Hambre, enfermedades y muerte: Las pandemias que azotan a las cárceles de Lara (FOTOS)

La cárcel de Ramo Verde (Foto EFE)

 

 

La tuberculosis y el hambre siguen siendo la principal causa de muerte en los recintos carcelarios del estado Lara, registrándose en los primeros meses del año 2021, 26 decesos. Es así como la entidad larense ocupa el primer lugar con el mayor número de fallecidos dentro de sus penales.





Por Yanitza Martínez / Corresponsalía lapatilla.com

Cerca del 60% de los privados de libertad que fallecen en las cárceles de Venezuela, se ubican en Lara, y las causas de los decesos principalmente apuntan a la malnutrición, debido a la falta de alimentos en los recintos. El Estado venezolano está en el deber de suministrar comida a las prisiones, pero es insuficiente la cantidad que envían a los penales.

Arepa sola, arroz con agua y frijoles es lo que consumen los presos de la Comunidad Penitenciaria Fénix, cárcel ubicada al norte de la ciudad de Barquisimeto, donde a duras penas logran comer un plato al día.

La crisis alimentaria se ha extendido a todas las cárceles de Venezuela. El régimen de Maduro envía a los penales alimentos de muy mala calidad, los cuales no reúnen las condiciones para aportar los nutrientes necesarios, especialmente para quienes presentan desnutrición crónica.

Quienes están recluidos en Fénix, sucumben ante el brote de tuberculosis, enfermedad erradicada por su fácil detección y tratamiento, pero que debido a mala alimentación y a las condiciones de estos recintos, vuelve a aparecer. Los presos también padecen patologías como VIH, escabiosis, conjuntivitis, entre otras enfermedades, porque no son atendidas a tiempo.

Arepa sola, arroz con agua o frijoles es la dieta obligada de los presos de las cárceles de Lara

 

Pero la grave situación alimentaria no solo se ve en los penales, también en los centros de reclusión preventiva de los cuerpos de seguridad, como la Policía de Lara, la Guardia Nacional Bolivariana, el CICPC y la Policía Nacional Bolivariana, donde a los detenidos no se les proporciona comida y dependen de lo que los familiares logran suministrarles.

El juego del hambre

Con la llegada de la pandemia del Covid-19, en marzo de 2020, los casos de desnutrición se agudizaron. Con la cuarentena extendida en todo el territorio nacional, por varios meses fueron suspendidas las visitas y, por ende, el suministro de alimentos, por parte de los familiares, a través de “paquetería” que se paralizó por un tiempo prolongado, dejando a los detenidos a merced del Estado.

Actualmente, los familiares pueden llevar la comida tres veces por semana. El proceso de entrega lo han denominado “paquetería”, ya que los alimentos preparados son introducidos en bolsas plásticas transparentes por medidas internas de seguridad de los penales.

Esta situación ha generado indignación y repudio por parte de los familiares, quienes mencionan que sus seres queridos “no son animales para recibir los pocos alimentos de una manera tan denigrante”.

El hambre no solo ha cobrado la vida de los que padecían alguna enfermedad, sino que también ha sido la causante de los asesinatos de detenidos por robar alimentos y agua. Ha ocasionado riñas internas entre los privados de libertad, quienes arriesgan sus vidas con tal de poder llevarse un pedazo de pan a la boca.

La desnutrición se agudizó con la llegada de la pandemia. Por varios meses fueron suspendidas las visitas

 

Poca atención médica

El diagnóstico tardío de la tuberculosis, la falta de atención médica y tratamientos, acelera la muerte de los presos puesto que cuando la enfermedad es detectada, ya se encuentra en un estado avanzado. A eso se le suma que desde el Estado no hay garantía de atención.

Se pudo conocer que en este penal larense no hay personal para la atención de los casos de enfermedades, y en el área de enfermería no cuentan con los insumos para la atención básica.

Familiares de los reclusos aseguran que en el recinto habrían habilitado dos áreas: una para aislar a los contagiados con tuberculosis y otra para los desnutridos que pesan menos de 45 kilos. Estos últimos están aislados e incomunicados, según comentan los parientes, quienes agregan que no reciben ningún tipo de atención para que logren recuperar su peso. Al contrario, solo consumen frijoles con agua caliente.

A los enfermos, con diagnóstico o no, les ha tocado sobrevivir sin tratamientos ni atención médica. Únicamente son trasladados a un centro de salud cuando están en muy malas condiciones físicas y prácticamente son ingresados sin signos vitales.

El diagnóstico tardío de la tuberculosis y la falta de atención médica es una sentencia de muerte para los presos

 

Fuentes cercanas a los penales de Lara comentan que en un gran número de casos, los custodios y la directiva de estas cárceles no se enteran de las enfermedades que padecen los reos. Muchos han fallecido dentro de las celdas y han durado hasta 48 horas para que desde el penal gestionen el levantamiento del cuerpo.

En cuanto a las medicinas, se pudo conocer que los reclusos enfermos con tuberculosis ya sumaron más de 8 meses sin recibir una sola dosis del tratamiento.

El centro de salud público encargado para la dotación de los fármacos para el tratamiento de la tuberculosis es el Hospital Luis Gómez López de Barquisimeto, donde han recibido muy poca dotación por parte del Ministerio de Salud. Cuando finalmente llegan las medicinas, las dosis no pasan de 30 unidades para cubrir a todo el estado Lara.

Sigue el hacinamiento

Otra de las causas para la proliferación de enfermedades infecciosas en las cárceles es el hacinamiento y la poca ventilación dentro de las celdas. Fénix tiene una capacidad instalada para 1.500 personas, pero actualmente la población carcelaria es de más de 2.400 privados de libertad entre hombres y mujeres, lo que representa más del 70% de hacinamiento.

Carolina Girón, coordinadora general del Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP), detalló que el estado Lara tiene una población carcelaria de 5.000 presos entre la Comunidad Penitenciaria Fénix y el Centro Penitenciario David Viloria (Uribana), situación que acentúa el hacinamiento a pesar de que hace unos meses con el “Plan Cayapa”, un gran número de privados salieron en libertad.

Mencionó Girón que la Comunidad Penitenciaria Fénix fue creada para albergar a los detenidos con una condena establecida, mientras que el David Viloria, alberga a los procesados. Sin embargo, ese sistema no se ha mantenido y en ambos recintos están todos los detenidos juntos, agudizando la sobrepoblación penitenciaria.

Comunidad Penitenciaria Fénix, cárcel ubicada al norte de Barquisimeto

 

El acceso a los servicios básicos ha jugado en contra de los reclusos de este centro penitenciario, donde no cuentan con el suministro de agua potable permanentemente, por lo que pagan 50 dólares por el servicio, monto que deben cancelar los familiares a través de transferencias bancarias.

El OVP se ha encargado de visibilizar la situación de esta comunidad penitenciaria y tras varias denuncias sobre el cobro excesivo por el servicio de agua, el mismo fue suspendido. Actualmente a los privados de libertad les toca sobrevivir con un tobo de agua a la semana, el cual deben usar para lavar, hacer sus necesidades fisiológicas, asearse y consumirla.

Esta situación acentúa el problema de salubridad dentro de los espacios del penal en medio de la pandemia del Covid-19, donde es esencial mantener el aseo permanente para evitar contagios.

Cifras del OVP

Carolina Girón manifestó que desde el OVP no han parado en el monitoreo de la situación carcelaria de la entidad larense, la cual se ha tornado angustiante en los últimos meses de este año, donde se ha intensificado el colapso de los servicios básicos, la falta de medicamentos y el nulo acceso a la salud.

Girón precisó que lo en lo que va de año 2021, 28 privados de libertad han perecido en las cárceles de Lara: 26 por condiciones de salud y hambre en Fénix, y dos fallecidos por hechos violentos registrados en Uribana.

La peor parte de este drama la padecen los detenidos que son de otros estados del país, quienes viven horas de agonía por no contar con un familiar que les pueda llevar la comida. En cuanto a este tema, Carolina Girón expresó que el Estado venezolano ha incumplido en su totalidad con la responsabilidad de suministrar la comida a los penales de Lara, dejando toda la responsabilidad sobre los familiares, que en su mayoría no cuentan con los recursos para costear alimentos, medicinas, artículos de aseo personal y el traslado hacia cada una de las cárceles de la región larense.

Centro Penitenciario David Viloria, mejor conocido como la cárcel de Uribana

En el caso de los detenidos que provienen del Centro Penitenciario de los Llanos, han estado cara a cara con el hambre con sus familiares lejos sin poder trasladarse hasta Lara, por lo que dependen únicamente de lo que eventualmente les suministra el penal, o si cuentan con los recursos, pagar dentro de la cárcel otro tipo de alimentación.

Durante los primeros 6 meses de 2021, por hambre y tuberculosis 26 presos fallecieron en la cárcel de Uribana

 

El OVP observa con preocupación la situación de los centros penales del estado Lara, epicentro actual de muertes por las paupérrimas condiciones de salud y desnutrición de los prisioneros. En forma reiterada han exigido al régimen de Nicolás Maduro y a los organismos pertinentes que respeten los derechos de los privados de libertad y les garanticen las condiciones mínimas para permanecer dentro de estos recintos.