Bandera de Azerbaiyán ondea en Lachín, distrito devuelto por Armenia tras acuerdos de paz

Bandera de Azerbaiyán ondea en Lachín, distrito devuelto por Armenia tras acuerdos de paz

Foto : Ministerio de Defensa de Azerbaiyán

 

La bandera de Azerbaiyán ondea 30 años después en Lachín, tras la entrada el martes de tropas de ese país en el tercer y último distrito devuelto por Armenia, cerca de Nagorno Karabaj, según el acuerdo firmado el 9 de noviembre que puso fin a semanas de combates.

Poco después de medianoche, una columna militar azerbaiyana entró en el distrito de Lachín (Berdzor en armenio), bajo control de las fuerzas armenias desde la guerra de los años 1990.





“Unidades del ejército de Azerbaiyán entraron en la región de Lachín el 1 de diciembre”, indicó el Ministerio de Defensa azerbaiyano en un comunicado.

Periodistas de la AFP vieron a una decena de militares participar en una pequeña ceremonia en el patio de un edificio oficial de la ciudad, sobre el que se iza una bandera de Azerbaiyán.

Se trata del último de los tres distritos que Armenia se comprometió a devolver a Azerbaiyán en virtud del acuerdo de alto el fuego firmado bajo los auspicios de Rusia.

El distrito de Lachín, al igual que el de Aghdam, devuelto el 20 de noviembre, y el de Kalbajar, retrocedido el 25 de noviembre, constituía una zona desmilitarizada que rodeaba la autoproclamada república de Nagorno Karabaj desde el final de una primera guerra en 1994.

Otros cuatro territorios fueron conquistados militarmente por las fuerzas azerbaiyanas al cabo de seis semanas de intensos combates, que enfrentaron a ambas partes desde finales de septiembre, y que dejaron miles de muertos.

El acuerdo permite la supervivencia de Nagorno Karabaj, provincia poblada en su mayoría por armenios, aunque sin una parte de su territorio.

Alrededor de 2.000 soldados rusos fueron desplegados a lo largo de la línea de frente para garantizar el alto el fuego y el mantenimiento del corredor que une Armenia al enclave.

 

– “Construí todo desde cero” –

 

Montañoso, y actualmente cubierto de nieve, Lachín, que se extiende de norte a sur hasta Irán, a lo largo de la frontera este de Armenia, es conocido sobre todo gracias al corredor del mismo nombre.

Controlado por las fuerzas de paz rusas, este corredor es ahora la única ruta que une Nagorno Karabaj a Armenia.

Tras la firma de los acuerdos, los habitantes no esperaron para irse, destruyendo las casas y las infraestructuras de las tierras que abandonaron.

Pero algunos como Levon Gevorguian, propietario de un bar-supermercado en la plaza principal de Lachín, decidieron quedarse.

“Llevo 22 años viviendo aquí, construí todo desde cero”, cuenta este hombre de 48 años: “Tengo un crédito que pagar, ojalá me dejen quedarme. Sino lo quemaré todo”.

Valera Levonian, copropietaria de un supermercado y un hotel, afirmaba también su intención de quedarse, por la existencia del corredor con Stepanakert, capital de Nagorno Karabaj: “La gente que pase puede pararse aquí a comer, beber té y café. No solo los armenios, también los rusos y los extranjeros”.

David Davtian, miembro de la administración local explicó a la AFP que los habitantes tenían hasta las 18H GMT para abandonar el lugar, a excepción de los 200 considerados “esenciales para la administración”, en particular los que se ocupan de mantener el corredor.

 

– “No sé adónde ir” –

 

Pero también hay habitantes que se quedan porque no tienen adónde ir. Estas personas “nos dijeron que se quedaban y que verían qué ocurrirá el martes”, explicó Davtian.

En el pueblo de Aghavno, al borde de la carretera del corredor, habitantes abandonaban sus casas el lunes, cargando sus muebles y madera en camiones y coches.

Arksia Gyokshakian, de 60 años, es de los que se quedan: “No sé adónde ir. Me quedé aquí durante la guerra. Es mi casa”, declara a la AFP.

Al final de la primera guerra en 1994, hubo un éxodo inverso: la población azerbaiyana huyó de estas regiones, que fueron repobladas después por armenios.

Pero muchos de los habitantes de Karabaj que huyeron durante los recientes combates regresaban ahora a la región separatista. El martes, las fuerzas rusas aseguraron que habían ayudado a volver a más de 26.000 personas.

La tregua, que se firmó cuando la situación militar era catastrófica para Armenia, recuerda el papel determinante de Moscú en su zona de interés caucásica, pero también la influencia creciente de Turquía, apoyo de Bakú.

Turquía anunció el martes un acuerdo con Rusia para establecer un centro conjunto de observación del alto el fuego.

Los países occidentales, en cambio, parecen perder peso y ni Francia, ni Estados Unidos, mediadores como miembros del Grupo de Minsk –encargado en los años 1990 de encontrar una solución al conflicto, obtuvieron resultados.

AFP