Lilibeth Sandoval: Los rostros de la ignominia

Lilibeth Sandoval: Los rostros de la ignominia

Hace exactamente una semana se realizaron en Venezuela unas “elecciones” para “elegir” una nueva Asamblea Nacional. El proceso electoral estuvo marcado de abusos por parte del chavismo que no tuvo reparos en utilizar de manera descarada los recursos de todos los venezolanos para controlar el ente legislativo. 

Aún así una falsa oposición se prestó para la puesta en escena que terminó sepultando su carrera que una vez tuvieron como políticos. Los venezolanos bien claros en sus planteamientos no quisieron formar parte del juego perverso convocado por la tiranía.

Los rostros de quienes participaron en esta tramoya están grabados en la memoria de los venezolanos. Los venezolanos son nobles y de buen corazón, pero no olvidan a quienes los traicionan. Más de uno ha sido pitado cada vez que intentaban llegar a los sectores populares que sufren y padecen una crisis humanitaria compleja sin precedentes.

La tiranía comenzó a dar una falsa apariencia de normalidad al manipular las cifras de COVID-19, y haciendo campaña con mítines donde no se cumplían las normas de bioseguridad para evitar el contagio de coronavirus. Una cosa sí me ha quedado clara es que el usurpador desprecia a los venezolanos. Aún cuando expertos han advertido sobre una segunda ola de rebrote en Venezuela intentan aparentar que ya la pandemia ni existe. Hay que cuidarse, porque el sistema de salud en Venezuela no funciona. 

Ni hablar de las ofertas electorales de bando y bando en la que repartieron mortadela, sardina, gas y coletos. Burlándose del hambre y la necesidad de miles de venezolanos que lo que ganan apenas les alcanza para hacer una comida que lo alimente. Eso es contrario a la dignidad humana, pero no me quiero detener en esto. 

La falsa oposición solo fueron unos tontos útiles que los usaron para la farsa y actuaron como Judas Iscariote. Desde Vente Venezuela insistimos que no eran elecciones y los venezolanos lo entendieron y dejaron los centros solos. Al final del día andaban nerviosos intentando maquillar las cifras y según el ministerio de elecciones de la tiranía la abstención fue de 70% cifra que nadie cree. 

Quienes se prestaron para esta farsa son cómplices por acción y omisión. ¿Será que se pueden mirar por la mañana en el espejo? ¿O perdieron la vergüenza y la dignidad? Dios los debe perdonar, porque a los venezolanos les costará tiempo reponerse de esa traición. No hay que desanimarse,  porque vienen mejores momentos y tiempos para Venezuela.

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