Carlos Ochoa: las pateras de Güiria

Carlos Ochoa: las pateras de Güiria

“Cuando un pueblo emigra, sus gobernantes sobran”

José Martí

El día 7 de diciembre se cumplieron 30 años del suicidio del escritor cubano Reinaldo Arenas en Nueva York, en la carta donde explica sus razones para tan definitiva decisión responsabiliza a una sola persona, Fidel Castro. En esa última epístola Arenas expresa que no pudo o no supo cómo superar la depresión  que le causo sufrir cárcel, vejaciones, humillaciones y sobre todo falta de libertad y que no puede continuar viviendo sin poder trabajar una obra que mereció y sigue mereciendo el reconocimiento y el elogio de todos los que la leen, declara Reinaldo casi como una última exhalación,  que quizás si Cuba fuera libre se habría librado de muchas cosas entre ellas la decisión de acabar con su vida y que la terrible enfermedad que le aquejaba no hubiese sido tan dura de sobrellevar. Reinaldo era homosexual y como millones de personas homosexuales y heterosexuales en todas partes  contrajo el sida. En la Cuba de los 60, 70, hasta hace muy poco ser homosexual era un delito que se pagaba con exclusión social, con cárcel y muchas veces con la vida.





Recuerdo a Reinaldo Arenas porque él fue uno de los miles de cubanos que escaparon del régimen de los Castro, del “mar de la felicidad” como llamó a Cuba el ocurrente Hugo Chávez, las razones del escritor para huir de su patria son las mismas que las de miles de cubanos que se lanzaron al mar en balsas improvisadas enfrentando tormentas y tiburones con niños en los brazos para ser devorados o tragados por el océano, o si corrían con buena suerte llegar a algún cayo de la Florida y solicitar asilo en los Estados Unidos para iniciar una nueva vida. El hambre, la falta de libertades y de oportunidades, son las principales causas de este escape colectivo y de todos los escapes en masa que se producen en el planeta.

Todos los días vemos imágenes terribles de personas fallecidas que no pudieron alcanzar la costa mediterránea europea, los españoles llaman a las frágiles balsas en las que ponen sus esperanzas en el mar  “pateras”, se trata de una migración desesperada de africanos de distintos países que arriesgan sus vidas para salvarse del hambre, de las guerras, de las balas del AK-47 ruso, tan terriblemente famoso como arma que muchos ejércitos, incluyendo el de Venezuela lo tienen como fusil de reglamento.

El escape de Venezuela por trochas, ríos y por mar ha llevado a muchos compatriotas a arriesgar la vida, muchos la han perdido y como dejó escrito Reinaldo Arenas hay un único responsable, los venezolanos que perdieron la vida en “peñeros” como llamamos nosotros a los botes de madera y de fibra de vidrio frente a las costas del poblado oriental de Güiria tratando de llegar a la isla de Trinidad, cuando se montaron en esos “peñeros”  sabían que el responsable de lo que les sucediera está en Miraflores, de eso no tengo duda y por eso es que acompaño mi oración por los difuntos con una petición de que toda esta tragedia finalice, “Antes que Anochezca” si es posible como el título de la novela de Reinaldo Arenas. ¡Viva Venezuela!