Si se dejan convencer, cada voto será una puñalada, por @ArmandoMartini

Si se dejan convencer, cada voto será una puñalada, por @ArmandoMartini

Armando Martini Pietri @ArmandoMartini

Votar es un derecho constitucional, una decisión personal y estigmatizarlo un atropello indebido. El mejor voto en este circo político de payasos y usurpación, es no votar. Sin embargo, el régimen y sus gestores de la continuidad, se empeñan porfiados en que la mayoría ciudadana, asqueada por la ratería corrupta, afligida de hambre, desolada por sufrimiento, atesta de política inconstitucional y antidemocrática, características oficialistas de innegable repudio nacional e internacional que le niega legitimidad. Una oposición discípula, multipropósito y disociada por contradicciones internas de proclamados -por si solos- merecedores de la opinión pública, que hoy mascan su miseria; precisan (a pesar de la evidencia) la conveniencia de asistir a la comedia hipócrita y fingida de la dictadura bribona, violadora de los Derechos Humanos.

El castrismo protegido por estólidos idiotas, faltos de razón y un cortejo de políticos impostores ha preparado un fraude leonino, con adherencia profana de instituciones perjuras hechas a la medida de camaradas leales y partidarios comprometidos; asesorados por cubanos, rusos y chinos en un baile de máscaras, diseñado para causar efecto de dualidad, votar o no. Cuando el verdadero dilema no es certificar, sino salir del régimen opresor. El chavismo y la maquinaria chantajeada e intimidada, hará lo necesario para que ganen los candidatos obedientes al PSUV. Más grave, los partidos cuyos aspirantes participen, al hacerlo, otorgan legitimidad y reconocen las instituciones castro cubanas, que el mundo democrático cuestiona. 

La libertad y dignidad no tienen frontera, son derechos humanos inalienables. Salvaguardarlos es una obligación, hoy más, que somos tierra de esclavitud. Venezuela jamás volverá a ser un Estado surgiendo de un pacto entre farsantes sin representación ni legitimidad. La política responsable se acuerda entre ciudadanos honorables, no entre politiqueros delincuentes. A menos que los políticos serios, formales decidan dejar de serlo y se asuman como malhechores. 





El PSUV es pésimo gobernante, ha logrado arruinar al país, pero en aferrarse al poder con garras, colmillos y trucos, es experto eficiente. ¿Alguien en su sano juicio, piensa que van a entregar porque a unos alacranes colaboradores les hayan sido adjudicadas insignificantes gobernaciones y alcaldías? Tendrían que ser unos mentecatos estúpidos. Y podrán ser crueles, corruptos, fascinados por Fidel, atrapados en viejos fracasos, cultores de brujerías y ensalmos, pero han probado que no son ni pendejos ni tontos. Necesitan elecciones, están conscientes, es la bandera que ejercerán ante el mundo, y lo hacen desde tiempo, vociferando la seguidilla de elecciones con poderes sometidos, rodilla en tierra. 

La ventaja oficialista, es la dirigencia famélica, oportunista, lambucea de cargos públicos, sedienta de limosna burocrática en la gobernación o alcaldía, ¡hasta concejalías y diputaciones locales! son apetitosas; crean privilegios, generan prerrogativas y posibilidades económicas, sin olvidar a los adulantes jalabolas, dispuestos a servir al séquito, por favores y ambiente. O sea, cada quien arrima para su lado le guste o no a los demás, haya o no camino trazado, en tierras altas como en extensas llanuras.

Los partidos políticos tienen objetivos, los dirigentes también. Las elecciones son tentaciones difíciles de rechazar, como la lujuria y la codicia. Por eso el país se debate entre declaraciones vigiladas, y la creciente pandemia de candidatos, que prometen resolver todo. Patéticos mentirosos populistas sinvergüenzas, ilusionistas del bienestar. 

Un voto contundente contra el castro-madurismo es no participar. Forma concluyente de castigar al sistema ilícito. Estimular la vergüenza electoral con forajidos, tendrá consecuencias y un desenlace incógnito. Algunos no lo entienden así, y se prestan en la creencia que al votar, el comunismo socialista se resiente, como si no hubiera dinero, fuerza, experticia y descaro suficiente para organizar resultados de cómoda ventaja. La no participación en el sainete goza de la estimación colectiva mayoritaria, que no quiere refrendar la morada intermediaria de aprovechamientos.  

A los desconcertados ciudadanos, los engañan sin miramiento ocultando con premeditación y alevosía, que los adjudicatarios no podrán cumplir ninguna promesa sin la anuencia dependiente del régimen. La palabra empeñada solo la cumplen quienes reverencian principios éticos y buenas costumbres. Los compromisos establecidos y el acato a los acuerdos sólo los puede haber entre honorables, estimables y distinguidos. No entre malandros, un bandido ni es respetable ni respeta. 

Cada quien con su conciencia, pero cada voto será una puñalada al corazón del venezolano.

@ArmandoMartini