Cuando un país tras otro alrededor del mundo comenzó a cerrar sus fronteras con la llegada del coronavirus, miles de personas quedaron varadas lejos de casa. Uno de ellos fue el argentino Juan Manuel Ballestero.
Ballestero, un navegante, socorrista, surfista y aventurero de 47 años oriundo del balneario más famoso de Argentina, Mar del Plata, estaba en la península ibérica cuando estalló la pandemia.
Había comprado un velero de casi 9 metros en Barcelona, que convirtió en su hogar flotante, y se encontraba recalando en la isla de Porto Santo, en el archipiélago portugués de Madeira, cuando se enteró del cierre de las fronteras.
Ante el riesgo de quedar varado allí, Ballestero no lo dudó: “Ese mismo día decidí navegar a Argentina”, le cuenta a BBC Mundo durante una conversación telefónica.
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