El coronavirus y la desinformación: Rusia sigue manteniéndose fiel a su estilo

El coronavirus y la desinformación: Rusia sigue manteniéndose fiel a su estilo

AFP

 

La desinformación por parte de Rusia sobre el coronavirus comenzó el 20 de enero de 2020 cuando Igor Nikulin, en una entrevista a Zvezda TV (un medio de comunicación controlado por el ministerio de Defensa ruso), afirmó falsamente que podría ser un arma biológica estadounidense destinada a presionar a China. Nikulin también sugirió engañosamente que podrían haber sido corporaciones estadounidenses las que hubiesen producido el virus para obtener beneficios de la venta de fármacos. Con anterioridad, Nikulin se había desempeñado como observador ruso en el comité de las Naciones Unidas relativo a armas biológicas y químicas.

Por Centro Interinstitucional para la Cooperación Mundial





Más adelante, el 27 de febrero, Nikulin hizo declaraciones de confabulación todavía más disparatadas en el canal de televisión ruso RT Arabic, financiado por el estado, donde falsamente afirmó que el coronavirus: fue seleccionado con sumo cuidado, a fin de llegar a los países que se consideran rivales de los Estados Unidos, como China, Irán y algunos países de la Unión Europea, entre ellos Italia. … Este es un plan de las élites del mundo … del gobierno mundial … 200 familias [que] poseen US $40 billones, y … se consideran a sí mismas como las personas más importantes del planeta. Son dueños de la mayoría de los medios de comunicación. Son los que hacen las películas de Hollywood … y afirman que la humanidad debe ser reducida a una décima parte de la población actual.

En cuestión de semanas, los Estados Unidos se convertirían en el epicentro del brote de la enfermedad, con el mayor número de casos y muertes registradas en el mundo, por lo que Nikulin hizo esas declaraciones para escandalizar, sin ninguna base científica.

La declaración inicial de Nikulin señaló el comienzo de una campaña de desinformación rusa relacionada con el coronavirus que se ha extendido a lo largo y ancho. Su objetivo principal es culpar falsamente a los Estados Unidos de haber producido el virus como un arma biológica, al igual que lo hicieron los rusos y los soviéticos durante los últimos 70 años cuando inesperadamente surgieron otras enfermedades.

Antiguas afirmaciones rusas y soviéticas falsas sobre la guerra biológica de los Estados Unidos

En 1951 y 1952, Corea del Norte, China y la Unión Soviética declararon falsamente que los Estados Unidos habían utilizado la
guerra biológica durante la Guerra de Corea. (Imagen: Amistad británico-china en los años 1950; foto de Andrew Burgin;
©2006 Robert Neff Collection)

El experto en guerra biológica Milton Leitenberg señala que:
las acusaciones de guerra biológica fueron forzadas y fraudulentas, como lo demuestran de manera explícita y detallada los documentos
obtenidos de los antiguos archivos soviéticos en enero de 1998. No obstante, la campaña de propaganda tuvo, en ese momento, una amplia
resonancia internacional.

Un documento de 1953 del Presídium del Consejo de ministros de la URSS dirigido al líder chino Mao Zedong declaraba inequívocamente que:

“Estados Unidos utiliza la guerra biológica contra el pueblo coreano y chino”.

El Gobierno soviético y el Comité Central del PCUS fueron engañados. La difusión de información en la prensa sobre el uso de armas biológicas en Corea por parte de los estadounidenses se basó en información falsa. Las acusaciones contra los estadounidenses fueron ficticias.

Según Leitenberg y otros, los rusos y soviéticos han hecho muchas otras afirmaciones falsas
sobre la guerra biológica estadounidense:

* Desde 1950 hasta 1952, los países de la Unión Soviética y del Bloque del Este afirmaron falsamente que los Estados Unidos estaban soltando escarabajos de Colorado en la República Democrática Alemana (RDA), Polonia y Checoslovaquia con el fin de destruir sus cultivos de patatas, ‘matar de hambre’ a su población e inducir el ‘colapso económico’ de los países. Véase “American Bug,” un video de desinformación checoslovaco de la época de la Guerra Fría.

* En los decenios de 1970 y 1980, la KGB afirmó falsamente que una unidad de investigación para el control de la malaria en la India y un centro de estudios médicos en Pakistán estaban involucrados en la guerra biológica. El presidente de la KGB, Yuri Andropov, otorgó al jefe de la residencia de la KGB en Pakistán un “reconocimiento” especial por su campaña de desinformación. Ambos países cerraron los centros de investigación.

* A partir de 1985, la KGB armó una campaña falsa de desinformación sobre el sida.

* En 2006, el líder del partido comunista ruso Gennady Zyuganov acusó falsamente a los Estados Unidos de propagar la gripe aviar, o influenza aviar, en Rusia y Europa.

* En 2016, Gennady Onishchenko, en ese entonces un ayudante del primer ministro ruso Dmitry Medvedev, sugirió falsamente que los Estados Unidos podrían estar infectando a los mosquitos con el virus de Zika en el área del Mar Negro como una forma de guerra biológica contra Rusia.

* En 2019, el viceministro de Relaciones Exteriores Ryabkov sugirió falsamente que los Estados Unidos podían haber estado involucrados en la propagación de Zika y del Ébola. Mientras, durante el brote del Ébola en el África occidental en 2014, troles rusos en internet difundieron información en la que se acusaba a los Estados Unidos de introducir el Ébola en esa región.

* Rusia ha efectuado numerosas acusaciones falsas de guerra biológica respecto al Programa de cooperación para la intervención en materia biológica y al Programa de reducción de la amenaza biológica, financiados por los Estados Unidos, que colaboran con más de dos decenas de países de todo el mundo para mejorar la bioseguridad, la protección biológica y la vigilancia de enfermedades relacionadas con agentes tradicionales específicos (material biológico utilizable en armas) y agentes patógenos emergentes que pueden causar emergencias de salud pública de alcance internacional.

Leitenberg resumió el incesante despliegue de desinformación ruso-soviética: A partir de solo unos años después del final de la Segunda Guerra Mundial, en 1949, y hasta 1988 durante el mandato del secretario general Mikhail Gorbachev, la URSS mantuvo una campaña casi constante de acusaciones falsas relativas al uso de armas biológicas por parte de los Estados Unidos. Nunca antes en la historia había existido un país que hubiese llevado a cabo una campaña de falsas acusaciones relativas a la guerra biológica. … Tras una pausa de unos
años, entre 1988 y 1995, altos oficiales militares rusos comenzaron a repetir las antiguas acusaciones falsas.

Política de los Estados Unidos relativa a las armas biológicas

En 1969, el Gobierno de los Estados Unidos renunció a todo desarrollo, producción y almacenamiento de armas biológicas y declaró
su intención de mantener solo pequeñas cantidades de agentes biológicos para la investigación, como las necesarias para el
desarrollo de vacunas, medicamentos y diagnosis. (Imagen: Entrada a Fort Detrick, sede de las investigaciones del Ejército de los Estados
Unidos en materia de medidas defensivas contra la guerra biológica.)

En 1972, los Estados Unidos fueron uno de los primeros en firmar la Convención sobre armas biológicas, que entró en vigor en 1975 y obligó a las partes a: […] nunca desarrollar, producir, almacenar o adquirir o conservar:

1) microbianos u otros agentes biológicos o toxinas cualquiera que sea su origen o método de producción, de tipos y en cantidades que no tengan una justificación para la profilaxis, protección u otros fines pacíficos;

2) armas, equipos o vectores diseñados para utilizar dichos agentes o toxinas con fines hostiles o en conflictos armados.

Desinformación rusa sobre el COVID-19 en países específicos

La desinformación rusa tiene por objetivo fomentar los temas generales en varios países a través de:

* hacer hincapié en los aspectos negativos (casi cada Estado, excepto Rusia y sus aliados, supuestamente es un Estado fallido)
* esforzarse por exacerbar las divisiones existentes a fin de debilitar a las sociedades objeto de la campaña. Por ejemplo, entre los temas clave relacionados con el COVID-19 en los medios de comunicación rusos relativos a Lituania a finales de marzo, según observaciones de Debunk EU, se encontraron:
* Lituania y otros Estados bálticos están fracasando en la prevención de la pandemia del COVID-19
* A la OTAN no le importa Lituania
* El COVID-19 está destruyendo a la UE y la OTAN
* Lituania está provocando que el COVID-19 se extienda a Crimea
* Nacionalistas lituanos temen la ayuda de China con el COVID-19
* Mientras los burócratas de la UE se pelean, Rusia y China ayudan a las personas
* Rusia podría haber salvado a los Estados bálticos del COVID-19. Para otros países, este mismo tipo de temas y objetivos se adaptan a la situación local.

Contrarrestar la desinformación rusa

Quizás la forma más eficaz de contrarrestar la desinformación rusa relativa al coronavirus fue la declaración de la UE de que Rusia pretende agravar la crisis de salud pública en los países occidentales, concretamente socavando la confianza del público en los sistemas nacionales de salud, impidiendo así una respuesta eficaz al brote.

Este análisis fue parte de un documento interno del equipo de la Unión Europea especializado en contrarrestar desinformación, tal como informaron el Financial Times y Reuters. El Financial Times añadió que, según el documento de la UE: La campaña está diseñada para exacerbar la confusión, el pánico y el miedo, y para evitar que la gente acceda a información fiable sobre el virus y las medidas de seguridad pública. La declaración de la UE atrajo mucha atención de los medios de comunicación porque mostraba cómo la desinformación causa daño, lo que genera indignación moral, que, tal como lo observa el Comunicado N.º 2 del GEC contra la desinformación, es la forma más eficaz de contrarrestar la desinformación. Elaborar una narrativa relativa a los daños basada en hechos que compita con la falsa narrativa de daños y pueda reemplazarla es una de las mejores maneras de contrarrestar la desinformación. Tal como Nassim Nicholas Taleb dijera, “Para desplazar una historia se necesita otra historia”.