La inflación disparó el precio en dólares de los alimentos en Venezuela (Detalles)

La gente compra en el mercado municipal de Chacao en Caracas.  (Foto de Federico PARRA / AFP)

 

 

 





 

La inflación sigue descosiendo los bolsillos venezolanos este año, a pesar de que ha avanzado a un ritmo menor que años anteriores, con impacto incluso en los precios en dólares de los principales alimentos de la canasta alimentaria y, en consecuencia, disminuyendo el poder de compra de la divisa que predomina en las transacciones comerciales.

Alberto Torres // Crónica Uno

La firma Ecoanalítica calcula que el dólar es utilizado, de una u otra forma, en cerca de tres de cada cuatro operaciones de compra de bienes o servicios, una dolarización informal que se siente en todos los niveles de la economía ante la desconfianza de la población en la moneda nacional: el bolívar. que entre enero y noviembre se devaluó 68 % en el mercado oficial.

En el mercado municipal de Quinta Crespo, según cálculos y datos recopilados por Crónica.Uno, los precios en dólares aumentaron más de 20 % en todos los rubros medidos en los recorridos mensuales. Los cortes de carnes de res y piezas del pollo, por ejemplo, aumentaron entre 24 % y 62 % al cambio en divisas, aunque en bolívares los incrementos superan 400 %.

A principios de enero, la pulpa negra tenía un precio de $3,97 por kilo y en 11 meses aumentó 30,4 % para ubicarse en $5,18 por kilo empezando noviembre; la costilla de res aumentó 90 % (uno de los aumentos en dólares más altos) al pasar de $1,78 a $3,38 en el mismo período, mientras que los muslos de pollo subieron 62 % sus precios en dólares ($1,92 a $3,11).

A lo largo del año los ganaderos han denunciado inconvenientes que afectan tanto la producción como su distribución y encarecimiento de costos y precios, principalmente el abastecimiento de diésel para transportar mercancía y trabajadores a las fincas y operar mano de obra. Los costos del combustible en el mercado negro (que varía entre $1 y $3 por litro), además, encarecen su traslado hacia las principales ciudades.

En consecuencia, el consumo de carne sigue en caída libre en el país, motivado por la poca capacidad de compra del venezolano, que se estima que consume en promedio tres kilos de carne per cápita, el consumo más bajo de Latinoamérica. Su alto costo hace que el grueso de la población migre a opciones proteicas más económicas, como el huevo, los granos y los lácteos.

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