarentena en los que puedes estar presente compartiendo con tus hijos. Disfruta del tiempo y del aprendizaje juntos.
Estoy convencida de que quienes logren superar el desafío que significa tener a los niños las 24 horas al día, los 7 días de la semana, encerrados en cuatro paredes, pero aprovechando el tiempo para consolidarse como familia, se convertirán en padres extraordinarios.
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