En RT medio afiliado al gobierno de Rusia, Alex Saab sale en defensa de Maduro

En RT medio afiliado al gobierno de Rusia, Alex Saab sale en defensa de Maduro

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El presunto testaferro de Nicolás Maduro detenido en la isla de Cabo Verde, Alex Saab, ofreció su primera entrevista tras ser trasladado a prisión domiciliaria a Rusia Today, un medio afiliado al gobierno ruso y como era de esperar salió en defensa del régimen usurpador en Venezuela.





lapatilla.com

La entrevista de RT:

El nombre del empresario y diplomático venezolano Alex Saab, actualmente bajo arresto domiciliario en Cabo Verde por supuesto lavado de dinero, no ha dejado de circular en los últimos años. La prensa de EE.UU. lo pone al frente de “una vasta red de corrupción” vinculada con el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro.

Pero tanto Saab como la Administración de Maduro sostienen que el presunto entramado informativo y judicial es una pieza más de las agresiones de Washington contra el país suramericano.

Los titulares se multiplicaron luego de que Saab fuese sancionado por el Departamento del Tesoro de EE.UU., en julio de 2019, por supuestamente tener “contratos sobrevalorados” para la construcción de viviendas de interés social en Venezuela, y por permitir que Maduro se “beneficiara significativamente” de la importación y distribución de alimentos, a través de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP), un mecanismo estatal que ha sido clave para la compra de rubros de primera necesidad, en medio de las sanciones económicas.

Casi un año después de esa medida unilateral de Washington, Saab fue detenido el 12 de junio de 2020 mientras hacía una parada técnica en Cabo Verde, a pesar de su condición diplomática de enviado especial de Venezuela. Tras ese proceso, que ha sido tildado por su defensa como una “extralimitación judicial sin precedentes” para derrocar a Maduro, finalmente se le concedió el arresto domiciliario, en enero de este año, con una amenaza de extradición a EE.UU. aún sobre sus hombros.

Desde su lugar de confinamiento, Saab habla con RT sobre los intereses que considera que están detrás de su “persecución”, las vejaciones que han sufrido por parte de las autoridades de Cabo Verde, el papel de EE.UU. en su judicialización y la “absurda teoría de conspirativa” sobre sus funciones. Además, denuncia las condiciones de “presión psicológica” y los impedimentos que ha tenido para reunirse con sus médicos, abogados y familiares, a pesar de haber salido de la prisión.

RT: Los medios de comunicación colombianos insisten en definirlo como un “empresario de Colombia”, mientras que Venezuela lo reconoce como ciudadano (agente y diplomático) de ese país. ¿Por qué existe esta diferenciación?

A.S.: Aunque estoy orgulloso de mi origen barranquillero y libanés-palestino y, aunque en Colombia tuve una de las empresas más grandes de confección de ropa de moda y más de 300 almacenes en todo el país desde los 18 años, cuando fundé mi empresa, que alterné con inversiones en proyectos de construcción, fue en Venezuela donde, con la ayuda de Dios, pude establecer mis más grandes iniciativas empresariales y hacerlas prosperar con una magnitud en la que marcó la diferencia.

También estoy muy agradecido con los presidentes Chávez y Maduro, y con el pueblo venezolano, por haberme dado las oportunidades que se me han presentado desde 2000. Empezando por la construcción, he podido demostrar que puedo entregar proyectos importantes a tiempo y dentro del presupuesto.

La extralimitación judicial extraterritorial por motivos políticos de EE.UU., y el consiguiente bloqueo económico a Venezuela, han hecho que muchas empresas que estarían encantadas de negociar con el país se hayan visto obligadas a retirarse de las iniciativas empresariales. Esto ha hecho que sea necesario buscar soluciones para crear nuevas cadenas de suministro, logística, financiación y de relaciones comerciales, a menudo con empresas y países que históricamente habrían quedado fuera del mercado venezolano, debido a la presencia de empresas estadounidenses. Esto se dio, especialmente, en los sectores alimenticio, farmacéutico y de bienes de consumo.

La experiencia que mis socios y yo adquirimos mientras gestionábamos y organizábamos la logística que suponía un importante contrato de viviendas sociales (que comenzó en 2011) fue reconocida por el Gobierno de Maduro, que nos concedió nuestro primer contrato para convertirnos en proveedores del programa de alimentos de bienestar social, en 2015. Una vez más, cumplimos con los plazos y el presupuesto. Me basé en ese éxito inicial y hoy, al contrario de las acusaciones infundadas de algunos medios de comunicación, aunque no soy el único proveedor del programa, soy uno de los más grandes. Genero actualmente unos 100.000 empleos en Venezuela en diferentes sectores.

Me sentí honrado y agradecido por ser nombrado enviado especial del Gobierno de Venezuela, en abril de 2018, para seguir colaborando en el abastecimiento y suministro de alimentos básicos y medicamentos, un papel que ha cobrado mayor importancia desde el inicio de la pandemia.

Venezuela ha estado bajo ataque político y económico durante muchos años. Uno de los motivos de mi nombramiento fue el de contrarrestar esta amenaza y dotarme de inmunidad e inviolabilidad para viajar y negociar libremente en nombre de la República, como lo han hecho los agentes diplomáticos durante siglos.

Aquellos que quieren atacarme a mí y a Venezuela deberían informarse y entender la realidad de ser el objetivo de una extralimitación judicial sin precedentes, por motivos políticos, antes de hacer comentarios frívolos; deberían entender la realidad del bloqueo económico y su repercusión en la vida de Venezuela; deberían aprender cómo esto ha provocado un aumento masivo de los costos de transporte, seguros y logística. Nada de esto se menciona porque la prensa y las páginas webs de pseudonoticias atraen a los lectores vendiendo historias sensacionalistas de corrupción y precios abusivos, en lugar de preocuparse por los detalles del costo de los seguros o la disponibilidad de los buques de carga que no estén amenazados con sanciones por EE.UU.

Por lo tanto, soy un orgulloso hijo de Barranquilla y el orgulloso hijo de inmigrantes libaneses y palestinos. Sin embargo, estoy igual de orgulloso y honrado de ser un ciudadano venezolano que ha sido capaz de devolverle al país y a la gente lo que tanto me han dado.

RT: ¿Cuál es su relación con el Gobierno venezolano y su presidente?

A.S.: Mi relación no es diferente a la de otras personas que han sido llamadas a ayudar a Venezuela en un momento de necesidad nacional, causada por las acciones de personas ajenas que pretenden derribar a su gobierno legítimo. He trabajado con diligencia en todo momento, siendo consciente de la responsabilidad que se me ha encomendado. Espero que ser enviado especial y que, más recientemente, se me haya otorgado la responsabilidad adicional de ser representante permanente alterno de Venezuela en la Unión Africana refleje que estoy desempeñando las tareas que se me han asignado de una manera que es apreciada por el Gobierno y el pueblo.

RT: ¿Considera que es objeto de un ataque con fines políticos? ¿Por qué?

A.S.: Por supuesto, no soy el verdadero objetivo. El objetivo de la extralimitación judicial por motivos políticos de EE.UU., y de algunos de sus compinches regionales, es debilitar al presidente Maduro y a su Gobierno, intentando utilizarme para extraer “información para usar en su contra”.

Es bien conocido el uso del llamado ‘lawfare’ (guerra jurídica) en procesos judiciales con fines políticos, por parte de EE.UU., al igual que su política de sanciones contra Venezuela, que solo perjudica al pueblo. Todo ello hace que mi detención sea arbitraria e ilegal.

Esto puede verse desde el momento cuando comienzan las acusaciones falsas en mi contra, pues lo que pretenden es atacar al Gobierno. La administración del presidente Trump tenía una obsesión con Venezuela y con Maduro y, durante todo su mandato, su régimen utilizó todos los mecanismos a su alcance para aniquilarlos. Soy un mero instrumento para alcanzar ese verdadero fin. Solo espero que el presidente Biden sea capaz de enmendar lo que el régimen de Trump destrozó, sobre todo si quiere demostrar que su forma de hacer política es diferente y que realmente respeta la separación de poderes y el Estado de derecho.

RT: Sus abogados han dicho que el proceso contra usted está lleno de irregularidades. ¿Cuáles son las principales?

A.S.: ¿Por dónde empezar? Observar las maquinaciones de las autoridades de Cabo Verde cuando han intentado justificar su comportamiento ilegal ha sido extraordinario. Un país que pretende ser el bastión de la democracia africana ha demostrado que no es más que un recubrimiento muy fino de clichés. Como dice uno de mis abogados, Baltasar Garzón, por la teoría del “árbol envenenado”, un proceso que se inicia con una detención ilegal es ilegal en sí mismo.

Cuando fui detenido ilegalmente, el 12 de junio de 2020, me dirigía a Teherán y solamente aterricé en Cabo Verde con el fin de realizar una parada técnica para repostar gasolina. Evidentemente, me esperaban y me detuvieron sobre la base de una notificación roja de Interpol que no existía. Tampoco había una orden de detención ni de EE.UU. ni de Cabo Verde. La notificación roja se hizo a la medida, a petición de EE.UU., y solo se presentó después de mi detención, al día siguiente, el 13 de junio. Interpol decidió anularla cuatro días después, por la ilegalidad que mis abogados demostraron de inmediato.

De acuerdo con el derecho internacional, si Cabo Verde no quería reconocer mi condición debería haberme declarado ‘persona non grata’ y decirme que continuara mi viaje. En su lugar, a petición de EE.UU., optó por involucrarse deliberada y calculadamente en un proceso con motivaciones políticas, sin pensar en las consecuencias.

Estuve detenido sin orden de Interpol ni de EE.UU., unos 25 días, hasta que Washington envió por vía diplomática la solicitud de detención. Llevaba conmigo documentos que irrefutablemente demostraban mi condición de enviado especial y la naturaleza de mi misión. Además, tanto Venezuela como Irán enviaron cartas de protesta por mi detención y recalcaron mi inmunidad diplomática, inmediatamente después que se enteraron de mi detención ilegal.

No se respetaron mis derechos como diplomático. Se ocultaron las pruebas y la primera jueza en Isla de Sal “no las vio”. A partir de entonces, las irregularidades se han ido acumulando y sucediendo, en lo que mis abogados han denominado un proceso judicial sin precedentes, en el que prácticamente ninguno de sus argumentos ha sido escuchado por los tribunales de Cabo Verde.

Afortunadamente, el Tribunal de Justicia de la Comunidad de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO) ha superado la niebla de la desinformación caboverdiana y ha reconocido mi inmunidad e inviolabilidad. Incluso, cuando Cabo Verde sigue negándose a cumplir la orden del Tribunal, sé que el derecho internacional está de mi lado.

Como explica Rutsel Martha, exjefe de Asuntos Jurídicos de Interpol, sus propias normas exigen que Cabo Verde se abstenga de detenerme debido a mi condición de enviado especial (Interpol retiró la notificación roja, hecha a medida, en cuanto la Venezuela les hizo saber que era un enviado especial en misión humanitaria).

RT: Se le ha vinculado con Irán, Turquía y Rusia, y se ha afirmado que sus acciones tendrían “repercusión en la seguridad del hemisferio”. ¿A qué atribuye esta designación?

A.S.: Estas afirmaciones se basan en la visión imperialista de EE.UU., en la que el mundo sigue dividido en “buenos y malos; nosotros y ellos”. EE.UU. tiene que dejar de ver fantasmas por todas partes. Su discurso puede servir para manipular a sus ciudadanos, pero es hueco y carente de sustancia. Mis relaciones con estos países no se enmarcan en ninguna absurda teoría de la conspiración, sino que se basan en necesidades simbióticas en el contexto de un agresor común.

Venezuela es un Estado soberano que tiene derecho a manejar sus asuntos como decida y con quien quiera. Este derecho está además protegido por la Carta de las Naciones Unidas, que prohíbe la injerencia en los asuntos internos de un Estado soberano por parte de otro. La última vez que vi, EE.UU. era signatario de la Carta de la ONU.

RT: ¿Considera que Cabo Verde actuó bajo la presión de EE.UU. al detenerlo y no permitir que se respetara su inmunidad?

A.S.: Sí, por supuesto. No hay otra explicación, el derecho internacional es claro en cuanto a mi derecho de inviolabilidad e inmunidad como agente diplomático.

RT: Usted denunció, en una carta dirigida a Trump, las condiciones “inhumanas” en las que estaba retenido, además de la cuestión de su estado de salud. ¿Por qué tardó tanto la medida de arresto domiciliario?

A.S.: He sido sometido a tortura física y psicológica, como lo he denunciado. La forma vergonzosa en que se manejó mi arresto domiciliario es inexcusable.

Después de negarse a concederme el acceso al arresto domiciliario durante siete meses y de negarse a obedecer la orden del 2 de diciembre de 2020, del Tribunal de la CEDEAO, el fiscal general de Cabo Verde presentó discretamente, sin avisar a mi equipo de defensa, una moción el 20 de enero y recibió la aprobación para ponerme en libertad con arresto domiciliario, el 21 de enero. Lo digo cínicamente porque esto coincidió con la reunión del Consejo de Ministros de la CEDEAO de la misma fecha, y justo antes de la Cumbre de jefes de Estado de la CEDEAO, del 23 de enero.

Cabo Verde envió una copia de la resolución de su propio tribunal a la reunión del Consejo de Ministros del 21 de enero, como un niño con un informe escolar inesperadamente bueno, que a pesar de los peores temores de sus padres, los confunde con un notable en lugar de un suspenso.

Para ser franco, Cabo Verde me concedió el arresto domiciliario para evitar cínicamente cualquier debate sobre su desacato al Tribunal de la CEDEAO: un arresto domiciliario fuera de la ley, en el cual no me permiten tener acceso a mis médicos ni a mi equipo de abogados.

No me permiten la comunicación libre, escribir cartas, usar celular, recibir visitas de familiares, nada. Es igual que la prisión o peor, una farsa completa. Estoy en una casa rodeado por más de 50 oficiales armados del Ejército y de la Policía, controlan hasta mi comida. Es exactamente igual o peor a las condiciones de la prisión, con la presión psicológica permanente a la que estoy expuesto. No puedo ni salir al patio de la casa sin que un dron me esté grabando desde el cielo, aun cuando estoy con mis abogados locales. Hay hombres armados en el patio. ¿Qué clase de detención domiciliaria es esta? Una farsa.

En prisión se me mantuvo en unas condiciones carcelarias que el propio Departamento de Estado de EE.UU. ha dicho “que suponen un riesgo para la vida”. A los narcotraficantes se les trata mejor que a mí, que soy agente diplomático. Hay señales por todas partes del trabajo de una tercera parte cuyo nombre, como en una escena de Harry Potter, “no puede mencionarse”. Presumiblemente, todo en un intento de romper mi determinación y ponerme en contra de Maduro y de su Gobierno. Nunca lo haré porque ni yo ni Venezuela hemos hecho nada malo. Venezuela tiene derecho a gestionar el bienestar de su pueblo y ninguna designación política a través de sanciones interesadas o de la intimidación hará que se desvíe de este camino.

Puedes leer la entrevista completa en RT