Así son los rituales que hacen los “médiums” del Dr. José Gregorio Hernández

Así son los rituales que hacen los “médiums” del Dr. José Gregorio Hernández

El doctor José Gregorio Hernández fue un médico venezolano nacido en 1864. En vida fue más reconocido por su labor científica y filantrópica que por sus actos milagrosos. Falleció en 1919. EFE

 

En Colombia hay una larga lista de venezolanos famosos. La imagen de Simón Bolívar está en la raíz de su historia, la voz de Pastor López en la programación de las emisoras en diciembre y la sombra de Hugo Chávez en los discursos de los políticos de todas las orillas.

Por Camilo Hernández y Sebastián Ramírez | eltiempo.com





Pero no hay un nombre venezolano que genere más devoción religiosa que el del doctor José Gregorio Hernández, un médico de bigote en eme, cejas mezquinas y corbata negra, quien será, oficialmente, el cuarto beato católico de Venezuela, aunque hace mucho fue graduado de santo por la cultura popular.

De hecho, actualmente, en países como Perú, Panamá, Ecuador y Colombia también se le rinde culto. Incluso, algunos médiums aseguran que él los usa para hablar con la gente.

Los médiums

“Hay unos tratamientos por medio de plantas que le llegan a uno cuando está en consulta con los pacientes, y uno que otro remedio farmacéutico. Hay cosas que yo no conozco, pero existen”, aseguró Jairo Quiroga, quien se describe como médium y líder de un centro espiritual gregoriano de Ibagué.

Según él, no conoce la naturaleza de varias de las plantas que acaba por recetarle a la gente, pero sí sabe de algunos medicamentos, pues hizo un curso de medicina homeopática.

Para José Enrique Finol, estudioso de la figura de José Gregorio Hernández, semiótico y doctor en Ciencias de la Información y de la Comunicación, aunque son distintos, la figura de los médiums puede ser comparable con la de los sacerdotes.

“Cumplen una función similar: son actores intermediarios entre el mundo terrenal y celestial, entre los seres humanos y las divinidades, sean estas del tipo que sean. Unos y otros canalizan angustias, incertidumbres y preocupaciones humanas hacia las divinidades capaces de satisfacerlas”, advirtió Finol.

Mientras tanto, Quiroga señaló que los dones de médium “los adquiere uno, no se lee en ningún libro. A uno le llegan, como cuando usted va a elegir una carrera universitaria. Una persona habla con uno y ya prácticamente uno tiene la solución en las manos”, advirtió.

En su comunidad acostumbran a trabajar de lunes a sábado, después de las 2:30 de la tarde. Por lo general, hacen oraciones católicas tradicionales, como el Rosario, que se reza de forma colectiva. Pero también ofrecen consultas privadas.

Dijo que recibe donaciones, pero que no cobra por sus servicios. “Hay médiums que tratan de quitarle la plata a la gente. Nosotros no hacemos eso”, señaló y agregó que en el centro gregoriano que él dirige no tienen “ánimo de lucro”.

En contraste, otros centros gregorianos en Bogotá ofrecen consultas desde los 8.000 pesos.

Los ritos y las oraciones

¿Pero qué es lo que hacen los médiums? ¿Cómo dicen que se manifiesta el poder del beato venezolano?

Para empezar, a estos centros acuden personas enfermas e incluso atormentadas. Sus seguidores pueden ser un paciente de cáncer terminal que perdió las esperanzas, el hijo drogodependiente de una mujer devota o una pareja de esposos a la que se le extravió el amor.

“Igual que en la medicina tradicional, para cada doliente hay una fórmula. Cuando se trata de problemas psicológicos o personales, puede que baste con una charla y una serie de oraciones”, comentó Quiroga.

De hecho, la novena de San Gregorio incluye textos sonoros como el Alma de Cristo, el Padre Nuestro, el Ave María y el Gloria. Como en la Novena de Aguinaldos, que se reza en diciembre, hay una Oración para todos los días y un texto único para cada uno, después del cual “se pide la gracia que se desea”. Es decir que ese es el momento de solicitar la curación, la paz o, a veces, el olvido.

En ocasiones, el médium puede pedirles a sus seguidores que esperen la visita espiritual durante algunos días.

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